Historia, racismo y conocimiento
Dolores LariosEnsayo3 de Agosto de 2019
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Historia, racismo y conocimiento
Considero que antes que hablar sobre los temas de patriarcado, racismo, violencia de género, agresiones, entre otros, en los que se centra Segato (2018) es importante saber un poco acerca de cómo surgió todo esto que seguro no fue por generación espontánea.
Partamos del hecho de que somos descendientes de los grupos originarios que habitaban estas tierras antes de la llegada de los españoles, donde quizá ya podíamos ver claros indicios de diferencias en la forma en la que se repartían las actividades entre los hombres y las mujeres, pues los primeros se dedicaban a la casa y las segundas se encargaban del hogar.
Con el paso del tiempo todo esto fue cambiando y nos convertimos en un pueblo conquistado y colonizado por los españoles tal como lo dice Segato (2018). Este acontecimiento establece una nueva separación ya no solo entre un hombre y una mujer (genero), sino que marca una diferencia social entre la gente blanca, los indígenas, criollos y negros, transformándonos en una sociedad clasista y racista.
Los hechos históricos continuaron avanzando y muchos pensarían que con la independencia esta situación cambiaria ya que fueron negros, indígenas y criollos los principales promotores y partícipes de ella, quienes querían recuperar su libertad, su dignidad, lo que era suyo. Pero seguro no se imaginaban que el racismo no acabaría allí ya que la diferencia racial había sido sembrada en sus corazones y en su cultura.
Durante todo este tiempo hemos quizás sido formados en una pedagogía de la crueldad. Nos hemos transformado en seres materialistas y se nos ha olvidado que venimos a este mundo para ser felices. Yo sé que en muchos lugares hay carencias como es el caso de los migrantes que expone Sánchez (2013) en el video, donde cada uno de los migrantes que decide aventurarse a este recorrido sabe los peligros a los que se enfrentará y que no será una tarea nada fácil, más cuando se trata de una mujer como es el caso de María. Pero aun así están dispuestos a todo, incluso a perder la vida con la esperanza de tener una mejor validad de vida, inclusive en un lugar extraño, el que durante generaciones se les ha presentado como la mejor opción para obtener económicamente lo que quieren, ya que el país de donde vienen tiene grandes carencias y marginaciones, lo que los lleva a arriesgar su vida. Con carencia nos podemos referir a muchas cosas, Hernández (2016), Marroni (2016) y Villafuerte (2016) nos muestran que estamos en crisis, que vivimos en un mundo donde la violencia, abusos, desigualdad económica y social, desempleo, cultura, la injusticia y la reestructuración geopolítica ha orilla a mexicanos, centroamericanos (Guatemala, Honduras, el Salvador) e incluso asiáticos a emigrar de su país y convertirse en migrantes ilegales buscando el sueño americano y poder llegar a su destino final a estudiar, trabajar o encontrarse con su familia. La migración para ellos no es solo una opción de vida, es la solución a sus problemas.
México forma un papel de suma importancia en este proceso migratorio, Segato (2018) en primera instancia evidencia como Estados Unidos se comió gran parte del territorio mexicano, en segunda, señala que nuestro país se ha convertido en un paso migratorio y en tercera, que este proceso migratorio se ha vuelto un negocio redondo que involucra a diferentes personas, políticos, policías, carteles y mafia convirtiéndose en una fuente de riquezas para muchos y perjudicial para otros. Y de pronto lo que parecía un negocio pasajero se transformó en una organización lucrativa custodiada por el crimen organizado debido a las ganancias que esta representa. Convirtiendo así a los migrantes, como señalan Marroni (2016) y Hernández (2016), en personas vulnerables, víctimas de asaltos, extorsiones, secuestros e incluso asesinatos. Es evidente que “el crimen produce riqueza” y que esa riqueza esta solo al alcance de algunos.
Marroni (2016) enfatiza como las mujeres en tránsito migratorio son las más vulnerables, con esto no se refieren a su condición de mujer, sino como se transforman en objetos y víctimas de los coyotes, la mafia, carteles y otros durante este lago caminar. Pero no es el único lugar donde existe violencia contra la mujer Segato (2018) hace una comparación entre las mujeres que mueren en su tránsito migratorio y las que han muerto a causa de los feminicidios en Ciudad Juárez, por ejemplo, todas ellas eran seres humanos y no objetos, sin importar su procedencia, raza, color, situación física o económica.
Los migrantes son una población en movimiento (en tránsito) que necesita protección y asistencia social ante la violencia, secuestros, extorciones, agresiones, asesinatos, violaciones, comercio sexual, pornografía y otros delitos de los cuales son víctimas al pasar por la frontera nacional. Al respecto Vargas (2016) nos dice que de esto se encarga la Política Publica Migratoria de México, pero habría que revalorar si está funciona adecuadamente ya que cada vez es más grande el número de migrantes que se convierten en víctimas e incluso que mueren en el camino. Pero que les puede ofrecer un país que es presa del terror en las calles, que no puede garantizar la seguridad de sus propios ciudadanos, principalmente en las zonas fronterizas debido al crimen organizado (cárteles) y corrupción que en ellas prima. El crimen organizado, la venta de drogas, trata de personas se han convertido en productores del capital financiero de gran relevancia para la economía de muchos lugares pasando por alto muchas situaciones como lo menciona Segato (2018).
