La economía cómo arte

La economía cómo un arte.

La pregunta acerca de la naturaleza de los estudios económicos ha sido desde siempre una cuestión de gran preocupación. Esto último debido a dimensión dual de la disciplina: por un lado rigurosidad técnica, por el otro análisis empírico/intuitivo. La más amplia discusión  se desenvuelve alrededor de dos conceptos particulares; Ciencia, entendida cómo una rama de conocimiento que descubre el mundo a través de experimentos reproducibles y comprobables; y arte, entendida como la rama que entiende el mundo por medio de la observación y la intuición (EVE, 2018).  Si bien el debate es amplio,  resulta fácil inclinarse a la postura de: “Economía cómo ciencia” gracias a las nociones tradicionales de lo que es economía: modelos, datos y matemáticas. Sin embargo, al realizar un análisis exhaustivo de su metodología es posible vislumbrar cuan alejada se encuentra  la economía de esta última. Para efectos de este breve ensayo nos concentraremos en tres aspectos fundamentales: El objeto de estudio, la justificación de las hipótesis y la precisión.

En cuanto al primer elemento, el objeto de estudio, podemos decir que se aleja de las ciencias en cuanto la cercanía de este con el investigador pone en duda la subjetividad del estudio. De acuerdo a Friedman, en su texto The Methodology of Positive Economics. el hecho de que el investigador sea un ser humano, y que el objeto de estudio de la economía sean las relaciones humanas (Robbins, 1932)  imposibilita la imparcialidad. Sin objetividad, la comprobación de los resultados se pone en duda y por consiguiente, se condena al método científico hacía una falla inminente.

En cuanto al segundo elemento, justificación de la hipótesis, pone aún más en cuestión  la pertinencia de las ciencias puesto que los métodos económicos están llenos de “supuestos”, variables simplificadas de manera casi arbitraria y otros factores que  dificultan la comprobación científica. Por otro lado, el método intuitivo y empírico de las artes, es bastante pertinente en este aspecto. Esto, debido a que las teorías económicas, se miden en su capacidad de predicción y no en la facilidad de comprobación de sus hipótesis. (Friedman, 1966)

Por último, podemos decir que la imposibilidad de los modelos económicos de  replicar la realidad de manera exacta (Friedman, 1966)  va en contra de los estándares de las ciencias. Por consiguiente, su metodología se aleja cada vez más de la ciencia y se acerca más a las artes cuyas reglas tienen un único fin que es el logró de un objetivo particular. (Friedmna, 1966)

A partir de todo lo anterior, podemos concluir que la economía cómo campo de estudio, se acerca más a las artes que las ciencias en su metodología. Esto último debido a que se constituye en gran medida  de generalizaciones e hipótesis difíciles de comprobar, estudia un objeto cuya naturaleza genera dudas en cuanto a la subjetividad del estudio y además falla en ser preciso.  

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