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La exclusión del conocimiento como violencia intercultural

conchaccccTesis30 de Mayo de 2014

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León Olivé

La exclusión del conocimiento como violencia intercultural

English

Summary The 21st century was inaugurated with an escalation of violence. There has always been violence, but contemporary violence can be on a global scale. This was made possible by the technological and scientific developments that also led to one of the most conspicuous forms of violence today: exclusion from knowledge and from the very possibility of producing knowledge and benefiting from it. Most indigenous peoples of the world today are not only excluded from the benefits of knowledge and from the possibility of participating in innovation systems, but the natural resources in their territories are permanently besieged by transnational companies supported by powerful states. In this context, it is argued that new policies and strategies are required, particularly in third world countries, concerning education and the relationship between the State and indigenous peoples, so that their members can participate in new mechanisms of production of knowledge as well as in the implementation of technological systems for the exploitation of natural resources. But they must also participate in decision making processes concerning how and when resources are to be exploited and, above all, how benefits derived from that exploitation are going to be distributed. 1

Contenido  I. Conocimiento científico-tecnológico y exclusión

 La exclusión como violencia

 La exclusión en el conocimiento distribuido y en la sociedad red

 II. Un modelo de sociedad del conocimiento multicultural y justa

 La explotación de recursos naturales

 Derechos económicos y acceso al conocimiento

 III. Un modelo de sociedad multicultural justa

 Nuevas relaciones entre pueblos y regiones

 Políticas científico-tecnológicas

 La ciencia y la tecnología

 La participación ciudadana en políticas de ciencia y tecnología

 La sociedad del riesgo

 Las prácticas científicas y las idiosincrasias culturales

 Participación pública en una sociedad multicultural

 Formación de nuevos profesionales

 IV. Conclusión

 Bibliografía

 Notas

I. Conocimiento científico-tecnológico y exclusión

Sistemas tecnocientíficos

Son sistemas de acciones intencionales humanas, regladas, que usualmente producen conocimientos y transforman entidades (objetos, relaciones y sistemas), con ayuda de instrumentos, con el fin de conseguir resultados que los agentes que los diseñan y aplican consideran valiosos.

En ellos concurren grupos de científicos, de tecnólogos, de políticos, de empresarios o responsables de la toma de decisiones en el Estado, administradores y muchas veces militares. Los sistemas tecnocientíficos requieren grandes financiamientos, muy por encima de la ciencia tradicional. 1 El siglo XXI ha nacido y comenzado a crecer en medio de una ola de violencia inusitada en la historia. No porque ahora haya más actos violentos en proporción a la población, sino porque hoy en día existen medios más eficaces para ejercer la violencia a gran escala, y de formas más variadas.

2 En la hoy llamada »sociedad del conocimiento«, el alcance a gran escala de la violencia ha sido posibilitado por el conocimiento científico, así como por la aplicación de sistemas tecnológicos, y como consecuencia de lo que algunos autores han llamado la »tecnociencia« (cf. Echeverría 2003). Suele mencionarse al proyecto Manhattan (la construcción de la bomba atómica) como uno de los primeros grandes proyectos tecnocientíficos del siglo XX, lo cual es muy significativo para nuestra reflexión, pues la bomba atómica representa quizá el primer gran salto cualitativo hacia la posibilidad de que una sola acción humana tenga un inmediato efecto devastador de grandes dimensiones (nunca antes conocidas en el planeta).

3 Otros ejemplos paradigmáticos de tecnociencia hoy en día los encontramos en la investigación espacial, en las redes satelitales y telemáticas, en la informática en general, en la biotecnología, y en la genómica. Todos ellos pueden tener consecuencias benéficas para grandes grupos, pero también todos pueden utilizarse violentamente para fines condenables éticamente. Esto no significa que la ciencia y la tecnología sean éticamente neutrales y que todo dependa del uso que se les dé. Más bien implica que no tiene sentido pensar en la ciencia y en la tecnología en abstracto. Lo que realmente existe son sistemas tecnológicos con fines bien definidos y donde se ponen en juego medios para obtenerlos, por lo que son susceptibles de una evaluación desde un punto de vista ético (cf. Olivé 2000, así como Ibarra/Olivé 2003).

