La Universidad En La Sociedad Y La Calidad Academica
edgarpfare18 de Noviembre de 2014
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Introducción
El crecimiento y el desarrollo se suelen potenciar por medio de la investigación y la transferencia responsable del conocimiento, pero para que esto suceda se hace necesario asegurar también que los programas de educación sean competitivos en el tiempo y en el contexto en el que están inmersos, de manera que aseguren la preparación para la docencia, la investigación, la aplicación tecnológica o el ejercicio especializado de una profesión.
Para que las universidades enfrenten el reto de proyectarse y adaptarse a un proceso de cambio que viene avanzando muy rápidamente hacia la construcción de sociedades del conocimiento es imprescindible el desarrollo del conocimiento. Nos encontramos de lleno en la sociedad de la información y avanzando hacia una sociedad basada en el conocimiento, representada por una economía digital, donde el conocimiento constituye el principal recurso y un poderoso motor para el crecimiento, la competitividad y el empleo. Ante estos retos, aquella organización que aproveche las capacidades intelectuales de sus miembros, desarrolle su capacidad de aprendizaje, potencie la innovación constante, fomente la creación de nuevos conocimientos y desarrolle los sistemas y la tecnología necesaria para ello, estará en situación de afrontar los retos futuros. Gestionar estas capacidades, estos conocimientos y rentabilizarlos, en definitiva, convertir capital intelectual en oportunidades de desarrollo, es el nuevo paradigma.
Es importante el papel que juega la educación superior toda vez que potencia cada vez más el aprendizaje permanente durante toda la vida, la mayor movilidad de mano de obra internacional y el enfoque en el desarrollo de la sociedad del conocimiento.
La universidad en la sociedad
En el mundo contemporáneo no puede concebirse una universidad que no tenga entre sus líneas fundamentales de acción la investigación científica, como expresión de un claustro de excelencia. En este sentido, la innovación tecnológica, como importante vía para revertir hacia la sociedad la aplicación de la ciencia, es uno de los elementos claves para evaluar la pertinencia de la universidad. Es por ello, que su diseño exitoso constituye un componente fundamental de la gestión en la actual universidad cubana. La tenencia de resultados para ser transferidos a la sociedad mediante la innovación tecnológica, es sólo producto de un proceso exitoso de investigación científica, para lo cual es imprescindible, una correcta gerencia de la ciencia y la innovación tecnológica.
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) forman parte de la cultura tecnológica que contextualiza a esta etapa de la convivencia humana; amplían las capacidades físicas y mentales de los seres humanos e incrementan sus posibilidades de desarrollo social.
El marco en el que se desenvuelven todas las organizaciones en el mundo actual se caracteriza por el exceso de información, por la continua informatización y automatización de los procesos, por la modernización y actualización de las técnicas gerenciales, por la agudización de la competencia inter-organizacional y como marco general, el acelerado proceso de globalización económica.
En este contexto se impone la asimilación de los avances científicos generados en cualquier parte del mundo y el desarrollo tecnológico propio. Aquí se evidencia la indudable importancia de la aplicación de los adelantos de las TIC al desarrollo de la ciencia e innovación tecnológica.
Nos encontramos completamente en la sociedad de la información y avanzando hacia una sociedad basada en el conocimiento, representada por una economía digital, donde el conocimiento constituye el principal recurso y un poderoso motor para el crecimiento, la competitividad y el empleo.
Ante estos nuevos desafíos, aquella organización que aproveche las capacidades intelectuales de sus miembros, desarrolle su capacidad de aprendizaje, potencie la innovación constante, fomente la creación de nuevos conocimientos y desarrolle los sistemas y la tecnología necesaria para ello, estará en situación de afrontar los retos futuros. Capturar y gestionar estas capacidades, estos conocimientos y rentabilizarlos, en definitiva, convertir capital intelectual en oportunidades de desarrollo, es el nuevo paradigma.
El acceso a la información es la fuente principal del conocimiento, pero este insumo por si sólo es insuficiente, en tanto hay que utilizarlo para generar nuevos conocimientos mediante la investigación y la innovación, en busca de nuevas tecnologías, productos, materiales, aplicaciones, nuevas formas de hacer y de generar riquezas, que conduzcan a una mayor calidad de vida de las personas con equidad.
