La Infancia En Riesgo Social Desde La Sociedad Del Bienestar.
angelurielcastro19 de Abril de 2015
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El constante desarrollo de las sociedades avanzadas hace necesario un esfuerzo permanente de reconceptualización de aquellos fenómenos que se dan en su seno; no podemos eludir el compromiso científico de estar atentos a los nuevos fenómenos sociales y las consecuencias que tienen en el desarrollo individual del sujeto y en su educación. La definición de colectivos que por sus características propias y contextuales se encuentran en situaciones de riesgo social es una de las que más afectada se ve por estos fenómenos de cambio social, ya que los cambios estructurales, socioeconómicos y culturales son los que definen sus procesos de socialización delimitando, a su vez, las dificultades que se pueden encontrar,
Concretamente, dentro del vertiginoso dinamismo de las sociedades avanzadas, se están dando importantes cambios y apareciendo situaciones hasta ahora desconocidas, que afectan directamente a la correcta socialización de nuestra infancia. El colectivo que se recoge bajo el epígrafe de infancia en situación de riesgo se suele definir como un grupo en proceso de desadaptación social por causas básicamente familiares. Si hacemos un rápido repaso a las diferentes orientaciones teóricas que definen las situaciones de riesgo social veremos como el énfasis siempre recae en las circunstancias familiares.
Así, el enfoque socio-ambientalista acentúa la importancia de los factores ambientales y sus programas de intervención hacen hincapié en los apoyos a las familias cuando analiza este fenómeno. El enfoque conductista, en cambio, se centra en la idea que las situaciones de riesgo están causadas, fundamentalmente por las dificultades de los padres en desarrollar su rol parental y en cubrir las necesidades básicas de sus hijos; por otro lado las perspectivas psico-dinámicas ven la conducta como algo sintomático causado por experiencias pasadas que mucho tienen que ver con las habilidades afectivas familiares. Por último, el enfoque sistémico parte de la premisa de que el individuo con problemas forma parte de un sistema, básicamente familiar, con dificultades (Guasch, M. y Ponce, C. , 2002).
Por lo tanto, tal y como se observa, los enfoques teóricos que abordan la epistemología de la infancia en situación de riesgo se centran en la situación familiar, identificando las causas y los factores de riesgo en el microsistema familiar: la desestructura familiar, los maltratos infantiles familiares, la dinámica conflictiva entre padres e hijos, la ausencia o el exceso de disciplina, la negligencia o la ausencia de lazos afectivos,... son algunos de los factores que se han identificado como causa de la desadaptación social.
Lógicamente, la fuerza socializadora de la familia es tal, que no se puede negar que todos estos factores tienen una influencia directa sobre los procesos de desajuste entre el sujeto y la sociedad. Sin embargo, las preguntas a plantear son, ¿solo la familia puede reunir indicadores que explican las situaciones de riesgo?, ¿existen otras situaciones, fuera de la familia, que provocan la aparición de poblaciones infantiles en situación de riesgo social?¿se puede hablar de infancia en situación de riesgo social cuando no existen maltratos o negligencia en la familia? En definitiva, ¿las sociedades desarrolladas y avanzadas son el escenario de nuevos grupos de riesgo social?
2. Hacia una reconceptualización de la infancia en situación de riesgo social
Efectivamente, las sociedades avanzadas han generado nuevos escenarios y nuevas problemáticas en la socialización de la infancia, provocando una multiplicidad de factores que pueden hacer aparecer de grupos de riesgo hasta ahora inexistentes. La reconceptualización del concepto, por lo tanto, debe pasar por la amplitud de mira hacia esas nuevas problemáticas sociales que provocan que niños y niñas que crecen en entornos familiares normalizados puedan verse inmersos en procesos de desadaptación o exclusión social por otras causas. Veamos cuales podrían ser los tres parámetros básicos que nos pueden hacer llegar a una definición más amplia.
En primer lugar, cabe destacar la importancia del medio en cualquier proceso de riesgo social y de desadaptación; para definir esta población cabe describir las situaciones carenciales que suelen caracterizar la familia y el entorno social inmediato de los niños. Un niño está en riesgo social si pertenece a un entorno que presenta factores de riesgo. En el reciente informe sobre "La infancia i les famílies als inicis dels segle XXI", se plantea estudiar el riesgo social a través de indicadores situados en la familia, en el sujeto y en sus entornos. (Gomez-Granell, Garcia-Mila, Ripol-Millet y Panchon, 2002).
