Eso De Ser Maestro
isidro11 de Julio de 2011
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“Eso de ser… Maestro”
Isidro Terán Suárez.
Siempre he creído que hay dos profesiones que no admiten ni una pequeña fisura en la vocación con que se ejercen: la Medicina y la Docencia; la una dedicada al cuerpo y la otra al espíritu, los dos fundamentos del ser humano.
A ambas las equipara la enorme responsabilidad que recae sobre quienes se dedican a ellas; a los médicos, preservar, recobrar y mantener la salud; a los docentes, transmitir la inquietud por el placer de aprender, que es el placer de sentirse vivo.
Quizá por eso sean los demás tan poco transigentes con los errores de unos y otros. Y sin embargo son humanamente inevitables; así que más vale abordarlos.
Desde que nacemos hasta el final de nuestros días emprendemos un largo camino que llamamos vida. Mucha gente se cruza en nuestro camino, una para bien, otra para mal, y muchas de ellas dejan huella en nuestra vida. Sin embargo, hoy quiero solo fijarme y prestar atención en los Maestros.
Para ello resulta pertinente aclarar… Maestros. Porque una cosa son los profesores y otra los Maestros. Parece que es lo mismo, pero no es así, al menos para mí.
Profesor es el que te enseña matemáticas, química, inglés… y Maestro es algo más. Maestro es una persona que te enseña a ser persona, que te deja huella y que, a pesar del paso de los años, sigue en tu recuerdo. Pocas personas pueden ser catalogadas como Maestros.
Del ser Maestro, qué gratificante es ver resultados positivos; hombres y mujeres útiles a la sociedad desempeñándose en diversos cargos públicos y privados pero con bases sólidas sobre la moral y ética profesional.
¡Qué bonito es saber que se es partícipe de alguna piedrecita en la construcción de vidas!. Niños y niñas que empiezan a crecer y enfrentarse a un mundo hostil por lo general, les va muy bien tener en su Maestro un apoyo que les ayude a encontrar el camino para su realización.
La tarea del educador no es fácil y menos en estos tiempos. Hay una responsabilidad en cada uno de estos para poder dirigir altamente en valores morales, civiles, éticos, de tal manera que se logren encauzar por senderos correctos sin desviarse nunca del camino.
Como la responsabilidad apunta a ese fin, está en manos de los Maestros, servir a los más altos ideales de la Patria, impulsando el cambio. Los Maestros forman a los ciudadanos y gobernantes del mañana, que están destinados a enfrentar desafíos cada vez mayores de los tiempos venideros.
A todo esto es importante añadir que el rol del docente en el siglo XXI seguirá siendo indispensable para enseñar a aprender la ciencia, enseñar a gestionar estratégicamente los conocimientos científicos, enseñar a ser ciudadanos moral y éticamente comprometidos con los conocimientos que transmite y con la realidad social en la cual convive con sus estudiantes.
Esté “Día del Maestro” lleva a reflexionar acerca de que ser Maestro no solo implica conocer técnicas pedagógicas, sino sobre todo tener vocación para vivenciar en la propia existencia y en los estudiantes principios y valores superiores dignificantes de la condición humana.
Ser Maestro es producir y enseñar un saber al tiempo que se profesa; es decir, que se promete asumir un compromiso y una responsabilidad que no se agotan en el acto de saber, de investigar o de enseñar.
La gama de compromisos de un Maestro es tan grande como su alma misma. Todos los días, como todos los años, hace patria con la más sagrada profesión, la de ser Maestro o Maestra, que en algunos casos es considerado como apóstol de la educación.
Porque los Maestros son, después de todo, guías de las almas.
Porque los Maestros, finalmente también procuran el bien de sus alumnos, no solo para un momento, sino de manera sostenible y perdurable a lo largo del tiempo.
Y es que un Maestro
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