Ensayo Voces Contra La Globalizacion.

VOCES CONTRA LA GLOBALIZACION

La globalización es un fenómeno que sin duda está viviendo el mundo. Pero, ¿Realmente todo el mundo se está beneficiando de él?, pues solo ha creado un mundo más insolidario y desigual en el que los que se benefician son unos pocos. La mundialización ha abierto un proceso de división profunda en todos los países del mundo, la unificación del capital mundial de la regulación del proceso ha afectado a todos los países se pueden encontrar grandes y ricos que dominan a las poblaciones extremadamente miserables, como New York, Los Ángeles, Johannesburgo y muchas más que son los que tiene el poder en sus manos. Hay una gran desigualdad en la distribución de los recursos hoy en día, aproximadamente mueren de 30 a 35 mil personas diariamente por enfermedades relacionadas con la pobreza. El profesor de Ciencias  Políticas Carlos Tabio se pronuncia: “Cuando alguien sostiene que el terrorismo, es el principal problema del planeta contemporáneo, está retractando de manera cabal su inmundicia intelectual, el principal problema antes y después de los atentados del 11 de septiembre es la pobreza”

Consiguiendo el desarrollo sostenible se conseguirá como resultado la erradicación de la pobreza y un mejor desarrollo del terrorismo. No podemos seguir permitiendo que en el mundo las minorías sean las que tengas los privilegios mientras el resto de la humanidad se muere de hambre, superar la pobreza no es un acto de caridad sino un derecho fundamental de los humanos a una vida digna, “Mientras exista la pobreza, no habrá una verdadera libertad” Nelson Mandela. Para países como Tanzania, Nigeria, Etiopia, India y muchos más que viven este flagelo no viven la globalización sino una esclavitud, pues como sabemos la globalización no es un fenómeno distributivo, es un fenómeno que abarca a una cierta parte del mundo y ciertas personas de los países pero no a todos, los pocos que tienen mucho cada vez tiene más y los muchos que tiene poco cada vez tiene mas poco. Debemos ser capaces de transformar al hombre de modo que la miseria se aleje, hay que quitarle de las manos a las grandes empresa, multinacionales y entidades que razonan solo sobre la base de sus intereses y de los intereses de sus accionistas. Los países pobres de África, Asia y Latinoamérica en su gran mayoría  por su desesperado afán de salir de sus crisis economías contraen prestamos con entidades mundiales como el Banco Mundial, pero esto realmente no ayuda a subsanar sus problemas de fondo tienen que ganar divisas fuertes  y la única manera de hacerlo es exportando, tienen  que recortar los servicios, despedir muchos funcionarios, reducir presupuestos estatales, estos programas han supuestos grandes sacrificios para los más pobres que no se benefician de la deuda que contrae su país con entidades internacionales para solventar la crisis pero en cambio sí tiene que contribuir a pagarla. Cuando un país pide un préstamo los que se han beneficiado de la deuda han sido la clase alta y media con el consumo, sin contar que es casi imposible que un país pague una deuda de esta magnitud pues por lo general lo que hace es sacar más y más prestamos pero jamás deja de tener la carga económica  con la entidad o el país que está haciendo de supuesto “benefactor” que realmente su única función es de aprovecharse de la situación que viven estos países y atraves de estas fachadas apropiarse de sus recursos naturales y su gente.

Es necesario que juntos seamos capaces de cambiar la mentalidad que tiene la humanidad, que conseguir un mundo distributivo no es imposible, debemos ser realmente humanos ser capaces de reconocer al otro tanto como así mismo cuando hagamos este acto de reconocimiento el mundo dejara de ser de las minorías y pasara hacer parte de todos ya no tendremos miles de personas muriendo por causa de la pobreza. Es una tarea muy difícil, quitar la concentración de poder y recursos que está sufriendo el mundo pero mientras esto no suceda la humanidad va a seguir pagando altos precios por esto, querer cambiar el mundo no es atacar molinos de viento sino atacar las desigualdades que están construidas, de tal manera que nosotros con el esfuerzo colectivo podamos modificarlas.

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