La Organización Mundial de la Salud
sarithicaTesis1 de Septiembre de 2013
4.378 Palabras (18 Páginas)279 Visitas
Capítulo I
Introducción
A nivel mundial existen alrededor de 5.1 millones de muertes derivadas del consumo excesivo de alcohol y tabaco, siendo el responsable de múltiples padecimientos como: enfermedades cardíacas isquémicas, cirrosis hepática y accidentes automovilísticos. Datos comparativos entre los años 2002-2011 evidenciaron un aumento significativo en el consumo de esta droga lícita, siendo la cerveza la bebida alcohólica de preferencia, dato relevante es el inicio de consumo de alcohol que ocurre a los 17 años de edad o antes (Organización Panamericana de la Salud [OPS, 2000], Organización Mundial de la Salud [OMS], 2000 & Encuesta Nacional de Adicciones [ENA], 2011; Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones [CENADIC]; Comisión Nacional Contra las Adicciones [CONADIC]; Instituto Nacional de Psiquiatría & Instituto Nacional de Salud Pública).
En México la Encuesta Nacional de Adicciones reportó que entre la población de 12 a 17 años, el 42.9% ha consumido alcohol alguna vez en su vida, 30.0% en el último año y 14.5% en el último mes; de estos el 14.0% manifestaron tener un consumo alto, el 0.2% un consumo diario, el 1.0% consumo consuetudinario y el 4.1% consumo dependiente. En consecuencia se obtuvo que 10.8 % de los hombres y 1.8% de las mujeres adolescentes desarrollaron dependencia a esta droga, el aumento del consumo de encontró más alto en hombres pero no tan distanciado del consumo de las mujeres en la adolescencia (Encuesta Nacional de Adicciones [ENA], 2011; Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones [CENADIC]; Comisión Nacional Contra las Adicciones [CONADIC]; Instituto Nacional de Psiquiatría & Instituto Nacional de Salud Pública).
En relación con el tabaco, la prevalencia de fumadores activos en adolescentes fue de 12.35%, equivalente a 1.7 millones, por sexo se reportó un 16.4% que es similar a 1.1 millones de adolescentes hombres y 8.1% que es equivalente a 539 mil de adolescentes mujeres. El tipo de fumador principal es el ocasional 10.4%, para el fumador diario 2.0%, mientras que el 77.8% de adolescentes nunca han fumado, demostrando un incremento en el consumo de tabaco en el rubro de edad comprendido entre 13-15 años (Encuesta Nacional de Adicciones [ENA], 2011; Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones [CENADIC]; Comisión Nacional Contra las Adicciones [CONADIC]; Instituto Nacional de Psiquiatría & Instituto Nacional de Salud Pública).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) conceptualiza a la adolescencia como el periodo que transcurre de la niñez a la madurez; la adolescencia considera a jóvenes de los 10 a los 19 años dividiéndose en la adolescencia en dos etapas: adolescencia temprana (de 10 a 14 años) y adolescencia tardía (de 15 a 19 años). Considera que la adolescencia es una etapa problemática en la cual se van estructurando los individuos para alcanzar una madurez en cuanto a la personalidad existiendo momentos difíciles en el camino (Moreno, 2003).
Esta etapa suele determinarse por periodos de transición que los sujetos experimentan tanto consigo mismo como con el entorno, estos suelen poner en tela de juicio todo aquello que no les parece restructurando sus creencias, convirtiendo esta fase de la vida en un estado de lucha contra la independencia y la búsqueda de identidad, anunciando el fin de la infancia. Algunos autores consideran la adolescencia como un proceso turbulento, sufrido y ante todo de rebeldía, es decir, contradicciones que pueden llevar al adolescente a adoptar actitudes, comportamientos y estilos de vida imprescindibles, dando la oportunidad de adquirir hábitos saludables y no saludables que posteriormente se pueden convertir en adicciones que perduran hasta la edad adulta (Moreno, 2003).
El consumo de alcohol y tabaco en adolescentes se ha ampliado y aceptado por la sociedad catalogando esto como factores de riesgo de tal manera que tienden a aumentar las probabilidades de que se conviertan en consumidores inmoderados; aunque a pesar de esto la situación de riesgo no se dará igual en todos los adolescentes, dependerá de cada uno de ellos ya que tienen su propia ideología de defensa en su personalidad ante los riesgos. Entonces resulta oportuno estudiar las motivaciones que tienen los adolescentes de preparatoria ante el consumo de alcohol y tabaco (Villarreal & Landero 2008).
La Comisión Nacional Contra las Adicciones (CONADIC, 2012) define la adicción como todo aquello que produce la dependencia de un individuo hacia una droga ya sea lícita o ilícita, haciendo susceptibles a unas personas más que a otras, interviniendo diversos factores condicionantes como la edad (principalmente adolescentes) y exposición a la sustancia, entre otros, convirtiéndose en una enfermedad crónico-recurrente; favorecido por elementos como: el ambiente.
