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Falta de atención a la salud mental de las personas LGBTI


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2021  •  Ensayos  •  1.132 Palabras (5 Páginas)  •  74 Visitas

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Alumno: Gabriel Rafael Jiménez Espinosa

Profesor: Alonso Santacruz

Curso: Realidad peruana, ciudadanía y globalización

Título: Falta de atención a la salud mental de las personas LGBTI

El ser humano ignorante discrimina lo que no comprende y, lamentablemente, en nuestro país la mayoría aún no es capaz de comprender la libertad de otros seres humanos de elegir a quien amar. En el Perú, la idea de ser una persona LGBTI sigue siendo ampliamente rechazada, tanto a nivel social como a nivel institucional, lo cual representa un gran problema para dicha población. Sin embargo, es mucho más importante enfocarnos en cada individuo en específico, cuyo estado emocional puede verse tan afectado por esta negativa, que lo puede llevar hasta el suicidio. En este ensayo se cuestionará la pregunta ¿Por qué existe una falta de atención a la salud mental de las personas LGTBI en el Perú? Teniendo en cuenta la cultura machista en la que vivimos y la falta de especialización en el área de salud, podremos entender que existe una vulneración muy grande a los derechos de dichas personas.

La salud mental es definida por la OMS como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones y enfermedades.” Es decir, que va más allá de los problemas físicos de una persona; es un tema que definirá la calidad de vida de cada uno, y en muchos casos será determinante para ver si una persona elige seguir viviendo, así de drástico es. Es por ello, que debe ser tomada urgentemente por el estado peruano como una prioridad ante sus ciudadanos.

En primer lugar, la patologización de la orientación sexual y la identidad de género es un problema social que se traspasa de generación en generación como si de una creencia religiosa se tratase. Es decir, las familias más tradicionales y extremistas crían a sus hijos con ideas que son correctas según sus propias creencias, y al no existir mucha educación sobre el tema los niños crecen creyendo que todo lo que no es “como a ellos les enseñaron que debía ser” es raro, discriminable y hasta enfermizo.

Esto suele pasar con las personas LGBTI, que crecen con una presión inmensa ejercida por la sociedad o por sus familias cuyo prejuicio es que ser gay los condena a una vida infeliz, al VIH o a ser un enfermo o depravado. En consecuencia, vivir con dicho estrés de no poder expresarse tal y como son sí que los condena a tener un sistema inmune más débil, y ser más propensos a tener enfermedades crónicas como la depresión y la ansiedad.

Tal es el efecto de dicho estrés que, como se menciona en un estudio del Instituto de Salud Mental de Inglaterra en 2008:

“El riesgo de suicidio es dos veces mayor en personas lesbianas, gay y bisexuales. Por otro lado, el riesgo de padecer depresión y ansiedad es 1.5 veces mayor en personas homosexuales. Igualmente, la dependencia por el abuso de alcohol y otras sustancias por un periodo de más de 12 meses también fue de 1.5 veces mayor.”  (p.22).

Entonces, tomando en cuenta que dicha población tiene una mayor posibilidad de padecer enfermedades mentales, sería lógico pensar que necesitan una atención especializada a sus necesidades como parte de sus derechos. Sin embargo, existe otro problema social y psicológico conocido como “estrés de la minoría” que, como se explica en el informe de los derechos de las personas LGBTI en Perú del 2018, indica que las personas del colectivo normalmente afrontan más experiencias negativas que los llevan a ni siquiera reconocer su propia identidad de género para que no los traten mal.

Por consecuencia, si ellos no se reconocen a si mismas por miedo, no podrán buscar ejercer sus derechos individuales ni colectivos con el impacto que debería tener. Además, de que la atención de salud en general de los centros hacia las personas LGBTI deja mucho que desear, habiendo muchas quejas en el día a día sobre el trato que les dan. Es común que los traten diferente, se sientan incomodos o los encasillen en el mundo del VIH, esto debido nuevamente a la cultura machista en la que vivimos.

Esto se ve reflejado en varios informes y testimonios que exhiben experiencias de discriminación o exclusión de personas LGBTI en centros de salud. Por ejemplo, un estudio del colectivo No Tengo Miedo de 2014 llego a la conclusión que el 5% de los casos de discriminación fueron perpetrados en centros hospitalarios, principalmente mala atención y esperas injustificadas motivadas principalmente por la orientación sexual.

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