Funcionalismo Estructural-Talcott Parson
Lizee22 de Septiembre de 2013
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Cuando hablamos de desigualdad social nos referimos a todo ese conjunto de diferencias y discriminaciones sociales, político-jurídicas, religiosas, por razones de sexo, edad o raza, y, en mi opinión, especialmente económicas. Esto ha existido desde épocas muy antiguas, sobretodo la desigualdad entre sexos, discriminando a la mujer en todos los ámbitos, o en la mayoría de ellos. Se les prohibía patentar sus inventos, firmar con nombre femenino todo lo que escribieran, no tenían derecho a votar ni a opinar sobre la sociedad, no podían trabajar, ya que su único trabajo era cuidar de sus hijos y de la casa conyugal, y así multitud de diferencias que situaban al hombre como ser superior y dominante, dejando subordinada a él la figura femenina. Con el paso de los años, la mujer ha ido adquiriendo unos derechos que le han permitido superar esa desigualdad, y hoy por hoy estos cambios son claramente visibles, siempre y cuando hablemos de un país que tenga inscritos estos derechos en su Constitución.
Aún así, en algunos países, la mujer sigue siendo una figura inferior y la violencia de género, un tema muy polémico, agrava más esta situación, ya que se está dando constantemente; y en nuestro país, desgraciadamente la cifra asciende a 16 víctimas en lo que va de año 2011.
La pobreza como concepto hace referencia a la carencia de una persona o población por no poder cubrir sus necesidades básicas, en cambio la desigualdad es la imposibilidad de acceder a determinados recursos, derechos, obligaciones, beneficios etc. La desigualdad es una manifestación de la pobreza.
La desigualdad puede ser social y económica, de género, raciales, culturales, geográfica o naturales. La brecha entre los más ricos y los más pobres de un determinado lugar permite establecer el nivel de desigualdad de un país o sociedad, y esto acentúa los niveles de pobreza.
La pobreza y la desigualdad social son dos conceptos muy relacionados. Para algunos expertos el problema no es la pobreza sino la desigualdad social. Otros consideran que ambos deben ser tratados para lograr tener una sociedad justa y equilibrada. Y que no alcanza con el crecimiento económico sino que además hay que implementar acciones de distribución de la riqueza e inversión social para lograr un desarrollo humano extendido.
La tendencia actual demuestra que sigue incrementándose la desigualdad entre países ricos y pobres y lo mismo ocurre dentro de los países. Mientras siga esta realidad seguirá creciendo el número de pobres en el mundo y este se hará cada vez menos sustentable y empeoraran los problemas globales y locales. Se necesitan realizar cambios en la economía y en las sociedades donde el bienestar de las personas sea la prioridad no la bolsa, las acciones o el índice este o aquel.
Por una parte, mucha gente del mundo de la fama o con recursos económicos se interesan por el tercer mundo y crean organizaciones y ONG para donar dinero, ayuda higienicosanitaria, edificaciones públicas, etc., e incluso aquellas que pertenecen a clases medias o con pocos recursos, y por lo tanto no pueden ayudar económicamente, se preocupan e intentan hacer algo por esas personas, aunque sea la mínima cosa; pero no siempre es suficiente. Deberíamos hacer más, ya que la situación sigue siendo la misma, pasen los años que pasen y hay muchos países que se encuentran bajo esta condición de hambre y pobreza; niños explotados laboralmente, mujeres que mueren al dar a luz, ancianos que no pueden curar sus enfermedades, etc...
Por otra parte, la mayoría de personas sabe de la existencia de este problema pero no sabe como actuar; o simplemente pensarán que como no es su situación y probablemente no lo será nunca, no se preocupan ni piensan en ello, aunque esté ahí. También hay países que se aprovechan de esta situación, como es el caso de los Estados Unidos, cuando explotó las minas y petróleo
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