“LA TRISTE REALIDAD DE LA VIOLENCIA FAMILIAR EN LA SOCIEDAD PERUANA”
JULIOGFTEnsayo2 de Mayo de 2017
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“LA TRISTE REALIDAD DE LA VIOLENCIA FAMILIAR EN LA SOCIEDAD PERUANA”.
La violencia familiar es un problema social totalmente repudiable. Los hechos de violencia han causado un daño irreparable en la vida de mujeres, que han sido víctimas de este cruel e imperdonable acto. Más aún, han afectado a los hijos quienes son los principales testigos de estos hechos. Es así, que la sociedad peruana hoy es consciente de que no deben callarse estos sucesos. Es por esto, que esta situación debe ser tratada por las autoridades, con mucha sensibilidad, para aquellos que la sufren, y con severidad para aquellos que la producen.
Actualmente la violencia familiar, es un problema que no ha podido ser resuelto, recientes estudios realizados han demostrado que esta situación ha obtenido un notable incremento. Según el fiscal superior de familia, en los últimos cinco años el Perú registro más de 851 mil casos. Por otra parte, el INEI señala que en el país el 71.5% de las mujeres sufrió alguna vez por violencia de parte de su pareja, y de este porcentaje, el 35.7% fue afectada por violencia física, 8.4% por violencia sexual y 67.5% por violencia psicológica o verbal. Estos alarmantes resultados demuestran que cada día que finaliza, estamos perdiendo nuestra capacidad de raciocinio, y por ende cada vez somos menos humanos.
En efecto, estos hechos han tenido y tienen como principales víctimas a las mujeres, quienes sufren graves daños físicos y psicológicos. Pero lo más inconcebible, es que el victimario sea la propia pareja, el quien la debería proteger y dar seguridad. Tal como lo menciono el papa Francisco: "Aunque es un símbolo de la vida, por desgracia no es raro que el cuerpo femenino sea atacado y desfigurado, incluso por los que deberían ser sus protectores y compañeros de vida".
La sociedad peruana, durante muchos años hasta hoy, mantiene una férrea mentalidad machista. Es así, que muchos casos de violencia no se han denunciado por esta razón. De igual modo, el pensamiento erróneo que en algún momento tuvieron las mujeres, para tratar de justificar el seguir soportando tanto maltrato. Por ejemplo al decir: “No lo denuncio por mis hijos” o “Quien vera por mis hijos”; así como también, muchos casos no fueron denunciados por temor o vergüenza.
Es por tal razón, que debemos plantearnos la siguiente pregunta: ¿Creen ustedes que la violencia familiar puede llegar a causar la muerte de las personas? En definitiva, la violencia familiar si puede y ha llegado a tales extremos. Como consecuencia de tales actos muchas víctimas optaron por extinguir su propia vida. Presas de la desesperación, no tuvieron mejor solución para este cruel martirio, más que la muerte. Y en muchos casos la víctima, no solo pone fin a su vida, sino también, arrebata la vida a sus propios hijos. Así mismo, en otros casos en que el grado de violencia es bestial, es el agresor quien causa la muerte a su pareja.
No cabe duda, que hay mucho por trabajar en busca de una pronta solución a este dilema. Y son las autoridades y sociedad quienes deben trabajar conjuntamente. Así como, la educación que brindan los padres en los hogares, será el principal aspecto que debería fortalecerse. Sí queremos tener mejores ciudadanos, una mejor sociedad, y sobre todo una mejor familia. Del mismo modo, la impartición de justicia, la rehabilitación, y la ayuda psicológica serán el mejor remedio para el bienestar de aquellos que han vivido ese cruel calvario.
Por otra parte, no hay que olvidarse de los hijos, quienes también sufren este perjuicio. Ya que, son quienes deberían tener la prioridad en el hogar, pero muchas veces son estos quienes padecen el mayor daño, causado por el desafecto y descuido de sus padres. Los hijos, en especial los infantes tienen derecho a tener un hogar armonioso, en donde exista el cariño de los padres y no en aquel en donde exista la violencia, ni ser testigos de esos hechos.
Definitivamente, la violencia no debe callarse; más aún, aquella que destruye la armonía y el cariño de la familia. Las mujeres, como principales víctima, no están dispuestas a seguir soportando el maltrato. Las denuncias por estos hechos se han incrementado, signo que demuestra el amor que profesa la mujer para ella misma y sus hijos. Puesto que, ahora buscan su bienestar y desarrollo, teniendo como principal objetivo, dar lo mejor por sus hijos.
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