La homosexualidad, ¿Un problema en nuestra sociedad?
AlfredoradkePráctica o problema18 de Noviembre de 2017
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE TLAXCALA[pic 4]
La homosexualidad, ¿Un problema en nuestra sociedad?
La homosexualidad, ¿Un problema en nuestra sociedad?
Introducción.
El ser humano es ciertamente discriminador y no acepta lo que cada uno elige, pues cada persona de alguna manera quiere que los demás miembros en la sociedad tengan sus mismos ideales y convicciones. La homosexualidad se considera como tema de gran tabú, en la sociedad hay una diferencia especialmente marcada entre los individuos heterosexuales y los de la comunidad homosexual, pues en numerosas ocasiones los derechos de estas personas no son respetados. Los derechos de las personas tienen una relación directa con el bienestar de la sociedad, estos se fundamentan en la moral y si no se respetan no habrá una adecuada regulación de la sociedad. El presente escrito de tipo ensayo arroja como finalidad tratar de explicar el tabú de la homosexualidad, concretando si es o no un problema en nuestras sociedades modernas, basándonos en las genealogías históricas de antiguas sociedades, así como de puntos de vista biológicos, psicológicos y de las neurociencias.
Se dice que la homosexualidad es un fenómeno natural de la sexualidad sin efectos de anormalidad o psicopatologías. Considerándose como influyentes esenciales los factores psicológicos y socio-culturales. “El sodomita era un relapso, el homosexual es ahora una especie” (Foucault, 1976) con esta frase del filósofo francés de uno de sus libros (que más adelante analizaremos), podemos entender un poco sobre los factores antes mencionados. Para continuar con nuestro escrito empecemos con definir algunos puntos clave.
¿Qué es la sexualidad?
En términos generales se le define como un complejo de caracteres físicos, funcionales, psíquicos y culturales aptos para la perpetuación de la especie. En el hombre el acto sexual se manifiesta como un fenómeno muy complejo al cual, junto con las expresiones genéticas, la funcionalidad endocrina y nerviosa, se suman elementos psicológicos individuales y normas culturales que influyen de diversas formas en la experiencia y la conducta sexual de cada individuo. Observando esto desde un punto de vista filosófico, “toda inclinación tierna procede del instinto natural de los sexos” (Schopenhauer, 1855), Al ser así, la sexualidad se transforma en revelación de la Voluntad de Vivir o Uno- Inconsciente. Por lo tanto, los principios que constituyen el fundamento de la actividad sexual humana están basados en que los individuos se unan por los impulsos irracionales de la voluntad y no por las sensaciones del amor sentimental, la vida para Schopenhauer es el "mal", la sexualidad el medio - también maligno- que impide el final del sufrimiento. El
concibe la vida como una tragedia (el final es siempre la muerte, y el dolor y el hastío predominan sobre los breves momentos de placer); por ello - según el filósofo- el acto sexual es una traición de los amantes al hijo que vendrá. El acto sexual implica la continuidad de la cadena de la vida, es decir, del dolor. Ahora bien, si la escuela psicoanalítica habla de “sexualidad”, entonces es preciso enlazar con este concepto el de la conservación de la especie. No hay que pensar que se trata única y exclusivamente de aquellas sensaciones corporales y funciones que se suelen designar comúnmente por la palabra sexualidad (Jung, 1930); ya que la actividad sexual a diferencia de otras funciones, tiene necesidad del otro para expresarse completamente, desde el punto de vista psicológico, la evolución de la sexualidad coincide con la evolución de los procesos de relación. En este ámbito la contribución más significativa la ofreció el psicoanálisis, que introdujo un nuevo concepto de sexualidad infantil a partir de las relaciones duales madre- hijo (Freud, Totem y Tabu: Algunas concordancias en la vida animica de los salvajes y de los neuroticos, 1913). Esto implica una ampliación del concepto de sexualidad, que no está regulada exclusivamente por el funcionamiento de los órganos sexuales orientados hacia el coito con el fin de la conservación de la especie, sino también por el mundo de una relación madura.
Dentro de la antropología encontramos que tanto en el nivel biológico como el psicológico, la ambivalencia sexual, la actividad y la pasividad se registran como diferencias en el cuerpo de cada sujeto y no como un término absoluto vinculado a un determinado órgano sexual. La antropología, con los trabajos de Malinowski1 y de C. Levi-Strauss2, demostró que la cultura, sobre todo la primitiva, siempre ha buscado dispersar esta realidad irreductiblemente para reducirla semióticamente a la gran diferenciación de lo masculino y de lo femenino, entendidos como dos sexos plenos, absolutamente diferentes y opuestos entre sí. La oposición sexual, que se trasforma en oposición del espacio y del tiempo vividos respectivamente por el hombre y por la mujer se expresa en oposiciones y prohibiciones. Las prohibiciones sexuales se transforman en tabúes, ritos y mitos, dividiendo el espacio y el tiempo en sagrado y profano, los actos en puros e impuros.
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1 Bronisław Kasper Malinowski (1884-1942) fue el refundador de la antropología social británica a partir de su renovación metodológica basada en la experiencia personal del trabajo de campo y en la consideración funcional de la cultura.
