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TALCOTT PARSONS

SandraBaeza2 de Octubre de 2013

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Página 1 de 15

Discusión del ensayo

de Talcott Parsons “La posición

de la teoría sociológica”*

Discussion of Talcott Parsons’

“The position of sociological theory”

Robert King Merton

Universidad de Columbia, Nueva York

Traducido por Fernando Cubides Cipagauta**

Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

Comenzaré citando el pasaje del texto de Parsons que suscitó mi interés

en discutirlo, y es su observación según la cual:

Ya es tiempo de ocuparse de la teoría como una labor común

de los miembros de un grupo profesional que estén teóricamente

interesados, más que por “teorías” o por la discusión crítica de

trabajos de una variedad de gente muy diversa. Resulta algo promisorio

entonces que varias contribuciones actuales pudieran converger

en el desarrollo de una estructura conceptual simple.

Quiero hacer tres precisiones respecto de dicha afirmación. La primera,

aquello en lo que estoy parcialmente de acuerdo; en segundo lugar,

* Tomado de American Sociological Review (1948, abril), 13, pp. 164-168. Este texto, como el

que es objeto de discusión, nos ilustra acerca de la riqueza y fertilidad de un estilo de discusión

característico de la academia norteamericana por estos años. Tanto la ponencia de Parsons

como el presente comentario de Merton fueron presentados en la reunión anual de la American

Sociological Society el 28 de diciembre de 1947 en Nueva York. Y tuvieron sendos desarrollos

teóricos en las respectivas obras de los dos intervinientes. A raíz de los comentarios de Merton,

Parsons amplió su posición en el que llegó a ser uno de sus ensayos fundamentales: “La posición

actual y las perspectivas de la teoría sistemática en sociología” —en español está incluido

en su libro Ensayos de teoría sociológica (Buenos Aires: Paidós, 1967)—. Por su parte, el presente

comentario de Merton podría considerarse una versión primera de su conocido texto “Sobre

las teorías sociológicas de alcance intermedio”, que hace parte de su libro Teoría y estructuras

sociales. Agradecemos la indicación de Gonzalo Cataño acerca de la importancia de este texto

y la conveniencia de traducirlo. Como se sabe, Cataño es especialista en Merton y miembro del

Consejo Editorial de nuestra revista. (N. del T.)

** Profesor del Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia, sede

Bogotá. fncubidesc@unal.edu.co

[234]

U n i v e rs i d a d N a c i o n a l d e c o l o m b i a

Robert King Merton

me extenderé sobre algunas de las implicaciones de dicho postulado, y,

por último, explicaré en qué estoy en desacuerdo.

No puedo menos que estar muy de acuerdo con el punto de vista

según el cual la época en la que escuelas rivales de teoría sociológica, cada

una de las cuales provee su propio sistema de doctrina en el mercado de

la opinión sociológica en guerra abierta con sus enemigas, ha quedado

atrás, y que está bien que así sea. Como lo sugiero más adelante, ese tipo

de controversias fueron en gran medida producto del afán de crear sistemas

totales de pensamiento sociológico más que pequeñas familias de

teoremas verificados empíricamente.

