La Familia Como Institución
moirabeatriz30 de Junio de 2013
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INTRODUCCIÓN
Desde la cátedra de Instituciones Educativas se comenzó a trabajar con el concepto de institución que desarrolla la autora Lidia Fernández, en lo que hace referencia acerca de las diferentes significaciones del término, el mismo…” se utiliza para aludir a ciertas normas que expresan valores altamente “protegidos” en una realidad social determinada. En general tiene que ver con comportamientos que llegan a formarse en leyes escritas o tienen muy fuerte vigencia en la vida cotidiana. La familia, el matrimonio, el intercambio, la propiedad privada, la propiedad colectiva, la paternidad, el tabú del incesto son, en este sentido instituciones.
Institución se utiliza entonces como sinónimo de regularidad social, aludiendo a normas y leyes que representan valores sociales y pautan el comportamiento de los individuos y los grupos, fijando sus límites…”.
Desde esta perspectiva el grupo abordará la familia como institución, desarrollando el origen del concepto, las distintas acepciones, sus características, funciones y distintos puntos de vista, ya sea histórico, jurídico, social y religioso ya que la dimensión del concepto es sumamente amplia.
LA FAMILIA:
Sus orígenes.
La familia es un fenómeno histórico, social y cultural, es la institución universal, es por ello que es difícil ofrecer una definición exacta además de ser la única aparte de la religión formalmente desarrollada en todas las sociedades. Considerada como la unidad social básica, Como un grupo social, fundamental, la participación en la vida familiar genera una intensidad de emociones, de satisfacciones sexuales, en la que la reproducción ocurre legítimamente, y de exigencia a nuestros esfuerzos y de lealtad a las funciones a la que se refiere a la educación y al cuidado del niño.
Esta institución no es la misma en nuestros días de lo que fue hace siglos atrás, su forma y estructura fue cambiando así como los tipos de organización familiar.
Estos tipos de familia que se han sucedido a lo largo de la historia determinan las diferentes etapas que caracterizan la evolución de la institución familiar.
Los grupos familiares comenzaron a existir en tiempo primitivos de las culturas humanas, es decir, en la historia. Allí los miembros de lo que se podría llamar familia, se alternaban parejas, sin criterio allí los miembros de los que podría llamarse familia, se alternaba parejas, sin criterios como los que rigen hoy en día. Esta fase en la historia de la familia podría llamarse “promiscuidad”, porque no existía ningún tipo de ley, como las que rigen hoy en relación al incesto.
Luego surgen las siguientes etapas en la historia de la familia:
Etapas de la comunidad primitiva: cuando el hombre surge en el planeta y se desarrolla según diversas formas de organización social.
Etapa de la horda: forma simple de organización social de grupo reducido en donde no había distinción de participación y eran nómadas.
Etapa del clan: obedecían a un jefe y estaban conformados por un grupo o comunidad de personas que tenían una audiencia en común. Tenían gran importancia los lazos familiares. Luego de estas etapas en la historia de la familia surgieron nuevas etapas de organización familiar que tienen una historia más precisa y cronológica.
Etapas de la familia consanguínea: considerada la primera fase de la familia. Se clasifican los grupos conyugales por generaciones.
Etapa de la familia punalúa: se considera un tipo de organización familiar que hay un progreso.
Etapa de la familia sindiástica: este tipo de familia está entre el salvajismo y la barbarie.
Etapa de la familia monogámica: surge durante la transición entre el estado medio y la barbarie. Es un signo de lo que luego fue la civilización.
Etapa de la familia poligamia: organización familiar de pluralidad de cónyuge y tres tipos de poligamia: matrimonio grupal, poliandria, poliginia.
Etapa del matriarcado: se conformaba con las madres y sus hijos.
LA FAMLIA COMO INSTITUCIÓN SOCIAL
La familia, como toda institución social, es una realidad en transformación, aunque mantiene su identidad propia a lo largo de la los cambios socioculturales.
Su permanencia está fundamentada en su origen, en la naturaleza humana, la cual no cambia por más que cambien las circunstancias sociales.
A partir de la familia recibimos la vida y comenzamos a formar parte de una sociedad. Así también se construye y toma conciencia de la identidad personal.
En cuanto a los procesos de formación y desarrollo, se aprenden los principios básicos de convivencia, solidaridad y colaboración mutua. Cada integrante necesita que los lazos de amor, afectividad y amistad sean recíprocos; ya que cada miembro debe ser reconocido y tratado como persona irrepetible.
