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Escenario Socio-económico.

cristian.itl2 de Noviembre de 2013

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5.3 Escenario socio-económico.

La socioeconomía es un paradigma económico y social alternativo a la economía neoclásica y que es propuesto de forma programática por Amitai Etzioni en su obra La Dimensión Moral de la Economía. Este sociólogo alemán contemporáneo fundó la Sociedad Mundial de Socioeconomía (SASE) en 1988.

La economía estándar o neoclásica, de corte neoliberal, ha intentado etiquetar el comportamiento de un humano de modo que pueda predecir respuestas ante unas condiciones determinadas. Dos son las condiciones que llevan a los economistas (neoclásicos) a calificar de racional un comportamiento: que sea consistente, que se repita ante condiciones semejantes, y que maximice una única utilidad, el interés propio. La economía neoclásica no pretende conocer al ser humano o a la sociedad, pero de hecho asume que éste o ésta se comportan siempre de la misma manera.

Frente a la economía neoliberal neoclásica, la "Socioeconomía" denuncia la incapacidad de la economía estándar de proporcionar un criterio transnacional de bienestar. El modo de enfocar los fines, propio del sistema de relaciones comerciales vigente, no tiene otra salida lógica que apostar por el crecimiento continuo, y esto, a pesar de observarse el paralelo aumento de la desigualdad.

Planteo general.

Junto a lo planteado, la "Socioeconomía" también delata la incapacidad de la economía estándar para medir el val economía neoclásica, o lo que es lo mismo: la imposibilidad de tener baremos de suficiencia o de crecimiento no monetarizable. Las desigualdades globales, pues, nos dan idea de la pobreza valorativa de los indicadores utilizados al centrar las referencias fundamentalmente en las diferencias de renta. Ciertamente, la visión de conjunto nos pone a todos en carrera: una competencia por potenciar un tipo de valores, que como ya denunció el economista y Premio Nóbel sueco G. Myrdal (1998-1987), tienen un carácter acumulativo-adquisitivo y son monetarizables hasta la exponencial.

Pero hay una tercera crítica que la "Socioeconomía" lanza a la economía neoclásica y se refiere al marco de análisis relacional. El contexto apropiado es el formado por la suma de relaciones múltiples que continuamente se dan entre tres ámbitos:

1. El entorno biofísico, o sea, los recursos, materias, y procesos naturales, que posibilitan el sostenimiento vital y los [falta una parte] iniciales en los procesos de transformación.

2. El sistema de producción y consumo, que es lo que caracteriza a la sociedad industrial y a las transacciones económicas y comerciales que configuran el modelo capitalista moderno.

3. El entorno cultural, conformado por unos valores y un sistemas de creencia que, se supone, modelan estilos de vida y priman una serie de determinadas aspiraciones sociales.

Las relaciones entre estos tres ámbitos dan soporte a todo el sistema, y lo dotan de su propia coherencia interna. Naturalmente, la ciencia económica, que más propiamente está presente o hace refere ncia al sistema de producción y consumo, no puede reafirmar su autonomía hasta el punto de romper la relación de dependencia entre los tres ámbitos referidos. Para la Socioeconomía, la economía estándar ha hecho precisamente esto. Y es ésta una de las razones principales por las que en los planteamientos economicistas priman unos fines (técnicos) sobre otros (sociales).

Si en el paradigma económico neoclásico las preferencias eran dadas y constantes en el contexto de una economía y un mercado competitivos, en la propuesta socioeconómica los actores amoldan sus preferencias a los valores de la comunidad y a las circunstancias del momento. El resultado es que mientras la economía liberal incrementa cada vez más la competitividad entre unos actores económicos definidos exclusivamente como sujetos de mercado (sin una dimensión afectiva, social, o cultural), la socioeconomía prima la cooperación responsable, que incluye esas dimensiones.

El intento neoclásico de entender comportamientos no económicos de manera exclusivamente racionalista (según los criterios de racionalidad propios de su visión) no es aceptable. Por ello la socioeconomía trata de explicar también de qué manera los condicionamientos morales y sociales influyen en comportamientos como el ahorro, los incentivos laborales, el comportamiento de los mercados, y la productividad.

