LA CONSTRUCCIÓN DE UN SUJETO SOCIAL: RETOS EN LA FORMACIÓN INICIAL DE PROFESORES

Lectura Crítica – Comprensiva

LA CONSTRUCCIÓN DE UN SUJETO SOCIAL: RETOS EN LA FORMACIÓN INICIAL DE PROFESORES

 Gabriela Lilibeth Freire Bermeo y Franklin Augusto Tacuri Andrade

 Unidad de Posgrado, Maestría En Educación Básica Modalidad En Línea

Universidad Estatal de Milagro

 SOCIEDAD, FAMILIA Y EDUCACIÓN

 Mgtr. Yilena Montero Reyes

 14 de agosto de 2022

LA CONSTRUCCIÓN DE UN SUJETO SOCIAL: RETOS EN LA FORMACIÓN INICIAL DE PROFESORES

De individuo a sujeto social

Ramírez, Quiñones, & Robles. Manifiesta que, “Las escuelas normales del país viven una reforma educativa que propone un nuevo plan de estudios (2012), donde se plantea un perfil docente que responda a la transformación social, cultural, científica y tecnológica que se vive y a los retos que ésta supone, con base en ello, el proceso educativo deberá asegurar la participación activa del educando, estimulando su iniciativa y sentido de responsabilidad social (Acuerdo 649), acciones que competen a estas instituciones de nivel superior”, (p.3).

Nada más acertado dentro del contexto educativo que estamos viviendo, donde los países en procura de dotar de ciudadanos útiles, promueven reformas al currículo, plantear el desarrollo de nuevas habilidades y competencias docentes, implementar atributos tecnológicos, todo encaminado a la consecución de los objetivos planteados, pero que pasa con la realidad del individuo y del sujeto social, donde quedan las situaciones particulares, y como estas pueden afectar a los actores sociales.

El devenir histórico como actores sociales dentro del ámbito educativo, los ha llevado a sufrir una serie de cambios doctrinarios, pragmáticos, e inclusive la transgresión sociocultural referente a los cambios de época, y esto nos lleva a entender que la docencia en todos sus niveles, no es una mera profesión, pero que podemos decir de quienes la practicamos, conocemos la respuesta a las interrogantes más básicas que la sociedad nos plantea desde su necesidad particular, ¿Que implica ser docente? ¿Están preparados para ello? ¿Es su vocación o responde a satisfacer una necesidad económica?, y es que la sociedad espera una respuesta del docente, pero la realidad es que la enseñanza es un articulado conformado a nivel país, escuela, docente, padres y estudiantes, Perrenoud (2012), ya que preparar para la vida no deja de ser una finalidad inherente a la naturaleza humana donde se integran todos los contextos, esto no es una mera pretensión banal, si no la condición sine qua non para la supervivencia de la especie.

El docente como sujeto social, juega un rol muy importante, pero ¿Que implica ser docente?, Rojas, (2006), manifiesta que “ es la interacción compleja entre personas, sólo de ahí es posible el aprendizaje, pero este aprendizaje se enmarca en un contexto humano más profundo que la mera repetición de información, es la adaptación de un ser natural a una realidad social mediada por la cultura, es la adopción de una cosmogonía, una manera de ver al mundo, a las demás personas y a sí mismo, que tiñe toda intención, acción y pensamiento que se pueda tener,(p.8). El docente es el sujeto que ejerce el efecto transformador dentro del aula, aplica la empatía como recurso positivista de cambio, adaptándose a las necesidades específicas de cada individuo, e integrando todos los aspectos socioculturales que aporten al desarrollo significativo del individuo y a su vez potenciando las habilidades y destrezas que le permitan desempeñarse de manera positiva en una sociedad altamente demandante.

La sociedad como órgano rector del quehacer social, siempre demandara de sus actores una participación activa y efectiva, y los docentes no están fuera de este radar actitudinal y aptitudinal, donde se juzga los resultados de los individuos para determinar la valía del sujeto social, y es allí donde nos preguntamos ¿Están preparados para ello?, pero responder esta pregunta es necesario comprender que un docente como sujeto social debe tener la capacidad de crear aspectos cualitativos únicos en el individuo a través de su actitud de compromiso transformador, Rugarcía (1994), manifiesta que “Las actitudes o tendencias a pensar y actuar de determinada manera se doblegan ante la presencia de un valor. Es decir, cuando una persona aprehende un valor, se refuerzan las actitudes que conducen a expresarlo. Las actitudes expresan valores y “fuerzan” acciones. Siete actitudes surgen como necesarias en los egresados escolares para convertirlos en dignos representantes de la posmodernidad: interés en participar, en el medio ambiente, en los demás, en hacer las cosas bien a la primera, en ahorrar, en cumplir un compromiso establecido y en ser honesto. Estos son los rasgos humanos que todo currículo debe especificar y trabajar. Si esto se acepta, la tarea del maestro queda clara: entender que su misión no es solo transmitir conocimientos sino contribuir a lograr el perfil de egresados que se ha descrito y, luego capacitarse para cumplir con su cometido. En otras palabras, la docencia apunta a la educación y esta se fundamenta, principalmente, en la filosofía y en la sociología”, (p.4). Y es que la actitud se vincula con los preceptos teóricos que buscan integrar la realidad del individuo a la capacidad del sujeto, que durante todo su proceso formativo desarrolla las habilidades que le permiten ejecutar la praxis docente desde su criterio e intelecto, que le permitan desarrollar nuevas metodologías de aprendizaje como lo manifiesta,  Alcaide, Quintero, González, Forment, Martínez, & del Sol Señarí (2016), quienes afirman que  “En el desempeño de la función docente un papel fundamental le corresponde al trabajo metodológico. Este constituye la vía principal para la preparación de los profesores con vistas a lograr la apropiación del modo de actuación profesional, concretándose al sistema de influencias que permiten dar cumplimiento a las direcciones principales del trabajo educacional, así como a las prioridades de cada educación”, (p.2).

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