El cerebro entra en un proceso de adaptación cuando se bebe de manera repentina y prolongada, es decir que el organismo se vuelve tolerante al alcohol así que se hace dependiente para realizar funciones vitales, esto determina que cada vez haya más sensibilización a los efectos del consumo, en consecuencia la dosis normal ya no es suficiente con lo que se necesita incrementarse gradualmente para que el cerebro trate de conseguir el mismo efecto de cuando se ingirió alcohol por primera vez, entonces se da una neuroadaptación (adaptación de las neuronas a la droga) (CIJ, 2010).
Justificación
Existen diversos estudios que abordan los factores predisponentes que condicionan a los adolescentes para el inicio y mantenimiento del consumo de alcohol y tabaco, poniendo en evidencia que este grupo de población es el más vulnerable a adquirir estilos de vida no saludables, prevaleciendo la ingesta de estas drogas ilícitas en el género masculino sin embargo estudios recientes demuestran que el género femenino está igualando la cantidad de consumo con los hombres (Villarreal & Landero, 2008).
La vulnerabilidad propia de esta etapa, la necesidad de reconocimiento, la pertenencia a pares o grupos de iguales, contribuye de manera significativa a que el adolescente se sienta motivado a ingerir alcohol y/o fumar tabaco percibiendo esta conducta de riesgo con un sentido positivo de diversión e interacción social. Por tal motivo resulta trascendental conocer las motivaciones que tienen los adolescentes estudiantes de preparatoria para consumir alcohol y tabaco, favoreciendo el acercamiento a este problema de salud pública, permitiendo posteriormente establecer intervenciones educativas propias de la disciplina que contribuyan de manera eficaz a la reducción y demanda de estas drogas.
Planteamiento del problema
El consumo alcohol y tabaco es un problema de salud pública a nivel mundial, tan solo en América Latina y del Caribe, el 95% de los adolescentes consumen alcohol, teniendo entonces el consumo per cápita más alto del mundo no desarrollado. Epidemiológicamente hablando en México se conoce este inconveniente por medio de la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) donde sobresalen los problemas que el país presenta en cuestión de adicciones sobre los efectos adversos a la salud, la economía y la sociedad en cuanto al uso de alcohol y tabaco (Pantoja, 2010; Moral & Ovejero, 2010).
Los fumadores activos reportaron gastar en promedio 397.4 pesos en cigarros al mes mientras que los fumadores ocasionales mencionaron gastar 80 pesos por mes; 6 de cada 10 fumadores han observado las advertencias sobre los efectos del tabaco para la salud, sin embargo son pocos los que se han preocupado por abandonar el hábito, presentando un problema social ya que de esta manera también se desarrollan nuevo fumadores pasivos. Además el 6% de los adolescentes de 12 a 17 años desarrolló dependencia al alcohol, siendo esta una enfermedad que tiene mayor rezago ya que se encontró que solo el 6.8% de los individuos recibieron tratamiento (Encuesta Nacional de Adicciones [ENA], 2011).
En la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud reporto que el alcohol y el tabaco son las drogas de mayor peso en lo referente a la carga general de enfermedades (CGE), determinadas por el indicador de salud AVAD (años de vida ajustados a discapacidad), que expresa la magnitud del daño biológico, psicológico, social, cultural y espiritual determinado cado 12 meses por esas sustancias toxicas. Las cifras de AVAD en el año 2000 alcanzaron 58 millones para el uso inadecuado de bebidas alcohólicas, 59 millones de años perdidos como consecuencia del uso de tabaco y 20 millones para las drogas ilegales. El estimado CGE para para el alcohol 140 millones de años, para el tabaco es de 50 millones de años, y para las sustancias ilegales de 40 millones de años cada 12 meses (Organización Mundial de la Salud, 2005).
La asociación entre el consumo de alcohol, tabaco y la adolescencia, se ha convertido en una combinación peligrosa, que expone al sujeto a una serie de riesgos vinculados con complicaciones o enfermedades derivadas del uso inapropiado de estas drogas; así como relaciones sexuales sin protección, embarazos no deseados, violencia, accidentes y en casos extremos la muerte (Mancha, Rojas & Latimer, 2012 & Pantoja, 2010).
El adolescente consume alcohol y tabaco en grandes cantidades con actos que cree que puede controlar buscando la manera de intoxicarse con estas sustancias lo más cotidianamente posible para acumular experiencias sin ser conscientes del daño que causa, pensando que se relajaran y con el afán de experimentar nuevas sensaciones. Para Yamamoto (2008) el inicio del consumo de tabaco a menores edades mayor será probabilidad de usos de sustancias licitas en la edad adulta, además existen
...