La corrupcion en México

Introducción:

La corrupción en México no tiene una hora ni fecha establecida ni algo temporal simplemente es algo que estaremos lidiando por toda la vida, lo cual desafortunadamente le dejaremos como recuerdo a nuestras futuras generaciones. ¿Que pasa con la corrupción hoy en dia?, ¿Crees que podamos hacer un cambio?, son muchas las preguntas y diferentes maneras por la cual nosotros podemos parar con esta corrupción, pero ¿Qué pasa? Por que no lo hacemos, la respuesta es muy simple, todos sabemos que esta vida es a base de puro dinero y que pasa tanto en gobierno como en cualquier otra dependencia ya sea estatal o municipal se maneja mucho dinero y aquí es donde entra el deterioró y es cuando la corrupción empieza y continua, continua hasta que llega el momento en que ya no la podemos parar porque creció de manera drástica tanto la posición económica como el que ocupa, lo cual hace que crezca de puesto uy en la sociedad y es cuando empiezan con sus “Obras Publicas” y tienen un promedio entre 1 año o una administración casi completa. Pero seguiremos con lo mismo “Constructoras Fantasmas” todo esto desafortunadamente es pura perdida de tiempo y un sinfín de dinero por lo cual ellos aseguran que todo el dinero de los ciudadanos que aportan con Tenencia, Dictamen Fiscal, Predial, etc… Y es cuando nos ponemos a pensar y todo ese dinero a donde va?, bueno pues se distribuye en las diferentes instituciones gubernamentales o municipales y ahí interfiere la corrupción, pero lamentablemente esto afecta a la mayor parte de los pobladores ya que son instituciones en la cual cada uno de nosotros forma parte de ellas como lo es: Secretaria de Educación Publica (SEP) entre otras. Hay un caso en lo particular a mi me incomoda en el cual se incluyen dos instituciones, las cuales son:  Secretaria de Educación Publica y Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Municipio de Monterrey (S.U.T.S.M.M.) en especial esta institución a tenido problemas con sus Servicios Médicos Municipales por los cuales a los trabajadores les rebajan un porcentaje por esta prestación, pero ya lleva meses sin tener medicamentos, hay gente que tiene que comprarlos por necesidad y si usted como trabajador de este sindicato llega a ir le aseguro que usted no saldrá de ahí con su medicamento completo, como a todos los trabajadores les han estado dando vales para que en un lapso prolongado asistan a verificar si tiene en existencia el medicamento o si usted decide marcar a verificar si tiene ese medicamento es mejor que lo separe porque si no llegara y le dirán que no tienen cuando por teléfono le dijeron que si. El Miércoles 07 de Octubre del 2015 los trabajadores de dicho sindicato harán una marcha por la escasa falta de medicamento, y ahí es cuando me pongo a pensar: entonces para que rebajan dicho porcentaje si los medicamentos no están o no tienes el abastecimiento que debería de tener.  Esto es el problema el dinero y la corrupción no dejara de de crecer porque hay mucha gente que con el poder que se le otorga económicamente querrá seguir ganando mas dinero mediante esta corrupción

A esta percepción se suma el valor positivo de la corrupción como aceite de la maquinaria económica, engrane del sistema de justicia y factor para que las cosas funcionen. La sanción social a las prácticas de corrupción es inexistente. Por el contrario, se alientan y encomian: el que da una “mordida” o consigue un contrato a través de prebendas, es hábil, tiene “colmillo”, sabe su negocio.

Por eso es que dentro del inmenso catálogo de problemas nacionales, la corrupción no pinta. Es tan inherente al paisaje que atacarla parece ocioso. Sólo así se entiende que la Comisión Nacional Anticorrupción siga en el tintero, y el titular de la Secretaría de la Función Pública sea un encargado del despacho.

Por décadas hemos atribuido el bajo crecimiento económico –no sin razón– a la ausencia de reformas económicas como las que a nivel constitucional, se aprobaron en 2013. Sin embargo, una vez aprobada la legislación secundaria de cada reforma, saldrá a flote el enorme dique que para la inversión privada representa la corrupción. Corrupción traducida en falta de seguridad jurídica, en el encarecimiento de cada trámite o contrato, en los costos de producción y en la rentabilidad de las empresas. Si tomamos en cuenta las estimaciones del Banco Mundial, la corrupción le cuesta a México 9% del PIB cada año, es decir, dos puntos más que la fortuna de Carlos Slim. Si preferimos las estimaciones del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, la cifra alcanza el 20% del PIB, en otras palabras, la quinta parte de lo que producimos se diluye, filtra y trasmina en corruptelas.

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