ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La Boda Del Procurador


Enviado por   •  20 de Febrero de 2013  •  882 Palabras (4 Páginas)  •  385 Visitas

Página 1 de 4

Me dolió que el procurador no me invitara a la fiesta de matrimonio de su hija, no se lo voy a negar a nadie. La verdad es que siempre he admirado al doctor Ordóñez, un hombre que jamás se ha dormido en sus laureanos, y por eso soñaba asistir a la misa vestido con mi atuendo de caballero de la Virge

n; sumarme a los cánticos en latín de la homilía; entregar un sobre con dinero ora a los novios, ora a los congresistas invitados, y codearme con el establecimiento en pleno, para sentirme parte de él.

Pero me quedé con las botas y la capa puestas porque nunca me llegó la invitación, pese a que repartieron más de 700. Y tuve que conformarme con observar las fotos que publicaron las revistas de sociedad congestionado por la envidia.

Suponía que la celebración iba a ser diferente, si me dejan confesarlo. Imaginaba que la dirigencia en pleno haría fila frente a un diván dorado en el que, envuelto en una sábana, y coronado por un laurel, con las tetillas rozagantes al aire y un racimo de uvas en la mano, el procurador recibiría las ofrendas que los invitados ponían a sus pies: un becerro de oro, una pata de jamón entera. Unas calzonarias nuevas. Y que todos se retirarían del aposento sin darle la espalda y haciéndole venias. Todos es todos: militares y civiles; políticos y periodistas. Magistrados y gente de bien.

Pero, para mi sorpresa, nada de eso ocurrió. Inscrita en la más conmovedora austeridad cristiana, la ceremonia era sencilla como el pesebre en que nació Nuestro Señor: quizás no por los fastuosos adornos de oro antigüo, pero sí por la presencia de algunos animales que ayudaban a mantener tibio el ambiente, cargado de paja. Estaban Roy Barreras estrenando sonrisa; Sandra Morelli disfrazada de Paris Hilton; Telésforo Pedraza con un curioso esmoquin a cuadros que recordaba a Marco Aurelio, el de Telebingo. El espectro de Enrique Gómez se hizo presente y tradujo del latín apartes de la ceremonia que él mismo ayudó a redactar en sus años mozos, durante el Concilio de Trento. Y cargado en el antebrazo de su esposa, a modo de cartera, ingresó también José Félix Lafourie.

Fue una fiesta a todo dar. El presidente Santos encabezó la locomotora durante la “hora loca”, porque el procurador autorizó que hubiera “hora loca” como prueba de que respeta la diversidad sexual, y entonces la juerga estalló: al son de la melodía de Cara al sol, los invitados salieron a la pista de baile a azotar baldosa y se armó el desorden: el registrador deglutió tres pasabocas en un solo movimiento; monseñor Ramírez se levantó la sotana; Roy Barreras le pisó la cola al vestido de la novia y Juan Lozano, a su vez, le pisó la cola a Roy Barreras; el fiscal se trepó a un butaco para besar a su esposa. Súbitamente un halo de luz emergió de las nubes, quebró el techo y se posó sobre Amada Rosa Pérez, que en medio de una brisa suave ascendió

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (5.2 Kb)  
Leer 3 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com