Historia De Vida

Historia de vida

Yo soy Gabriel Esteban Torres Meda. Soy originario de Villa de Álvarez Colima, nací un 30 de marzo de 1993 en el seno de una familia donde solo había Papá y Mamá y hablando de ella, me dijo que ese día nacieron todas las flores y cantaron los ruiseñores, en lo particular no le creo, pero es mi madre y lo que ella dice no tiene objeción.

Como todo niño de temprana edad su mundo es maravilloso, nuevo, aún se tiene esa admiración por lo desconocido que te hace soñar e imaginar cosas increíbles.

A la edad de 3 años yo era el niño mas hiperactivo del mundo, al menos eso me decían siempre, andaba de aquí para allá, feliz de la vida. En compañía de mi Mamá todo era seguridad y diversión, me enseñó cosas que ahora que soy adulto y estudiante me han servido y siempre me servirán.

Hago un reconocimiento a mi madre, que es una persona importantísima en mi vida y seré más claro del porqué, Gabriel, lávate las manos, Gabriel no hables con la boca llena, siéntate bien, baja los codos de la mesa, no grites, no corras, saluda, di gracias, usa la servilleta, no señales con los dedos, baja la tapa del escusado, tiende tu cama, no te quedes dormido en misa, etc. Todo lo tengo perfectamente grabado y a pesar de ello no lo hacía porque para mí eso eran cosas banales.

La etapa del kínder no la recuerdo muy bien, sin embargo yo era ese niño que el 90% del año lloraba en la puerta de la escuela porque no quería separarse de su mamá. En la primaria todo cambió.

A los 6 años empezó algo que le llamo renacimiento, adiós a esa felicidad sin medida, adiós a tu inocencia. Entré a una escuela pública en el bello puerto de Manzanillo y a pesar de que no todo fue bueno, ni como lo esperaba, sé que fue una decisión bien tomada de mi parte por que aprendí desde pequeño que no existe la felicidad completa para muchos en la vida. Los niños en esa escuela eran diferentes, no eran buenos niños, se burlaban de mi porque era muy inocente, hasta creyeron que era rarito. Tenía una escasa habilidad con deportes, con el estudio, con casi todo y me fue muy difícil superar todas esas adversidades.

También tengo que decir que en la primaria, precisamente en tercer año, encontré el amor por la Historia y poco a poco mejoré algunos aspectos de mi vida de niño. Tenía 8 años y la vida me sonreía de nueva cuenta, ahora era un estudiante sobresaliente, tenía muchos amigos, aprendí a leer y escribir de manera fluida.

Pero como ya lo dije, no todo en la vida es felicidad. A la edad de 9 años tuve la oportunidad de viajar a los estados unidos con mis papás, conocí muchos lugares muy padres y el sueño de todo niño e inclusive de los mas grandes, fui a Disneyland. Dos meses de vacaciones geniales que toda mi vida recordaré pues fui dos veces en periodo vacacional. Bueno, aquí va lo malo de todo, al regreso de esas vacaciones mi Papá empezó a tener problemas económicos debido a un problema con su trabajo, él en ese momento era subgerente de unos condominios muy importantes de Manzanillo, fue acusado de cosas que hasta la fecha no le he preguntado y no lo haré porque siempre he creído en su palabra.

Bueno, ya que estoy en eso, hablaré de mi Papá, una persona de lo más noble, inteligente, sencillo y alguien que me enseñó siempre que no debo olvidar de dónde vengo y hacia dónde voy. El creció en una familia de 12 hermanos en un municipio llamado Comala en Colima, su familia era sencilla y siempre le enseñaron la importancia del trabajo y la honestidad y debido a ello pudo superarse y estudiar una carrera en Europa logrando aprender así 5 idiomas por su propia cuenta.

Tuve muchos altibajos en mi infancia, pero un momento que me marcó e hizo que muchas cosas en mi cambiaran fue cuando mi Papá se tuvo que ir a trabajar “del otro lado”. Me convertí en el jefe de familia y yo sin siquiera saber cómo hacer el desayuno, cosa que aprendí entre otras cosas y sí que me están sirviendo. Un momento que siempre recordaré y creo que será muy difícil de contar fue cuando el día de mi cumpleaños mi papá me marcó por teléfono, cantando las mañanitas y diciéndome “Feliz cumpleaños campeón”, lloré intensamente por mucho tiempo, son esos momentos lo que a pesar de que demuestras que eres débil, te llenan de fuerza para seguir adelante.

Poco a poco las cosas se fueron arreglando, mi Papá regresó del “otro lado” y bueno, casi todo volvía a la normalidad. Por cuestiones de trabajo tuvimos que dejar el bello puerto de manzanillo para mudarnos a vivir al área del lago de Chapala, un nuevo estilo de vida. Cabe mencionar que la primera vez que fui a un restaurant pedí una torta y no me entendieron, luego aprendí que se llamaban lonches, pero bueno.

Chapala me formó y si bien las cosas eran raras ya, iban a empeorar. La gente allá era rara, se vestían raro, hablaban raro, todo raro y con clima frio, pero como siempre, tuve que acoplarme a ello. Entré a la secundaria y como buen joven que no medía el peligro conocí a los “Cholos” , yo los veía como simples muchachos con playeras que no les quedaban por que tal vez era ropa heredada de sus hermanos mayores y mi sorpresa fue que no era así y casi no la cuento. No todo en la vida es malo, también conocí a mis actuales amigos entre algunos otros amores. La secundaria no fue del todo mi gusto, no la veo con algo malo en mi vida pero tampoco al que deba resaltar.

Podrán secarse sus lágrimas pues hemos llegado a la etapa de la preparatoria, la etapa donde me conocí. Dejando atrás los cholos y vago y medio, en la preparatoria ya había gente con un poquito de interés por estudiar pero más interés por vivir la vida. Empecé a tener muchos amigos y a divertirme otra vez como niño, solo que esta vez con alcohol y mujeres, muchas. Hago un paréntesis para comentar que nunca he probado ningún tipo de droga pero sí han entrado dentro de mi curiosidad. Volviendo al tema, en la preparatoria ya podía desarrollarme mejor como persona y eso me abrió las puertas,

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