Infancias Y Juventudes

TRABAJO FINAL:

“ESCUCHANDO A LOS JÓVENES”

Si vemos un grupo de chicos sentados en una esquina, con gorras y tomando una cerveza, seguro lo que muchos pensamos es “estos borrachines” o “que pinta de delincuentes”.

Sin embargo, si vemos a un grupo de chicos en la plaza, bien vestidos, tomando mate, seguramente que pensamos distinto.

Así encontramos muchas y diferentes agrupaciones de jóvenes, que en la vida cotidiana se juntan para compartir intereses, juegos, opiniones; jóvenes que asisten a la escuela y otros que no, y que a pesar de esto han encontrado otro punto en común para poder relacionarse, como lo es la cultura popular, su propia cultura.

La sociedad tiene un concepto errado del concepto de juventud o adolescencia, y esto se debe a la información que de ellos nos brindan los medios de comunicación. Hay instalado un estereotipo que no permite ver más allá, que no muestran las reales diversidades de infancias y juventudes, y aun así, son los jóvenes los que cada día toman más protagonismo en muchas actividades, como por ejemplo políticas, aunque con cierta desconfianza, debido claro al reclamo de la sociedad, de pretender algo que ni ella misma otorga.

Este trabajo fue realizado con un grupo de jóvenes de entre 15 y 22 años, que participan en Carmen de Patagones de una actividad que ha ido cobrando importancia entre ellos, como es el skate.

Subidos a sus patinetas o prestándose entre ellos, recurren ciertos lugares de la ciudad. Pueden verse en las escalinatas de la Catedral, o en los Cañones, y ahora, recientemente inaugurada poseen a su disposición una pista de skate, que es fuertemente concurrida sobre todo durante el fin de semana.

Sin embargo, aquellos que se apegaron al estilo del Skater, (gorrita ladeada, algún que otro piercing, bermuda), suelen verse no sólo en los sectores nombrados si no también andando en las calles, en su patineta como medio de transporte.

Abocadas a resolver el presente trabajo, nos pusimos en contacto con un grupo de cuatro jóvenes que practican en la pista, y que observando, puede verse son los mayores allí. Comenzamos una charla, la que a medida que los chicos se fueron soltando se hizo más activa. Las preguntas preparadas fueron correctamente respondidas, aunque muchas de ellas llevaron a charlas y temas paralelos que se interrelacionaban continuamente.

Este grupo de jóvenes se conforma de cuatro integrantes, cada uno proveniente de una escala distinta, que se conocieron uno a uno realizando este deporte que les gusta. De ellos, uno solo no estudia actualmente, y fue el que más se desplayó en sus reflexiones.

Nico, 20 años nos dice:” los adultos muchas veces juzgan sin saber. Capaz que tengo una buena relación con los adultos, pero a veces los tenés que escuchar como hablan de los jóvenes, que si se viste de una forma o con quien se junta, esas cosas, se creen que porque son mayores tienen la razón”.

El típico estereotipo del joven del que habla Silvia Bacher, los adolescentes que venden los medios de comunicación, los violentos, adictos, apáticos y sin compromiso social, la historia que se aleja de la diversidad de infancias y juventudes que coexisten. Los medios, y en relación con ellos los adultos, parecen desconocer la complejidad fragmentada y diversa que es la constitución de las identidades adolescentes. Algunos sujetos se desarrollan cuidados por ámbitos como hogares, clubes, escuelas, pero otros tienen que acostumbrarse y vivir en la violencia social. Sin embargo, todos tienen un punto en común: buscan su lugar en el mundo, su identidad.

La pregunta: ¿Qué pensas de la escuela?, fue disparadora de múltiples y encontradas reflexiones, que nos llamaron la atención al ser tan contradictorias.

“Pensar en la escuela es pensar en tu casa, un segundo hogar, donde pasas la mitad del día. Es donde se aprende” (Julia 16 años).

“La escuela es la escuela, donde voy para aprender a leer, a sumar, sobre la historia y todo eso. No creo en la frase de la escuela es el segundo lugar, esa frase para mí, que lo invento la escuela, porque es egocéntrica y se cree la mejor, y lo repitió tantas veces que los alumnos lo repiten como loros. Sí, aprendes, pero acá también aprendes, aprendes a hacer, aprendes valores” (Nico, 20 años).

Acá podemos encontrar aspectos de Roxana Morduchowicz, en el texto “El capital Cultural de los jóvenes” con respecto a la cultura popular y a la cultura escolar. Hay un cortocircuito entre ambas. Para muchos jóvenes sus vida gira en

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