HISTORIA DE VIDA

PROYECTO DE VIDA

Un pasaje de la novela de Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll, narra la historia de una adolescente que “cae por accidente” en un agujero que la lleva a una tierra mágica, este cuento nos da una pista del significado de la vida y la pregunta esencial que cada uno debemos hacernos para saber el rumbo que debemos tomar.

Cuando Alicia se Encontró con el Gato de Chesire, tuvieron el siguiente diálogo:

--¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?

--Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar –dijo el Gato

--No me importa mucho el sitio… --dijo Alicia.

--Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes –dijo el Gato.

Realmente la vida para poderla vivir en su totalidad tenemos, en algún momento de nuestras vidas, que hacernos la pregunta: ¿Qué quiero yo de la vida? Esta pareciera una pregunta sencilla, pero realmente es el comienzo de un caminar profundo, un desenmarañar, un desgajar como el que se hace con una cebolla, cada gajo arde, cada gajo duele, con cada gajo se llora.

Pareciera no ser tan cierto el dicho: “todos los niños vienen con una torta debajo del brazo”, esto nos hace pensar que viniéramos preparados para cierta emergencia, más sin embargo, ¿qué puede durarnos una torta?, más bien, cada uno de nosotros debiéramos venir con un libro de ruta bajo el brazo, con el mejor camino trazado y con dos opciones extras en caso de equivocarnos o querer tomar otro camino.

¡He tenido una vida muy afortunada! He sido muy afortunada. Pero hasta para decir esto es importante aclarar el significado de fortuna, porque esto cambia para cada uno de nosotros. Mi fortuna fue nacer libre, en el campo, con una familia conformada de 11 hermanos y un ejemplo de padre.

A los 8 años la labor de tener que lavar los pantalones de mis hermanos que venían del trabajo, de hacerle la cena a mi padre, de tener que caminar 15 kilómetros a veces por las mañanas o por la tarde para ir a la escuela, o de regreso a casa me hizo madurar y apreciar las cosas a una temprana edad y me hizo una mujer responsable. El ser la más pequeña de los 11 hermanos, contrario a ser la consentida, la “chunca”, me hizo la responsable de los que venían antes de mí.

Recuerdo que tenía que salir del rancho con mi hermano muy temprano de nuestra colonia para ir a la escuela que se encontraba fuera de la colonia, sin nada en el estómago, llegábamos a casa de una de mis hermanas antes de ir a la escuela y para ganarme el pan de cada día tenía que ayudar en los quehaceres de la casa. Esto no significaba que tenía dinero para gastar a la hora del recreo para comprarme una torta o unos tacos, o siquiera un dulce. Recuerdo que tenía una amiga con quien pasaba el tiempo del recreo juntas y a quién podía “admirar” mientras ella se comía su sándwich de jamón y podía comprar todo lo que se le antojaba, A veces ella tenía compasión de mí y compartía su desayuno conmigo. Esto me hizo ser una mujer compasiva, generosa, optimista, que tiende su mano a todo el que la necesita cuando lo precisan, que escuchan y comparten tanto lo bueno como lo malo, soy sensible con los dolores ajenos y que brinda su ayuda, a pesar de todo. Esa experiencia también hizo de mí un ser cuidadoso de lo que tengo, previniendo siempre tener un ahorro, para una emergencia o una necesidad que pudiese surgir.

Recuerdo que cuando a veces mi hermano, 3 años más grande que yo, y yo nos gastábamos el dinero del camión de regreso teníamos que regresarnos a pie, qué aventuras tan grandes pasábamos con mi hermano. El nunca me cuidó como su hermana más pequeña, nunca me vio como una responsabilidad suya, me trataba como su igual, eso hacía que las cosas se pusieran interesantes. Nos subíamos a los árboles a cortar fruta, nos metíamos al río a darnos un buen chapuzón antes de llegar a la casa. Eso en sí era un acto de temeridad, ya que sabíamos que si mi padre se daba cuenta que habíamos pasado al río nos pegaba una tremenda “tunda”, pienso que esas experiencias me marcaron profundamente con dos cosas que me han definido: me encanta disfrutar la naturaleza y me cuesta mucho trabajo divertirme, no hablo de no saber divertirme en una fiesta, un baile o una reunión familiar, hablo del aspecto de poner obligación y trabajo antes de cualquier cosa.

Mi madre fue una madre ausente, no por decisión propia, ni por desamor, simplemente éramos muchos y la carga de la casa era bastante, así que yo, la más pequeña me quedé en el rancho

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