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La Filantropia


Enviado por   •  10 de Abril de 2013  •  2.584 Palabras (11 Páginas)  •  2.469 Visitas

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La filantropía permite que la sociedad civil crezca y se democratice, y puede ser un instrumento estratégico de cambio social si se vincula con las causas, los problemas, los actores, las regiones y los enfoques que promueven este cambio.

La tendencia creciente de la filantropía corporativa en el país es innegable, como lo comprueba el cada vez mayor número de empresas que invierte una cantidad considerable de recursos en una diversa gama de acciones filantrópicas,

Definimos la filantropía corporativa como la donación de recursos en efectivo o en especie por parte de las empresas. Concebimos esta filantropía como un elemento importante de la Responsabilidad Social Empresarial que ayuda a sostener a la sociedad civil, aportando recursos privados para causas públicas y sociales.

La filantropía, etimológicamente, se la define como el amor a la humanidad o al género humano. Este término fue acuñado por Flavio Claudio Juliano (emperador de Roma, 361-363) que restituyó el paganismo en su imperio imitando los modelos cristianos: la filantropía cumplía la función de la caridad cristiana. La idea de filantropía llegó a nuestros días y los filántropos son quienes normalmente hacen donativos a organizaciones humanitarias o comunidades, trabajan para ayudar a los demás sin fines lucrativos. La idea de filantropía está vinculada a la beneficencia, la caridad y al trabajo de voluntariado, apoyando a instituciones que intentan de mejorar la calidad de vida de algunas personas.

Muchas empresas se han dedicado al mecenazgo a través de acciones de corte filantrópica, dando soporte económico para que otros desarrollen proyectos de crecimiento social. Algunas grandes organizaciones siguen promocionando estas acciones (de tipo apostólico) sin detenerse a pensar en la necesidad de rever la responsabilidad social que juegan las mismas empresas en las situaciones de desigualdad, que luego intentan enmendar con ayudas económicas.

Cada vez parece quedar más claro que las empresas son una parte muy importante del tejido social. Contribuyen a que se mueva la economía de un país, al desarrollo local y global; generan empleo (dando sostén al trabajador y también a la familia); contribuyen al sistema de pensiones y de salud: más un largo etc. Por supuesto que la empresa saca sus réditos (que sobrepasan a los de los trabajadores), pero también le toca desempeñar un papel social por el que se le debe exigir responsabilidad. De este modo, la empresa entra dentro del juego de las relaciones sociales y es claramente una parte activa de él. En el contexto de la Responsabilidad Social Corporativa, es frecuente que los directivos se perciban como miembros activos de la sociedad en la que se inserta su organización y no como benefactores pasivos. No se trata de hacer actos de donación, sino de implicarse de modo directo y cercano con la comunidad de la que son parte. Hay quienes también lo llaman: ‘Venture Philantropy’ o ‘Ayudas de Contacto’, dejando de manifiesto la necesidad de poner al servicio de la comunidad no sólo el dinero, sino también los conocimientos, experiencias y la relación directa con las personas. Nosotros preferimos la denominación de Responsabilidad Social Corporativa, en la que se remarca la inversión social de las empresas en: recursos económicos, materiales, conocimiento, inversión comunitaria (mejorando el capital social, la dinamización sociocultural, etc.); inversión social colaborativa, cooperativa y medioambiental; etc.

La idea de la inversión social, entendida como una de las competencias de la Responsabilidad Social Corporativa, no es competir con nadie, sino encontrar prácticas comunes que beneficien a la comunidad y, por ende, a la empresa como parte de ella. El compromiso duradero sumado a la implicación activa, son elementos indispensables para el desarrollo social, humano e institucional dentro del tejido comunitario. Si no entendemos la profunda interrelación entre estos tres ámbitos (social, humano e institucional), es muy difícil crear una salida digna a los problemas y necesidades sociales.

Entre las actitudes de las empresas participantes frente a la filantropía destaca lo siguiente:

• Tienen una larga trayectoria en filantropía: 54% iniciaron sus acciones hace más de 10 años y

19% entre hace 5 y 9 años.

• Opinan que los problemas sociales actuales rebasan la capacidad del gobierno para resolverlos y por ello se requiere la colaboración de otros sectores. Sin embargo, no buscan sustituir al gobierno, sino colaborar con éste y otros actores para contribuir al desarrollo social.

• Sus principales motivaciones para realizar acciones filantrópicas son su compromiso y obligación con la sociedad (39%), su deseo de contribuir a una relación armoniosa entre la empresa y su comunidad (26%), y su interés por mejorar su reputación e imagen (15%). Este último se define como el principal objetivo de negocio que se persigue con estas acciones (42%). También destaca que un número importante de empresas (22%) dijo no buscar ningún objetivo de negocios a través de sus acciones de filantropía.

• Los principales beneficios que obtienen son el reconocimiento de la comunidad y la lealtad, orgullo y mayor conciencia social por parte de sus empleados.

• Las áreas de inversión social con más menciones fueron educación (73%), medio ambiente

(58%), desarrollo comunitario (58%) y niños (58%). Las que menos menciones tuvieron fueron

VIH/SIDA (9%), microcrédito/proyectos productivos (13%), derechos humanos (16%) y ciencia y tecnología (17%).

• Casi las dos terceras partes dirige sus acciones filantrópicas a áreas geográficas determinadas, sobre todo a los estados en los que se ubican sus operaciones principales.

En cuanto a la estructura operativa que las empresas han establecido para operar sus acciones filantrópicas, se encontró que:

• La mitad manifestaron tener una fundación legalmente constituida, para profesionalizar e institucionalizar sus actividades y separarlas del negocio. Este porcentaje fue mayor al encontrado en 2006, cuando sólo un tercio de los encuestados mencionaron contar con una fundación. Sin embargo, las fundaciones constituidas no operan de manera totalmente independiente, pues las empresas frecuentemente cubren la totalidad o una parte de sus gastos operativos, comparten su personal e incluyen a sus directivos en los consejos de las fundaciones.

• Entre las áreas de la empresa encargadas de las acciones de filantropía predominan la Dirección

General o Presidencia

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