Una de las implicaciones de lo postulado por Parsons, en cambio,

merece un comentario más amplio. Dado su atractivo, la confusión de la

teoría sociológica con la historia del pensamiento sociológico está lejos

de ser abandonada. Lo cual no significa desconocer el gran valor que

tiene que uno mismo se ubique en relación con la historia del pensamiento

sociológico. Tan sólo niego que la historia de la teoría sociológica y

una teoría actual y aplicable sean una y la misma cosa. En las escuelas de

medicina, por ejemplo, no se suele confundir la historia de su disciplina

con sus teorías actuales, así como tampoco los departamentos de Biología

identifican la historia de la biología con la teoría vigente, la que en este

mismo momento emplean y guía su investigación. Decir esto parece a

la vez obvio y embarazoso. Con todo, el caso es que en la sociología esa

distinción entre la historia de la teoría y los desarrollos teóricos actuales

no se ha acogido del todo, por lo menos si uno toma como evidencia

los currículos y las publicaciones. Recapitulando, han sido muchas las

corrientes y tendencias del pensamiento sociológico —¿quién podría

decir a estas alturas que un aspecto de lo anterior ha sido especulación

o genuina teoría?—. Pero es relativamente poco lo sistemático de tales

teorías con lo que los sociólogos de hoy operan. Tanto la historia como la

construcción sistemática de teoría nos conciernen hoy, pero ésa tampoco

es una razón para que las confundamos. Las teorías de un Comte o de un

Spencer, o las de Hobhouse o Ratzenhofer tienen sobre todo un interés

histórico, y muy poco de lo que tales autores escribieron podemos considerarlo

pertinente hoy. Fueron tal vez grandes logros en su momento,

pero está claro que su momento no es el nuestro. Son prueba del talento

de hombres talentosos, pero no proporcionan orientaciones para el análisis

actual de problemas sociológicos.

La actual teoría sistemática representa la acumulación selectiva de

aquellas partes del acervo teórico que han sobrevivido a la prueba de

décadas de investigación. La historia de la teoría incluye construcciones

que se diluyeron al ser sometidas a pruebas rigurosas. Y eso incluye también

los falsos comienzos, las doctrinas arcaicas y los escuetos errores

del pasado. Confrontarse a todo eso es una parte indispensable del equipamiento

teórico, pero no ha de ser sustituto de la labor sistemática en

la teoría actual. En vez de identificarlas, vale más que las consideremos

como esferas distintas, que sólo están relacionadas de modo parcial.

[235]

R e v i s t a C o l o m b i a n a d e S o c i o l o g í a V OL . 3 3 , n . º 1 e n e r o - j un i o , 2 0 1 0 I S S N 0 1 2 0 - 1 5 9 X b o g o t á - c o l o m b i a

Discusión del ensayo de Talcott Parsons “La posición de la teoría sociológica

A estas alturas, debo declarar que estoy totalmente de acuerdo con

las que asumo que son las implicaciones del postulado de Parsons que

comencé citando. Pero cuando él sugiere que nuestra principal tarea es

“la teoría” y no “las teorías”, debo decir entonces que hago una excepción

con esa parte de lo que postula. El hecho es que el término “teoría

sociológica”, tal como el de “teoría física” o el de “teoría médica”,

a menudo es muy equívoco, pues sugiere una mayor integración de la

que existe de ordinario en cualquiera de tales disciplinas. Permítanme

aclarar lo que estoy diciendo. Es obvio que cada disciplina se esfuerza

por adquirir una consistencia lógica y empírica. Y desde luego que la coexistencia

en el tiempo de teorías lógicamente incompatibles supone una

tensión, resuelta sólo cuando una o varias de las teorías en confrontación

se abandonan, o se revisan, para eliminar la inconsistencia. Y desde luego

que en cada disciplina podemos encontrar conceptos básicos, postulados

y teoremas que son el patrimonio común de todos los que elaboren

una teoría, independientemente del rango de problemas con el que estén

tratando. Pero revisemos la experiencia de dichas disciplinas de un modo

más atento. Nótese cuán poco común es que se ocupen de “teoría física”

o de “teoría química”, y en cambio cuán típicamente tienen que ver más

bien con teorías acerca de un tipo específico de fenómenos, por ejemplo,

con la teoría cinética de los gases, la teoría de las ondas de luz o la teoría

de las celdas en la estructura del cristal.

Y desde luego, estas distintas teorías involucran conceptos y postulados

fundamentales. Pero el hecho significativo es que el progreso de

estas disciplinas ha consistido en construir un amplio número de teorías

específicas para cierto tipo de fenómenos, y en explorar sus relaciones

mutuas, y no en centrarse en “la teoría” como tal.

Ahora bien, ello no implica que los científicos sociales deban seguir

de modo acrítico las prácticas de quienes les han antecedido en el

campo de las ciencias naturales, pero creo que lo anterior comporta una

lección objetiva.

En las etapas iniciales de una disciplina dada, sus exponentes, típicamente,

pueden pretender que han desarrollado sistemas totales de teoría

que se adecúan a todo el rango de problemas que abarca la disciplina.

Pero los sistemas sociológicos completos, como en su momento los sistemas

completos de teoría médica o química, suelen dar lugar a conjuntos

de teoría circunscrita, menos abarcadores pero más adecuados.

No esperamos ya la creación individual de un único y arquitectónico

sistema que provea un completo vademécum, un catálogo completo de

soluciones de los problemas sociológicos. La ciencia, aun la ciencia sociológica,

no ha

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