4 Los productos de la tecnociencia resultan del trabajo de grupos de científicos, de tecnólogos, de administradores y gestores, de empresarios e inversionistas y muchas veces de militares. Y aunque no es una característica intrínseca de la tecnociencia, hasta ahora el control de los sistemas tecnocientíficos ha estado en pocas manos de élites políticas, de grupos dirigentes de empresas trasnacionales o de militares, asesorados por expertos tecnocientíficos. Este es un rasgo de la estructura de poder mundial en virtud del cual, además del hecho de que el conocimiento se ha convertido en una nueva forma de riqueza que puede reproducirse a sí misma, también es una forma novedosa de poder.

5 Esto ha trastocado los sistemas de valores en la producción y circulación del conocimiento. Ahora valores económicos, como la ganancia, han pasado a formar parte de la estructura axiológica de muchos sistemas tecnológicos y tecnocientíficos, lo cual ha significado un aumento en la complejidad de la matriz de valores de muchos de esos sistemas. Como lo ha mostrado Javier Echeverría (2002, 2003), al lado de valores económicos como la ganancia financiera, o de valores militares y políticos como la ventaja para vencer y dominar a otros, aparecen valores que afectan directamente el dominio epistémico tales como la apropiación privada del conocimiento, y por tanto el secreto y a veces hasta el plagio. Valores todos incompatibles y de hecho inconcebibles para la ciencia que el mundo occidental conoció entre los siglos XVII y mediados del XX, cuya normatividad fue muy bien capturada en el »CUDEOS« mertoniano (comunismo, universalismo, desinterés y escepticismo organizado) (cf. Valero 2004).

La exclusión como violencia

Un hecho que ha acompañado al advenimiento de la sociedad del conocimiento es la exclusión de grandes sectores sociales de los beneficios del conocimiento y de la posibilidad misma de generar conocimiento. 6 La transformación de las formas de producción de conocimiento, las nuevas prácticas tecnológicas y tecnocientíficas, y las relaciones sociales, económicas, culturales y políticas en que éstas se han venido dando, han generado niveles de exclusión nunca antes vistos, así como nuevas formas de exclusión. En los países del primer mundo cada vez hay más gente desplazada del sistema económico – que no son sólo los inmigrantes –, y en el mundo entero hay cada vez más grupos sociales, y pueblos enteros que quedan excluidos de los beneficios de los nuevos sistemas tecnocientíficos y, peor aún, quedan excluidos de la posibilidad misma de generar conocimiento. Esto es algo que ocurre palpablemente en las relaciones internacionales y muy especialmente en las interculturales, y que afecta sensiblemente a los países del tercer mundo, particularmente a los pueblos tradicionales como prácticamente todos los pueblos indígenas de América Latina.

7 Pero en cambio todos los excluidos del conocimiento y de sus beneficios comparten con el resto de los habitantes del planeta otra nueva forma de violencia: la carga de los riesgos y los daños. Esta es otra de las nuevas asimetrías a las que hemos asistido: beneficios en las formas de vida para una minoría en el primer mundo, pero un primer mundo que ya no está sólo en el norte, sino que lo mismo está en América Latina que en la India o en China e Indonesia. Enormes ganancias económicas para un pequeño grupo de empresas, generalmente trasnacionales, y exclusión de los beneficios para la enorme mayoría de los seres humanos.

La exclusión en el conocimiento distribuido y en la sociedad red

Building knowledge societies.

Exhibición virtual de la UNESCO.

Exhibición

8 Otro problema que merece mencionarse tiene que ver con una de las formas de producción de conocimiento que ha llamado mucho la atención en tiempos recientes y que se ha recogido bajo el término de »distribución« (cf. Fuller 2001). Se trata de mecanismos de producción de conocimiento donde no hay un lugar central de control, sino que el conocimiento se genera de manera distribuida en muchas unidades dispersas, que físicamente pueden estar muy separadas, pero que a la vez se mantienen en contacto mediante redes de comunicación (de donde surge el término de »sociedad red«, cf. Castells 1999). El conocimiento producido por una unidad adquiere valor en la medida en que complementa y se suma al que se produce en los otros nodos de la red.

9 Una de las condiciones para que esto sea posible es cierto nivel de homogeneización cultural. Esto se aprecia por ejemplo en cuestiones lingüísticas: ¿en qué lenguas se producen programas de cómputo? ¿Cuántos programas existen en lenguas indígenas americanas? Se encuentra aquí una de las tendencias más fuertes

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