Estrategia de Desarrollo de los Animadores Adultos

Guías y Scouts de Chile - Estrategia de Desarrollo de los Animadores Adultos

Cursos Medios 2013

LA RESPONSABILIDAD DE LOS ANIMADORES ADULTOS

EN LA RELACIÓN CON NIÑOS Y JÓVENES

Como toda empresa humana las actividades guías y scouts están expuestas a un cierto riesgo. Más aún tratándose de un sistema de confianza, que promueve el aprendizaje de los jóvenes facilitando el ejercicio de su libertad. Actuando fuera de sus controles habituales los jóvenes son más independientes, pero no necesariamente más autónomos, lo que aumenta el riesgo.

Además, en aquellas situaciones en que pudiera existir riesgo para la vida o la integridad física, psíquica, moral o emocional, no es posible experimentar con el aprendizaje por ensayo y error. Guiadoras y dirigentes deben entonces imaginar y detectar las potenciales situaciones de riesgo que están implícitas en las actividades que se desarrollan, identificando las conductas que minimizan el riesgo, estableciendo límites y transfiriendo a los jóvenes la capacidad de autopercibir y autocontrolar el riesgo, con respeto absoluto a los límites.

Responsabilidad por la seguridad, la salud y el bienestar de niños y jóvenes

La responsabilidad de guiadoras y dirigentes por la seguridad de niñas, niños y jóvenes se asume al aceptar la conducción de una Unidad y no sólo resulta del compromiso adquirido al momento de realizar la Promesa, por el cumplimiento de la Ley Guía y Scout, sino también por el marco legal vigente.

La razón es que de la participación de guiadoras y dirigentes en las actividades pueden surgir consecuencias jurídicas para quienes son sus responsables. Se entiende por responsabilidad, en un sentido amplio, el “asumir las consecuencias de los actos realizados”. Luego, todo acto voluntario, con o sin la intención de producir efectos jurídicos, origina para su autor la consiguiente responsabilidad.

La responsabilidad jurídica incluye las obligaciones nacidas como consecuencia de un acto voluntario que produce daño privado, llamada responsabilidad civil y las obligaciones que surgen en razón de la comisión de un daño social, denominada responsabilidad penal.

Daño es el detrimento, perjuicio o menoscabo que un individuo sufre a consecuencia de acción u omisión de otro, y que afecta a su persona, sus bienes, derechos o intereses.

Es necesario entonces poner especial atención, pues los animadores adultos pueden verse afectados al ser responsables de un hecho en que se produzca daño “sin intención de causarlo”, pero en el que haya culpa de su parte.

Existe la culpa cuando la infracción no ha sido querida por el infractor, sino que ha resultado de una acción (o una omisión) llevada a cabo sin haber tomado todas las medidas necesarias para evitar el daño. Por ejemplo, la lesión de un niño como consecuencia de un juego en el que no se hayan adoptado las debidas precauciones o bien el restar importancia o dejar de dar atención inmediata a una lesión de un niño originada en cualquier situación.

Así, la culpa se manifiesta cuando hay negligencia, descuido, imprudencia, desidia o falta de preocupación, ya que se han omitido las diligencias exigidas por la naturaleza de la obligación en calcular las consecuencias posibles y previsibles del propio hecho.

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