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Fenómenos Del Reality


Enviado por   •  1 de Octubre de 2012  •  1.930 Palabras (8 Páginas)  •  396 Visitas

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Fenómenos del reality

Desde el punto de vista psicológico y moral, ¿ante qué deformación de la personalidad humana estamos? En el fondo, se manifiesta como una forma (atenuada o incipiente) de voyeurismo y de exhibicionismo. No quiero decir que se trate propiamente de las perturbaciones patológicas designadas con estos términos (el voyeurismo es una perversión por la cual se busca la excitación contemplando las partes íntimas del cuerpo humano; el exhibicionismo, en cambio, consiste en el impulso a mostrar los órganos genitales). Pero sin llegar a estas parafilias, este tipo de fenómenos nos ponen en la misma línea. De hecho el éxito de este tipo de 'shows' se fundamenta en la convergencia de dos tendencias moralmente deformadas del ser humano: por un lado, la ambición de ser mirado, y, por otra, el afán de fisgonear en las vidas ajenas.

Es interesante (y trágico) el giro moral que va dando al respecto nuestra sociedad. Hasta hace poco tiempo ser tachados de mirones, entremetidos, curiosos, chismosos, hurones, etc., era un insulto, una identificación muy baja (en varias novelas costumbristas se describen personajes con estas características, resultando siempre aborrecibles al lector). Ahora ese mismo vicio pasa desapercibido, y las intimidades, pasiones, vicios, etc., del grupo de personas que prestan su intimidad por televisión, son la comidilla y la habladuría cotidiana en las oficinas, el colegio, los comercios, el colectivo o el taxi. ¿Será un efecto de la globalización? ¿No será que en vez de una 'aldea global' estamos construyendo un conventillo sin fronteras?

Estos programas, lo acepten o no lo acepten sus seguidores, producen gravísimas consecuencias en la sociedad. 'Ni extremadamente críticos ni defensores del fenómeno, los sociólogos y psicólogos consultados aseguran que estos programas no son inofensivos para el espectador'[8].

Las ideas y actitudes que se ponen de manifiesto en estos shows son de orden inmoral. No hablemos aquí de las pasiones desordenadas que se muestran o se promete mostrar, al menos en algunas versiones de estos espectáculos (peleas, celos, obscenidades, sexo, impudor, ociocidad, etc.). Esto cae de maduro. Pero la misma mecánica del fenómeno contiene una inmoralidad: en efecto, se trata de un juego, pero ¿qué es lo que está en juego? El premio es el dinero y la fama; por contraposición, el castigo es la vuelta al anonimato. Los que premian y castigan son (al menos así se les hace creer) los televidentes que votan a quien mantener y a quien echar. El mecanismo de juego consiste, por tanto, en la astucia para serruchar el piso a los demás participantes (si no, ¿cómo se podría ganar?), pero mostrando una cara positiva, 'buena onda', espíritu de equipo, es decir, la simpatía necesaria para ganarse al público votante. Sin embargo, en esa pequeña sociedad de competidores, 'nadie ayuda a nadie, por más que simule lo contrario'[9]. En el fondo esto es el reino de la hipocresía que disfraza la 'rivalidad' de camaradería. Por esto en algunos países como Francia y Grecia, algunos sectores de la sociedad han reaccionado con fuerza contra estos shows televisivos. El diario griego Kathimerini ha acusado a uno de estos programas de 'hacer emerger las características más repugnantes de la naturaleza humana'.

La sociedad absorbe estas actitudes y estos mecanismos como esponja. Una demostración de esto es la manipulación que los productores de estos programas ejercen no sólo sobre los participantes sino también sobre la audiencia: los juicios que hace la gentes sobre cada uno de los participantes están manejados por los productores. 'En los resúmenes que se emiten durante la semana, el encadenamiento de imágenes es arbitrario y constituye una herramienta esencial para manipular la opinión pública. La edición -lo han dicho los familiares hasta el cansancio, ustedes muestran lo peor de mi hijo, yo llamé a la producción para denunciarlo, me dijeron que iban a revisar los tapes, pero no pasó nada, en este país es siempre lo mismo- establece tendencia, va torciendo el pensamiento del público, va moldeando su humor'[10]. De la misma manera se van manipulando los juicios de valor, pues las relaciones de simpatía y antipatía (que son sentimentales y fácilmente manipulables) respecto de cada personaje van originando juicios de valor sobre sus comportamientos: tendemos a 'justificar' los actos de quienes amamos y a 'condenar' los comportamientos de quienes odiamos.

Por eso no es totalmente exacto (aunque sí en cierta medida) lo que se dice a menudo: que estos shows son un reflejo de la sociedad contemporánea. Es más cierto lo contrario, a saber: que, por la fuerza de los medios de comunicación (que son 'creadores de opinión', como a veces se dice) los programas televisivos van moldeando la sociedad, es decir, logran que la audiencia termine hablando, pensando y actuando como hablan, actúan y piensan los personajes que contempla. Muchos, viendo estos programas, tal vez se pregunten asombrados: '¿así somos nosotros?'. Y por no perder el tren de la sociedad (¡suprema vergüenza!) se subirán también ellos al último vagón de un tren fantasma.

En todo caso puede decirse que estos 'reality shows' son un reflejo de la sociedad en clave 'futurista'. Es decir, como reflejo de la sociedad a la que tiende rápidamente nuestra mal encarada globalización. Un par de observaciones muy interesantes hace Víctor Hugo Ghitta en un artículo periodístico, evocando la novela de Georges Orwell '1984', que es una metáfora de la opresión que ejerce el poder en los regímenes totalitarios, que se puede sintetizar en una especie de nuevo mandamiento: 'no escaparás'. También recuerda el libro 'Vigilar y castigar', de Michel Foucault, escrito en los años 70: 'En ese trabajo Foucault examina los sistemas de encarcelamiento contemporáneos, el modo en que denigran la condición humana y establecen una vigilancia jerárquica para desarrollar lo que denomina 'la ortopedia social'. En ese volumen, Foucault incorpora un término que perdurará

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