FABRICA DE TABACOS A CORUÑA

FABRICA DE TABACOS A CORUÑA

INTRODUCCION

En la historia del tabaco español la planta coruñesa es imprescindible. La producción de Farias, cigarros y picaduras, la convirtió en una de las más importantes del país durante sus casi 200 años. La gran demanda de este producto obligó a efectuar numerosas reformas en el edificio de A Palloza, así como a contratar cigarreras de forma masiva para adaptar la industria a las nuevas necesidades. La modernización desarrollada años después marcó el inicio de una época de conflictos laborales y desempleo. El declive llegó con la entrada de España en la UE, y las sinergias empresariales globalizadoras escribieron el último capítulo de la tabacalera gallega

La historia de la tabacalera coruñesa se remonta al reinado de Carlos IV. El tabaco se convirtió a principios del XIX en una fuente de ingresos tributarios para la Corona. Las primeras factorías se abrieron en Sevilla y Cádiz, pero su producción era insuficiente para cubrir la demanda, que se abastecía además del contrabando, por lo que la Corona optó por abrir otras tres en Madrid, Alicante y A Coruña.

HISTORIA

La producción de la fábrica de A Coruña estaba orientada a abastecer a las cuatro provincias gallegas, Asturias y la parte más occidental de Castilla y León. La factoría se instaló en el edificio que había sido ocupado a finales del XVIII por los correos marítimos, se mantenía así comunicada con la Habana y Buenos Aires. Además de esto, tanto A Coruña como Betanzos recibían hoja en rama que procedía de las Antillas, Estados Unidos y Brasil. Y cuando la hoja de tabaco era escasa, se hacían los cigarrillos con hojas de maíz o patata.

Cabe destacar ciertas particularidades de la fábrica coruñesa. Y es que, además de que estaba especializada en cigarros contrató exclusivamente empleo femenino para su elaboración.  Esto, y la utilización de viejas máquinas, era lo que permitía ahorrar costes siendo así, 1809 el año más productivo.

La guerra contribuyó a potenciar el consumo en todo el país, especialmente entre los soldados, que lo utilizaban como narcótico. A pesar de esto, la oferta continuaba siendo menor que la demanda.

Más tarde, se construyó en A Palloza (A Coruña) un nuevo edificio y el resultado fue un incremento en el consumo debido al crecimiento de la población y por tanto, también del poder adquisitivo.
Esta nueva planta incrementó el número de empleadas y la actividad de picado se convirtió en la más importante.

Sin embargo, este producto tan molido supuso un gran inconveniente mecánico para la fábrica. Ya que obligaba a los operarios a utilizar guillotinas altamente peligras. Provocando muchos casos de muerte por desangramiento.

En vista de que la demanda continuaba en aumento en 1957 se instaló la primera tecnología sustituyendo así la elaboración manual.

La inminente mecanización provocaba la oposición de las trabajadoras que destruían las máquinas al ver amenazados sus empleos. Ante el buen recibimiento de este movimiento entre la población, las fábricas se encontraron con el término de la financiación. Por tanto, con la llegada de la privatización, la industria pasó a manos del Banco de España. Para más tarde, ser cedida a la CAT (compañía arrendataria de tabacos) que hizo un esfuerzo en la mejora de las instalaciones.

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