Esta institución es el principal agente de paz y cohesión social. De la experiencia familiar se forma el sentido de la unidad de la familia humana y la familia de naciones, requisito y exigencia para la paz, el fundamento de la solidaridad cultural y nacional.
La familia, además de contener afectivamente al niño y proporcionarle un hogar, abrigo, salud comida lo educa en todos los sentidos. Es decir, en primera instancia, lo educa como persona, forma al ser humano, lo moldea o deforma, según sea el modelo familiar. Asimismo, lo educa socialmente, pues, en la intimidad familiar, aprenderá como relacionar se con todos los demás.
También podría decirse que la familia es la primera institución educativa, pero no la única. En la familia debemos preparar a los niños, para que se desenvuelvan en otras instituciones. Pues, de la familia se sale al mundo, que en este sentido sería la institución escuela.
LA RELIGIÓN EN LA FAMILIA
La iglesia según la religión. La familia, entendida en sentido amplio, es una realidad social presente en todas las sociedades conocidas, aunque en modalidades y formas distintas. Alrededor de la alianza entre varón y mujer, y la comunidad de vida entre padres e hijos, existen una gran variedad de valores, usos, costumbres, normas y leyes que la configuran no sólo como un grupo social característico, sino como una institución social fundamental.
A pesar de las dificultades que sufre la familia en casi todo el mundo y de los repetidos intentos de considerar como familia variadas formas de convivencia íntima, se impone la cuestión acerca de la verdadera naturaleza de la institución familiar. Contraponer lo que algunos llaman «familia tradicional» con otras formas de familia es una trampa. Es más correcto hablar de la «verdadera familia», fundada en el legítimo matrimonio.
La familia es expresión primera y fundamental de la naturaleza social del hombre. En el matrimonio y la familia se constituyen un conjunto de relaciones interpersonales -relación conyugal, paternidad-maternidad, filiación, fraternidad- mediante las cuales toda persona humana queda introducida en la «familia humana» y en la «familia de Dios» que es la Iglesia.
El matrimonio, núcleo y origen de la familia, surge del consentimiento personal e irrevocable, por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente. «De este consentimiento nace, también ante la sociedad, una institución confirmada por la ley divina». De aquí que pueda afirmarse que la familia «es la sociedad natural donde el hombre y la mujer son llamados al don de sí en el amor y en el don de la vida». La familia es, por ello, «una comunidad de personas, para las cuales el modo propio de existir y vivir juntos es la comunión».
El carácter de institución social del matrimonio y la familia implica una realidad anterior e independiente de quienes entran en ella. Una persona es libre para casarse o no y de elegir cónyuge, pero al contraer matrimonio asume y entra a formar parte de la institución matrimonial y familiar tal como es. El matrimonio no ha sido instituido ni restaurado por obra humana, sino divina, ha sido protegido con leyes, confirmado y elevado no por los hombres, sino por el propio Dios, autor de la naturaleza, y por el restaurador de esta misma naturaleza, Cristo nuestro Señor: leyes que, por consiguiente, no pueden estar sujetas a ningún arbitrio humano, ni siquiera de los contrayentes.
En la familia, los esposos se ayudan y se sostienen mutuamente, adquieren conciencia de su unidad, y la logran cada vez más plenamente. Y algo parecido ocurre con los hijos. El amor a quienes forman parte de la familia exige entrega y sacrificio, lo cual ayuda a crecer en humanidad y a desarrollar virtudes humanas. Es en el seno de la familia donde «el hombre recibe las primeras nociones sobre la verdad y el bien; aprende qué quiere decir amar y ser amado, y por consiguiente qué quiere decir en concreto ser una persona. La familia es, en cierto modo, «una escuela de las mejores virtudes humana.
Otra ideología de gran influencia es el individualismo, que sólo considera relevante al individuo y sus intereses. La sociedad no estaría formada por las personas y sus familias, sino únicamente por individuos. La familia, lejos de ser la célula vital de la sociedad, sólo sería una opción del individuo equiparable a cualquier otro pacto o contrato social.
Las denominadas «uniones libres» o también «parejas de hecho» no corresponden al plan de Dios sobre el amor humano y son contrarias a la dignidad personal que exige considerar al cónyuge como una persona a quien se debe un amor total, fiel y exclusivo hasta la
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