En segundo lugar, también destacar la importancia de la interacción del niño con ese medio; la situación carencial entra en relación con las características personales del niño, de tal manera que se van generando respuestas activas en él y consolidando consecuencias en su socialización y sus características personales, cognitivas y afectivas. En tercer lugar, la consideración de la situación de la infancia en riesgo como una parte de un proceso hacia situaciones de inadaptación social.
Así, podemos considerar que la infancia en situación de riesgo social es aquella que establece, de forma procesal y dinámica, una interacción ideográfica e inadecuada con sus entornos, los cuales no cubren sus derechos inalienables, poniendo en peligro su correcto desarrollo y dando lugar a un posible inicio del procesos de inadaptación social; y sus entornos ecológicos son la familia, la escuela, el barrio, el vecindario, las instituciones,...
De tal manera que cuando nos referimos a infancia en situación de riesgo social no solamente nos referimos al maltrato dentro de la familia, sino a una situación mucho más amplia, que reúne todas aquellas circunstancias sociales carenciales para el correcto desarrollo de la infancia. (Balsells, 1997).
¿Y cuales son esas situaciones carenciales, alejadas de las causas familiares? Todas aquellas que se generan en los diferentes agentes de socialización de la infancia como por ejemplo el maltrato entre iguales, el builling, el maltrato en el deporte, a través del consumo, del urbanismo y diseño de las ciudades..situaciones generadas en el seno de las sociedades del bienestar y que han sido "bautizadas" como las nuevas formas de maltrato infantil: "Se trata de circunstancias alejadas de los "habituales malos tratos" pero que día a día van cobrando más significación, principalmente por sus repercusiones en sectores de población aparentemente alejados del maltrato infantil" (Petrus, 1997, 26).
3. ¿Como detectar a la nueva infancia en riesgo social?
Atendiendo a una reducción de los problemas de la infancia a los maltratos en la familia, el análisis de perfiles individuales de situaciones de riesgo para la infancia ha estado marcada por el estudio de indicadores que hacen prever la existencia de situaciones de máxima desprotección de los niños; es decir, por el análisis y la descripción de situaciones de maltratos y de negligencia. A través de indicadores, físicos y comportamentales en los niños y conductuales en los padres se pueden identificar situaciones de maltratos o de emergencia de esta situación. En base a la existencia de estos indicadores se inician los procesos de intervención individualizados, de prevención secundaria o terciaria, y en base a los factores de riesgo relacionados con la emergencia de los maltratos se identifican poblaciones de riesgo para poder hacer una prevención primaria. Este es el esquema usado en la intervención con la infancia maltratada en el seno familiar y autores como Gracia y Musitu (1993), Belsky (1980), De Paul (1996), Casas (1989), Arruabarrena (1996), entre otros, le han aportado rigor científico.
En esa misma línea, desde los servicios sociales de protección a la infancia, el análisis de situaciones de riesgo se hace en base a listados de indicadores de riesgo social que recogen los anteriores y, en ocasiones, son completados con otros relacionados con la emergencia de situaciones de inadaptación social. La Generalitat de Catalunya, la Diputación de Zaragoza o autores como Inglés (1993), Cusó (1995) o Panchón (1995) trabajan en este sentido.
La detección operativizada desde esta forma es perfectamente válida cuando se quiere centrar la protección de la infancia ante situaciones de maltrato infantil familiar en cualquiera de sus formas: maltrato físico, abuso sexual, negligencia, maltrato emocional o abandono.
Sin embargo, la cuestión que aquí se plantea es como formalizar un sistema de detección igualmente válido pero que abarque estas situaciones emergentes en nuestra sociedad y que se sitúan fuera de la responsabilidad paterna clásica. Es decir, encontrar un instrumento que nos permita estudiar estas situaciones contextuales que ponen en peligro el desarrollo de la infancia que se pueda adaptar a todos los contextos y escenarios ¿Cuales son las características de los entornos escolares, sociales, del grupo de iguales,... que favorecen las nuevas situaciones de riesgo? ¿Cuales son los factores y los indicadores en estos casos? , ¿Cuáles son las características que nos indican que un niño o niña está sufriendo alguna nueva forma de maltrato infantil?
Por ejemplo, ¿la situación de refugiados de guerra o de inmigrantes permite que la infancia tenga la misma calidad de vida que si no hubieran tenido que abandonar su país de origen, en el que tienen sus raíces, su familia y en el que pueden hablar su idioma? O bien, ¿un niño víctima de maltrato, abuso y acoso emocional por un compañero del colegio, puede desarrollar
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