La influencia que ejerce la universidad en la construcción de Sociedades del Conocimiento es precisamente la razón por la que se le dedican recursos, tecnología y tiempo.
Actualmente, la irrupción y desarrollo de las tecnologías están conformando una serie de cambios estructurales a nivel económico, laboral, social, educativo, político y de relaciones. En definitiva, se está configurando la emergencia de una nueva forma de entender la cultura. En esta coyuntura, la información aparece como el elemento clave, aglutinador, estructurador de este tipo de sociedad.
Fue en la década de los setenta cuando se comienza a hablar de la sociedad de la información, que vino a abanderar toda una serie de cambios que iban a configurar nuevas pautas sociales, motivadas por el auge del sector servicios. Ya no se trata de desarrollar bienes tangibles, como se venían desarrollando hasta ahora en una sociedad industrial. Se destinará a producir bienes ligados a la educación, la salud, la información, el medio ambiente, el ocio, el deporte.
Esta sociedad de la información se va a definir como la producción, el tratamiento y la distribución de la información. Va a exigir desde un punto de vista técnico, la infraestructura necesaria para su utilización en todos los ámbitos de la economía y de la vida social, haciendo que muchas de nuestras acciones se conformen en torno a ésta.
La información con las nuevas tecnologías se independiza de los sujetos. Las personas son despojadas de la posesión, de ser la fuente y manantial de la información. En último término, no es la información para los sujetos y gracias a ellos, sino que los sujetos son para la información y, al final, serán los productos de la misma.
Coincidiendo con múltiples autores, compartimos el criterio de que tener información sobre determinados temas no equivale a poseer conocimiento acerca del mismo, pues conocer y pensar no es simplemente almacenar, tratar y comunicar datos. Serán procesos de generalización de distinto tipo y sus resultados los que nos determinarán el saber cómo actuar sobre algo en una situación dada. La información no es en sí conocimiento, el acceso a ella no garantiza en absoluto desarrollar procesos originales de pensamiento.
A pesar de que el conocimiento se basa en la información, ésta por sí sola no genera conocimiento. La promesa que, insistentemente se nos hace de acceso global y factible a grandes volúmenes de información desde las nuevas tecnologías no va a ser garantía de mayor conocimiento, ni de mayor educación.
Anteriormente, el desarrollo dependía de la cantidad de energía, de recursos naturales, de trabajo, de capital; hoy en día depende sobre todo de la capacidad de conocimientos y de la transformación disponible para actuar sobre el proceso de trabajo. Se manifiesta la tendencia hacia la desmaterialización del proceso productivo, es decir, hacía una menor utilización relativa de materias primas: la riqueza de las naciones se relaciona hoy en día principalmente al conocimiento y la información.
El conocimiento se erige en elemento clave para el éxito de naciones y empresas en este mundo globalizado. Las riquezas de un país no están en sus recursos naturales sino en sus recursos humanos.
Se puede definir como sociedad del conocimiento: “aquella sociedad en la que las condiciones de generación de conocimiento y procesamiento de información han sido sustancialmente alteradas por una revolución tecnológica centrada en el procesamiento de información, en la generación del conocimiento y en las tecnologías de la información”.
La preparación y el conocimiento que los mismos posean les permitirán insertarse con éxito en esta era de cambio tecnológico. El desarrollo tecnológico, especialmente el que se produce en información y comunicación, es de tal magnitud que todos los países con independencia de su desarrollo industrial, tienen que utilizar normas y equipos mundialmente aceptados. Esto es aplicable a los aspectos materiales y también a las estructuras organizativas y el factor humano, que depende de la enseñanza o tiene relación con ella, sobre todo en los planos profesional y superior.
En este sentido puede entenderse por educación la transformación o apropiación de valores y conocimientos, el desarrollo de habilidades, actitudes, destreza y la formación de capacidades de decisión y elección para que los miembros de una sociedad puedan convivir, comprender y transformar su medio natural, social y cultural sin dejar de tomar en cuenta las tendencias de conservación y cambio. En consecuencia con lo antes expresado, los cambios que se están sucediendo afectan especialmente a la Educación Superior ya que en este nivel, en cooperación con la Enseñanza Profesional y Técnica
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