LA CONVIVENCIA (ESTUDIANTES DE PAMPLONA)

LA CONVIVENCIA (ESTUDIANTES DE PAMPLONA)

El estado natural del hombre radica en su esencia misma en el interés individual, definir al hombre como un animal social con instintos rapaces era casi blasfemo, pero podríamos acercarnos un poco y determinar que la sociedad juega un papel importante en sus movimientos, sus decisiones y en toda su realidad. Somos seres sociales y sin duda alguna crear nuestro entorno social hace parte de un juego donde cada artista determina sus estrategias y enmascara sus acciones. Su interés individual lo lleva a descubrir quiénes pueden ser sus oponentes o aliados. Puede sonar descabellado esta definición que he exprimido de experiencias propias y de estudios de la conducta humana, pero si me permiten desbordar el tema podría afirmar que en un sistema de convivencia social, más centrado en un entorno estudiantil de terminado lugar sus variables pueden ser inmensas, pero el gran anhelo del ser humano siempre serán las mismas, pues eso determina el por qué hacemos lo que hacemos y por qué convivimos con los que convivimos, aunque nos mostremos más tontos de lo que somos siempre decidimos ser unos artistas que un burdo principiante o un navegador.

Este tema puede desencadenar muchos polos opuestos de opiniones, estoy totalmente seguro que cada persona puede encontrar algo erróneo en una idea, de tal forma deseo ser claro y directo en estas cortas líneas.

La convivencia de los agentes sociales de este determinado entorno, estudiantes de pamplona, enmarca inmensas conclusiones que nos pueden llevar a sesgos y conclusiones erróneas, no podemos juzgar al hombre en general tomando solo los datos que se exponen o para ser más específico solo las acciones que atraen nuestra atención. Es imposible hablar de convivencia sin tener claridad de la acción social, pero podemos buscar claramente la respuesta correcta si nos enfrascamos en el CETERIS PARIBUS «permaneciendo el resto constante» dejando a unos extremos todas las variables pero sin caer en la trampa de la generalización.

El ser humano es un ser sociable, le resulta imposible vivir sin un entorno social que le proporcione interacción y salud mental. Sus intereses individuales los lleva a crear interacción con solo aquellas personas que le proporcionan algún tipo de transacción eficaz, es decir, solemos buscar personas que nos generen alegría, confianza, riqueza individual… Y muchos otros beneficios, pero como toda transacción lo que algo adquirimos algo nos cuesta, podríamos hablar del coste de oportunidad, los costos de tiempo e inversiones en el entorno social como su principal rama “el dinero”. Existe grandes variables que determinan nuestro comportamiento expuesto a los demás, pero la mayoría de nuestras acciones se desarrollan silenciosamente en nuestras mentes, pues cuestionar porque vivimos con los que vivimos y como los tratamos nos resulta altamente difícil, especialmente cuando más necesitamos hacerlo. Para determinar de modo claro nuestra acción social debemos observar las acciones y decisiones de otros, pues nos resulta mucho más fácil etiquetar errores de convivencia de otros y no los propios, pero aclaro de forma muy acertada que no debemos realizar estas críticas con juicios morales, pues la moralidad nos lleva a crear juicios falsos, la moralidad nubla la razón.

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