La corrupción en México.

La Corrupción en México

La corrupción en México es muy compleja ya que, a pesar de ser un obstáculo para el desarrollo económico de nuestro país, se extiende a prácticamente todos los niveles de la sociedad; tanto en el sector público como privado, convirtiendo este fenómeno en una práctica sumamente complicada de eliminar. Existen diversos escenarios en los que se ha visto implicado de manera directa el estado mexicano, en que se presume corrupción, desde el caso de la Casa Blanca, el caso Oceanografía y las concesiones de OHL en el Estado de México, son muestra de cómo este fenómeno que es la corrupción está más que evidente en nuestras autoridades mexicanas.

Debido a su naturaleza en cuanto a la dimensión que acosa este mal a México. Según Casar, M.A. (2015), se calcula que el costo anual de la corrupción oscila entre el 2 y 10% del Producto Interno Bruto, lo cual equivale a 26 y 130 mil millones de pesos. 

La corrupción también es vista como uno de los mayores obstáculos para el desarrollo de negocios en México, inclusive por encima de la regulación tributaria, la burocracia o el delito. Además, según un estudio México ocupa el lugar 103 de 175 economías evaluadas por el Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional, y el último lugar de los 34 países que integran la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

Cabe mencionar que las cifras dadas anteriormente solo son estimaciones del alcance de la problemática, debido a que no se puede medir a ciencia cierta la cantidad de corrupción que existe en el país.

Ante estas evidencias, me pregunto ¿Cuáles son los incentivos que fomentan que la corrupción sea una actividad con un alto grado de rentabilidad?, Es decir cuáles son las causas que motivan que la corrupción emane como un volcán activo y furioso contra el progreso de nuestra sociedad.

Sería muy tonto asumir, como lo hizo el Presidente Enrique Peña Nieto en su momento, que la corrupción es parte de la “condición humana” pues esto implicaría que la existencia de la corrupción es algo inevitable y en su defecto como lo demuestran algunos países, la disminución de los índices de corrupción es posible, y en su combate para erradicarlo hay dos puntos primordiales; la voluntad política y un adecuado diseño institucional.

Así es que un combate efectivo contra este mal, no solo se forma de buenas intenciones por parte de las autoridades y nosotros como ciudadanos, sino de contar con instituciones adecuadas, incentivos y mecanismos eficaces que impidan y castiguen a quienes estén implicados en este tipo de comportamientos sin hacer distinción alguna, ya sea un político o una persona que carezca de posición social.

Y con la eliminación de la corrupción nuestro México sería diferente, en todo sentido; pero hay que recordar que a pesar de todas estas cifras alarmantes el cambio comienza con uno mismo, evita ser parte de la corrupción.

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