ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

LA CREACIÓN DEL HOMBRE


Enviado por   •  17 de Agosto de 2013  •  9.061 Palabras (37 Páginas)  •  252 Visitas

Página 1 de 37

LA CREACIÓN DEL HOMBRE

La afirmación, registrada y transmitida por los sumerios, de que el «Hombre» fue creado por los nefilim, parece entrar en conflicto, a primera vista, tanto con la teoría de la evolución como con los dogmas judeo-cristianos basados en la Biblia.

Pero, de hecho, la información contenida en los textos sumerios -y sólo esa información-puede afirmar tanto la validez de la teoría de la evolución como la verdad del relato bíblico, y demostrar que, en realidad, no existe conflicto alguno entre ambas.

En la epopeya «Cuando los dioses como hombres», en otros textos concretos y en referencias de pasada, los sumerios describieron al Hombre no sólo como una creación deliberada de los dioses, sino también como un eslabón en la cadena evolutiva que comenzó con los acontecimientos celestes descritos en «La Epopeya de la Creación». Sosteniendo la firme creencia de que la creación del Hombre fue precedida por una era durante la cual sólo los nefilim estaban en la Tierra, los textos sumerios registraron, caso por caso (por ejemplo, el incidente entre Enlil y Ninlil), los acontecimientos que tuvieron lugar «cuando el Hombre aún no había sido creado, cuando Nippur estaba habitado sólo por los dioses». Al mismo tiempo, los textos también describieron la creación de la Tierra y la evolución de la vida de plantas y animales en ella, y lo hicieron en unos términos que se conforman a las actuales teorías evolucionistas.

Los textos sumerios afirman que, cuando llegaron los nefilim a la Tierra, aún no se habían extendido por ésta las artes del cultivo de cereales y frutales, así como la del cuidado del ganado. Del mismo modo, el relato bíblico sitúa la creación del Hombre en el sexto «día» o fase del proceso evolutivo. El Libro del Génesis afirma también que, en un estadio evolutivo anterior:

Ninguna planta de campo abierto había aún sobre la Tierra,

ninguna hierba que es plantada había germinado todavía...

Y el Hombre no estaba todavía allí para trabajar el suelo.

Todos los textos sumerios afirman que los dioses crearon al Hombre para que hiciera el trabajo de ellos. Explicado en boca de Marduk, la epopeya de la Creación da cuenta de la decisión:

Engendraré un Primitivo humilde;

«Hombre» será su nombre.

Crearé un Trabajador Primitivo;

él se hará cargo del servicio de los dioses,

para que ellos puedan estar cómodos.

Los términos que sumerios y acadios utilizaban para designar al «Hombre» hablan a las claras de su estatus y de su propósito: el Hombre era un Mu (primitivo), un Mu amelu (trabajador primitivo), un awilum (obrero). Que el Hombre hubiera sido creado para servir a los dioses no resultaba en absoluto una idea chocante o extraña para los pueblos antiguos. En los tiempos bíblicos, la divinidad era «Señor», «Soberano», «Rey», «Amo». La palabra que, normalmente, se traduce como «culto» era, en realidad, avod (trabajo). El Hombre antiguo y bíblico no daba «culto» a su dios; trabajaba para él.

Pero, en cuanto la deidad bíblica (al igual que los dioses de los relatos sumerios) creó al Hombre, plantó un jardín y puso al Hombre a trabajar en él:

Y el Señor Dios tomó al «Hombre»

y lo puso en el Jardín del Edén

para que lo labrase y cuidase.

Más adelante, la Biblia describe a la Divinidad «paseando por el jardín a la hora de la brisa», ahora que el nuevo ser estaba allí para cuidar del Jardín del Edén. ¿Tan lejos se encuentra esta versión de aquello que dicen los textos sumerios acerca de que los dioses exigieron trabajadores para, así, poder ellos descansar y relajarse?

En las versiones sumerias, la decisión de crear al Hombre se, adoptó en la Asamblea de los dioses. De manera significativa, el libro del Génesis, que, supuestamente, ensalza los logros de una sola Deidad, utiliza elplural Elohim (literalmente «deidadej») para denotar a «Dios», y nos hace un sorprendente "comentario:

Y Elohim dijo:

«Hagamos al Hombre a nuestra imagen,

como semejanza nuestra»"

¿De quiénes está hablando no la singular, sino la plural deidad, y quiénes eran esos «nosotros» en cuya plural imagen y plural semejanza había que hacer al Hombre? El libro del Génesis no nos da la respuesta. Después, cuando Adán y Eva comieron del fruto del Árbol del Conocimiento, Elohim hace una advertencia a los mismos colegas anónimos: «He aquí que el Hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal».

Dado que el relato bíblico de la Creación, al igual que otros relatos de los comienzos en el Génesis, proviene de fuentes sumerias, la respuesta es obvia. Al condensar los muchos dioses en una única Deidad Suprema, el relato bíblico no es más que una versión revisada de los informes sumerios sobre las discusiones en la Asamblea de los Dioses.

El Antiguo Testamento se esfuerza por dejar claro que el Hombre no era un dios ni era de los cielos. «Los Cielos son los Cielos del Señor, a la Humanidad la Tierra Él le ha dado». El nuevo ser fue llamado «el Adán» porque fue creado del adama, de la tierra, del suelo de la Tierra. En otras palabras, el Adán era «el Terrestre».

Careciendo sólo de cierto «conocimiento», así como de un período de vida divino, el Adán fue creado en todos los demás aspectos a imagen (selem) y semejanza (dmut) de su(s) Creador (es). El uso de ambos términos en el texto se hizo para no dejar duda de que el Hombre era similar a (los) Dios(es) tanto en lo físico como en lo emocional, en lo externo y en lo interno.

En todas las antiguas representaciones artísticas de dioses y hombres, la semejanza física es evidente. Aunque la advertencia bíblica en contra de la adoración de imágenes paganas diera pie a la idea de que el Dios hebreo no tenía imagen ni semejanza, el Génesis, al igual que otros informes bíblicos, atestigua todo lo contrario. El Dios de los antiguos hebreos se podía ver cara a cara, se podía luchar con él, se le podía escuchar y hablar; tenía cabeza y pies, manos y dedos, incluso cintura. El Dios bíblico y sus emisarios parecían hombres y actuaban como hombres, porque los hombres fueron creados

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (55.7 Kb)  
Leer 36 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com