Otro asunto a considerar para ver la contraposición entre los dos paradigmas, el neoclásico y el socieconómico, es el caso del poder de discrecionalidad. La idea de que los sujetos individuales saben lo que es mejor para ellos, está firmemente asentada en el discurso neoclásico y recogida en expresiones como "el que paga manda", o "el cliente siempre tiene razón". Los neoclásicos, a lo sumo, admiten que un sujeto puede algunas veces percibir erróneamente lo que es mejor para él, pero por razones de tipo práctico y de eficacia económica, es mejor admitir que los sujetos son efectivament e soberanos en el mercado. Lo contrario sería, arguyen los neoclásicos, que los sujetos deberían de ser guiados por otras instancias, y esto supondría abrir la puerta a peligrosos totalitarismos.

La respuesta de la socioeconomía es que el ejercicio de la libertad de elección es instrumental: un medio para conseguir un fin, y como tal ha de aceptarlo también la economía, por muy difícil que le sea entender el término "fin", o incorporar "complejidades externas" a un de por sí arduo quehacer.

Efectivamente, la economía neoclásica tiene el inconveniente de poder llegar a simplificar tanto las cosas, que cuando nos venimos a dar cuenta, acabamos efectivamente jugando a través de dilemas abstractos con realidades penosas, como el paro, la recesión, la contaminación o la pobreza. El esfuerzo debe de ir dirigido a acercarse a la realidad, aunque ello suponga tratar de solventar problemas complejos como el de los fines de las actuaciones humanas.

En el siguiente cuadro vemos resumidas las diferencias entre el neoclasicismo y la socioeconomía:

Economía neoclásica

• Única utilidad.

• Sólo razón.

• Sujeto individual.

• Mercado autocontenido.

• El poder lo da el mercado.

Socioeconomía

• Al menos doble utilidad: placer y ética.

• También valores y emociones.

• También sujeto colectivo.

• Existen criterios extramercantiles.

• Hay repartos de poder previos al mercado.

Propósitos de la Sociedad Mundial de Socioeconomía.

Los propósitos que figuran en el ideario de la Sociedad Mundial de Socioeconomía son:

1.Promover una mayor comprensión del comportamiento económico y sobre todo de los mecanismos de decisión a través de una amplia y variada selección de disciplinas académicas.

2.Promover el estudio y la investigación de las implicaciones políticas y culturales que se derivan de un entendimiento pluricontextual (social, psicológico, histórico, filosófico y ético) del comportamiento económico dentro de comunidades.

3.Servir de vehículo de intercambio de ideas y experiencias a nivel global.

Un resumen de un párrafo de lo que significa e ste nuevo paradigma diría, en primer lugar, que la Socioeconomía asume que la Economía está inmersa en la realidad social y cultural y que no es un sistema cerrado y autocontenido. Después recalcaría que los intereses que generan comportamientos competitivos no son necesariamente complementarios y armónicos. La Socioeconomía asume también que los mecanismos de decisión que usan los individuos están influenciados por valores, emociones, juicios y prejuicios, así como por afinidades culturales y otros condicionamientos, y no simplemente por un preciso cálculo de interés propio. En este sentido, no se presupone que los sujetos económicos actúan siempre racionalmente o que están motivados principalmente por el propio interés o por el placer. Metodológicamente la Socioeconomía valora de igual forma los mecanismos inductivos y deductivos, de ahí que la Socioeconomía pretenda ser al mismo tiempo una ciencia descriptiva y normativa. En palabras de Etzioni, queremos conocer la realidad para contribuir a su mejora.

No tienen los socioeconomistas un exclusivo interés en criticar a la economía neoclásica en su fundamentación y aplicaciones, pero sí que pretenden desarrollar modelos alternativos que sean a la vez ejemplares, predictivos y moralmente justificables. La Socioeconomía, por último, no implica ningún compromiso ideológico y está abierta a una gran variedad de posiciones que contemplan el comportamiento económico como lugar de acción de la totalidad de la persona y de todas las facetas de la sociedad. En este contexto, no debemos confundir a la Socioeconomía con un "ismo" más: no se trata de una tercera vía. Las pretensiones de legitimación de esta nueva perspectiva son exclusivamente académicas.

La Socioeconomía se presenta para muchos como una de las novedades intelectuales más importantes aparecidas en los últimos años y, sin duda, una de las de más relevancia política. La constatación del excesivo formalismo en que ha resultado el discurso económico estándar o dominante, ha tenido como resultado la proliferación de propuestas de reforma e, incluso, la presentación de paradigmas alternativos a lo que se considera ortodoxia económica. El auge actual de la Socioeconomía debe mucho, ciertamente, a esa vocación de paradigma alternativo de la que se ha dotado desde el inicio. Lo que esta nueva perspectiva pretende es reconducir la ciencia económica al seno

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