Estamos inmersos en una ola de violencia e injusticia deshumanizante donde miles de mujeres que no son migrantes o vienen de otro país son asesinadas, violadas o ultrajadas, donde día a día desaparece la gente sin dejar rastro, donde los secuestros se han vuelto parte de la sociedad y no hemos hecho nada más que mirar cómo pasa una y otra vez.
Segato (2018) nos habla de los feminicidios, de cómo las mujeres han sido víctimas en diversas formas o circunstancias de ultrajes, donde se puso en juego su integridad física y moral violando sus derechos. Sería importante también considerar las consecuencias que ha tenido esto en su vida, ya que seguramente los acontecimientos que vivieron han originado un trauma que marcará el antes y el después. Pero como lo dice Cyrulnik (aprendamos juntos, 2018) cada sujeto responde de manera diferente ante un trauma y depende de él, de su entorno y el apoyo afectivo que reciba la forma en la que enfrentará dicha situación. Transformando su situación de vulnerabilidad en una fortaleza de resilencia para salir adelante y empezar de nuevo.
Dussel (2009) y Rodríguez (2008) mencionan que habría que valorar que tan insensibles nos hemos vuelto ante estas situaciones, quizás nos hemos convertido en simples espectadores de lo que ocurre a las mujeres en nuestro país, convirtiéndose en personas con necesidades o en situaciones de riesgo. A pesar de ver y saber lo que pasa, ya no sentimos empatía por sus situaciones y somos incapaces de actuar o hacer algo por que las cosas cambien, como si todo lo que pasara a nuestro alrededor fuera parte de una película y los personajes fueran totalmente ajenos y diferentes a nosotros.
Vivimos en una época de grandes cambios y reestructuraciones, donde todos nos creemos con derecho de exigir lo que no damos a los demás. Queremos tener una sociedad diferente en la cual no haya discriminación sin importar nuestra condición social, política, económica, geográfica y física, pero ¿realmente estamos dispuestos a cambiar o dejar lo que esto conlleva en nuestra vida?
Segato (2018) nos habla de la discriminación racial, étnica, cultural, social y educativa que sufren los afrodescendientes de Brasil. Lo cual nos deja ver que estamos llamados a un cambio, a una transformación social donde no exista discriminación y se respete la interculturalidad que tenemos, pero para ello es necesario cambiar nuestro sistema político y educativo, como lo dice Walsh (2009). Es necesario educar a los niños y jóvenes en las escuelas no solo en términos de adquirir conocimiento sino ayudándoles a recuperar sus valores humanos, con los cuales ellos serán capaces de integrar a otras personas que han sido excluidas durante épocas, haciéndolos aptos de crear un sistema multicultural donde se brinden las mismas oportunidades a todos y romper con esa cadena que nos ha llevado a segregar a pueblos indígenas de diferentes grupos originarios, personas que no hablan nuestro mismo idioma o son de un color diferente. Todo esto debido a los estándares impuestos por la sociedad, olvidando por completo que nosotros descendemos de un pueblo indígena con valores, costumbres y tradiciones, que hoy en día muchos han dejado a un lado ya que han sido arrastrados por la modernidad.
Una educación apropiada traerá consigo una transformación social donde podamos hallar tolerancia, comunicación y los mismos derechos, sin importar la condición y las diversidades culturales. Donde todos seamos iguales y nadie se sienta marginado, segregado, aislado o discriminado; evitando que una cultura se sienta superior a otra y creando una relación multicultural inclusiva que nos permita vivir una sana convivencia entre culturas y nos lleve a comprender ambos mundos como lo dice Corona (2009).
Aunque sabemos que lo anterior es un poco difícil debido a que los conceptos y términos que maneja cada lugar son totalmente diferentes y pueden llegar a cambiar la sintaxis de lo que el docente quiere expresar a sus alumnos. Es necesario que busquemos la forma de ir homologando términos y métodos de aprendizaje, todo esto con la intención de que el docente pueda tener un desempeño pedagógico apropiado, que desencadene una transformación social, económica, política y educativa.
Habría que analizar si realmente el sistema educativo es capaz de crear una educación universal donde todos tengan las mismas oportunidades de adquirir conocimiento según el contexto social y económico en el que se desarrollan, brindándoles todos los medios para lograr una educación digna y no volver a la educación un acto político que debe cumplir con fines diferentes. Es necesario buscar impartir una educación inclusiva para todos, humanizando al hombre para que busque una transformación pedagógica y social, superando las barreras que nos deshumanizan y nos hacen cometer injusticias hacia otros que tiene los mismos derechos que nosotros como lo dice Walsh (2009). Debemos ser capaces de abrir nuestra mente e ir más allá de lo que nos han marcado como un límite o a lo que estamos acostumbrados, dar un giro transcendental a la pedagogía que hasta hoy se ha establecido y formar una nueva praxis pedagógica que no sea exclusiva sino todo lo contrario, que sea una pedagogía capaz de evolucionar lo que hasta hoy conocemos, permitiéndonos así ejercer una acción política, ética y, social que nos lleve a vivir y convivir armoniosamente.
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