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Introduccion A La Admon Publica En Mexico


Enviado por   •  23 de Octubre de 2014  •  5.205 Palabras (21 Páginas)  •  347 Visitas

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INTRODUCCIÓN A LA ADMINISTACIÓN PÚBLICA EN MÉXICO

2.1. Origen del estado

Es preciso hacer una aclaración metodológica y terminológica, referida al mismo concepto de Estado. Cuando, a la lo largo de este trabajo, mencionemos esta palabra, lo haremos como una convención para expresar la existencia de estructuras diversas, que tienen entre sí el nexo común de ser articulaciones para solventar el problema de la complejidad social, pero que no siempre responden al concepto que de Estado tenemos en la actualidad.

En concreto, nos hemos apoyado en las dos teorías que nos parecen más generalistas sobre la organización social, como son la teoría del conflicto y la teoría de la armonía social; a lo largo del trabajo nos iremos posicionando sobre nuestra actitud ante cada una de ellas, analizando, al tiempo, aquellos aspectos que nos han parecido más importantes para afirmar o refutar las distintas argumentaciones que tanto nosotros, como los autores citados en el trabajo, realizamos.

2.1.1. Algunas teorías sobre el origen del estado

Como hemos planteado en la introducción, desde nuestro punto de vista existen dos grandes teorías para explicar la organización social y su “evolución” en todos los aspectos, ya sean estos infraestructurales (economía), estructurales (política) y supe restructúrales (ideología y cultura).

La primera de estas dos grandes teorías es la de la armonía social, entendida en el sentido de que existe una tendencia interna dentro de cada sociedad que la conduce a reproducirse a sí misma dentro de un esquema de colaboración entre sus integrantes, corrigiendo, al tiempo, aquellos elementos que pueden tender al desequilibrio o adaptando según sus necesidades, aquellos aspectos novedosos para la misma.

Los máximos exponentes de esta concepción social son las escuelas Funcionalista y Estructuralista. En primer lugar, la escuela Funcionalista basa su análisis en la teoría de que el orden social se fundamenta en el funcionamiento armónico de la sociedad; frente a la tendencia de evolución de esa sociedad, se plantea que ella misma tiende a ser funcionalmente equilibrada, y la estructura social funciona por necesidades básicas. La escuela Estructuralista plantea que la cohesión estructural de la sociedad sólo se explica gracias a una conciencia colectiva, que se traduce en una solidaridad que permite organizar la distribución del trabajo; la sociedad estaría estructurada gracias a su conciencia social (mentalidad) y a su orden solidario de organización, realizándose la integración en la división del trabajo.

La otra gran teoría sobre la organización social es la teoría del conflicto, entendida como una tendencia de la sociedad a resolver las contradicciones y tensiones, tanto externas como internas. Spencer sostiene la idea de que el conflicto se desenvuelve en una dinámica externa, siendo resuelto generalmente por la guerra, cuando la sociedad está capacitada para afrontar, gracias a un mejor gobierno, sus conflictos con otras sociedades; la adecuación de todos los recursos para el logro de la victoria hace posible la cooperación que permite el cumplimiento del objetivo marcado y así mismo, la reiterada victoria permite el aumento de prestigio y poder de una minoría dirigente de la guerra. Marx y Engels son los sostenedores de otra variante en la teoría del conflicto; ésta se basa en la dinámica interna del mismo y se plantea como el intento de solución diacrónica de una situación sincrónica, cual es la apropiación de los medios de producción por parte de una minoría de la sociedad.

Estas dos corrientes tienen en común la asunción de la lucha, sin descartar el uso de la violencia, como método para lograr los objetivos sociales; no obstante, mantienen entre sí una importante diferencia, pues mientras la teoría del conflicto como dinámica externa, necesita de la existencia de una estructura estatal o paraestatal e incluso se apoya en ella como medio para lograr sus objetivos, tendiendo a reprimir cualquier actuación que no aporte en la línea de consecución del objetivo marcado, la teoría defendida por el materialismo histórico tiene como objetivo precisamente lo contrario, es decir: la abolición del Estado, al que entiende como un elemento de represión del conjunto de la sociedad. Como se puede observar, tanto Spencer, de una parte, como Marx y Engels de la otra entienden el Estado como un elemento represivo, pero con la importante diferencia, al mismo tiempo, de que para Spencer el Estado es necesario, y para Marx y Engels es el elemento a suprimir.

Como concreción de las citadas corrientes, nos encontramos con dos concepciones del Estado diametralmente opuestas; así para estructuralistas y funcionalistas, la estructura estatal responde al cumplimiento de necesidades surgidas de la mayor complejidad social -quizá producto del aumento demográfico- y todo ello en un marco armónico o solidario del conjunto de la sociedad; un ejemplo, sintético, de estas teorías lo constituyen los postulados de Elman Service en una de las obras que han sido utilizadas para la elaboración de este trabajo:

Los orígenes del Estado y de la civilización, en la que plantea el surgimiento del Estado a partir de la necesidad de ordenar el proceso productivo y el reparto de los beneficios del excedente generado, entre otras cosas, gracias a la mejora tecnológica, creándose una nueva clase de burócratas que se nutre de sí misma y cuya única razón de ser y permanecer es el mantenimiento del equilibrio social.

De otra parte nos encontramos con la dualidad de la teoría del conflicto, para cuyos pensadores el Estado surge como expresión de las tensiones internas de la sociedad. A nuestro modo de ver cabe una visión diferente de la idea de Spencer, inscribiéndola en una fase posterior a la enunciada por Marx y Engels; para nosotros, dentro de la lógica de quien detenta el poder, no se puede plantear una dinámica de conflicto externo si previamente no se ha asentado y fortalecido una dinámica de control interno, lo cual significa una inversión de los términos de la formulación de Spencer.

Llama poderosamente la atención que la corriente estructural-funcionalista, cuando alude a la corriente defensora del conflicto -para intentar rebatirla-, no refleja en ella la existencia de un elemento fundamental como es el de la superestructura, que sin embargo sí asume como propio, aunque dándole una interpretación particular. Según quienes defienden la idea armónica o solidaria de la sociedad, la superestructura no es sino la asunción voluntaria, por parte del conjunto de la sociedad, de una serie de valores

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