LA EDAD DE PLATA DE LA ECONOMIA MEXICANA

Ibarra, A. (2010). La edad de la plata: mercados, minería y agricultura en el periodo colonial tardío. En S. Kuntz (Coord.). Historia económica de México. De la Colonia a nuestros días (pp. 211-243).México: El Colegio de México. 

        La sociedad novohispana creció a lo largo del siglo XVIII debido a la conjunción del sector agropecuario y la producción minera; este crecimiento (a largo plazo por así decirlo) creó condiciones favorables para el incremento en la demanda minera; en este sentido, la prosperidad minera se desarrolló en un movimiento en donde el sistema económico novohispano estableció una estrecha relación entre la demanda minera y la producción agropecuaria, sin dejar pasar por alto el importante papel que desempeñó la manufactura del mercado interno y el desarrollo de centros locales que constituyeron sociedades productoras de insumos necesarios para la refinación minera, contribuyendo lógicamente a la productividad, al desarrollo de dichos centros y al fortalecimiento del mercado con la economía en su conjunto.

        Otro elemento a considerar es la basta extensión territorial que se tenía durante el siglo XVIII, esta extensión de propiedad agraria permitió incrementar la producción para el mercado interno, así como la extracción de granos y el desarrollo de espacios micro-regionales, que contribuyeron a una mayor circulación de bienes de consumo, repercutiendo notablemente en el incremento de la extracción de metales como la plata.

        Ciertamente a finales de la época colonial la economía novohispana alcanzó un nivel de crecimiento con una estructura sectorial diversificada en la producción, lo que propició el desarrollo del mercado interno y sus vinculaciones recíprocas con otros sectores de la producción; esta estructura diversificada de la economía novohispana contrasta con la observación de que la economía estaba limitada a la exportación metálica, toda vez que en dicho periodo existió un incremento significativo del mercado interno. En este sentido, a pesar de orientar la producción de plata y oro al mercado externo, las exportaciones influyeron significativamente en las balanzas comerciales y de pagos, así como al proceso de producción de bienes intermedios.

        La producción de metales preciosos era la industria mas importante de la Corona Española, proporcionaba dinamismo mercantil a los intercambios comerciales y propició un movimiento general de la economía novohispana al generar un conjunto de encadenamientos productivos, sectoriales y regionales entre la producción de plata y la producción agropecuaria, así como la creciente manufactura urbano rural y el incremento de explotaciones de insumos que la propia producción platera demandaba. Esta notable producción minera produjo un ciclo de circulación de capital minero, que consistía en la conversión de la mercancía dinero en capital variable, circulante y fijo durante el proceso de producción, lo que permite establecer el efecto de arrastre que mantenía la producción del sector minero hacia el crecimiento de la economía novohispana.

        Hacia finales del siglo XVIII la producción minera se multiplicó de manera considerable al haberse establecido un sistema monetario de intercambio basado en la plata, lo que condujo que la exportación de moneda fuera el soporte de la economía imperial de América. Este desarrollo económico también tiene estrecha relación con el ciclo de la productividad de la plata impulsado por los nuevos descubrimientos de minas y el poblamiento de la región centro norte de la colonia Española. Así mismo podemos establecer que la expansión del comercio exterior y la creciente demanda de insumos mineros dieron un nuevo impulso a la producción interna asociada al proceso de extracción, refinación y producción de plata, lo que favoreció al gran empuje que la demanda interior tuvo, así como a la creación del sistema de encadenamientos productivos que se extendió a la producción alimentaria.

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