2 Claude Lévi-Strauss (1908–2009) fue un antropólogo y etnólogo francés, una de las grandes figuras de su
disciplina en la segunda mitad del siglo XX. Al introducir el enfoque estructuralista en las ciencias sociales, fue de hecho el fundador de la antropología estructural.
¿Qué es la homosexualidad?
Para hablar sobre la homosexualidad es indispensable quitarnos esta máscara juiciosa que nos señala lo que está “bien” y lo que está “mal”, dejar de posicionarnos en esta actitud egocentrista que denota esta capacidad ilusoria de emitir juicios de valor de acuerdo con nuestras creencias, de considerarnos dignos y merecedores de una información verídica y real sobre la sexualidad. La conducta homosexual consiste en relaciones sexuales con miembros del mismo sexo. Puede ser encubierta (fantasías, deseos y pensamientos) o manifestada (conducta públicamente observable, como cortejo, caricias, etc…). La homosexualidad se puede definir como la atracción preferencial a relacionarse con personas del propio sexo. Para clasificar de forma estricta a una persona como homosexual se requiere que presente deseo preferencial hacia personas del mismo sexo, haya tenido conductas homosexuales manifiestas (en ausencia o con dominio claro sobre la conducta heterosexual y se identifique como homosexual). Actualmente, los hombres y mujeres homosexuales sufren de una constante discriminación debido a su orientación sexual (la cual se define según el sexo con quien tienes una relación amorosa). Tan sólo en la ciudad de México, el 70 por ciento de esta población es discriminada a diario, lo cual llega a provocar graves consecuencias a nivel social, emocional y físico. La conducta homosexual, a lo largo de la historia y en muy diversas sociedades, ha sido penalizada, siendo clasificada de delito sexual, e incluso pudiendo ser acreedora de pena de muerte (Cromptom, 2003), cuanto más dura es castigada es menos frecuente y está más oculta, pero nunca desaparece.
Genealogía de la Homosexualidad.
Nadie sabe exactamente cómo la historia de la homosexualidad entró en la sexualidad humana y debe haber aparecido desde el mismo momento en que dos personas del mismo sexo aparecieron sobre la faz de la tierra. Sobre la base de estudios antropológicos se puede afirmar que la homosexualidad es una constante universal de la cultura y se ha observado su presencia tanto en pueblos primitivos como en otros altamente desarrollados.
EGIPTO
Respecto a la homosexualidad, aun siendo una práctica tolerada, no parece que fuera muy bien vista; sin embargo, en 1964, se descubrió una tumba donde se representaban escenas de la vida cotidiana. Estas eras parejas que eran altos funcionarios de la corte (Nianjjnum y Jnumhote), que se estaban abrazando afectuosamente y es, tal vez, la pareja homosexual
más documentada en la historia antigua. Las imágenes de estos dos hombres en la tumba, eran muy similares a las de matrimonios encontrados en otras tumbas del mismo período y no podemos sino sospechar, que los jeroglíficos homosexuales fueran abundantes. En el “Libro de los Muertos” hay un fragmento que se puede interpretar como una condena a la homosexualidad, pero como pertenecía a una mujer, ha sido interpretado como una condena al lesbianismo, pero la interpretación tampoco es demostrable, y no existe la menor mención alguna (Boswell, 1980).
GRECIA
La homosexualidad masculina en Grecia solo podía existir en una sociedad muy jerarquizada. Hay toda una discusión teórica sobre el amor a los muchachos en Grecia, desde platón hasta Plutarco, Luciano y otros, en esta serie de textos teóricos se dice lo siguiente: para un griego o un romano es muy difícil aceptar la idea de que un muchacho, que se verá en la obligación (a causa de su condición de hombre libre nacido en una gran familia) de ejercer responsabilidades familiares y sociales y un poder sobre los otros (senador en Roma, político orador en Grecia), aceptar la idea, reiterando, de que ese muchacho ha sido pasivo en su relación con un hombre. Es una especie de cosa impensable en el juego de los valores morales, que tampoco puede asimilarse a una prohibición, de ahí un dicho “Para un esclavo, dejarse dar por el culo es una necesidad; para un hombre libre es una vergüenza, y para un liberto, un servicio prestado”. Siendo así que los hombres adultos tenían el derecho a prostituirse y si su cliente era extranjero, se podían alquilar en calidad de mancebos por un buen salario. La homosexualidad masculina estaba muy extendida en toda Grecia y se consideraba normal que un muchacho joven de 13 y 17 años, fuera el amante de un hombre mayor, el cual se ocupaba de la educación política, social, científica y moral del amado. Sin embargo, se consideraba más extraño que dos hombres adultos mantuviesen una relación amorosa. Aunque se permitían las caricias y juegos homosexuales, la penetración anal estaba prohibida. Cabe destacar el hecho de que ser “pasivo” no era bien visto socialmente, pues se consideraba que serlo significaba ser intelectualmente inferior y más inexperto que el asumía un rol “activo”. Las historias cuentan ejemplos de homosexualismo desde los dioses mitológicos, como Zeus, hasta los grandes guerreros, como Alejandro Magno. En la sociedad helénica estas conductas recibían poca censura. Nadie pensaba tampoco que la virilidad de estos personajes disminuyera por sus prácticas, siempre y cuando no afectaran su desempeño en las continuas guerras. En Esparta, el encuadramiento militar, sumado a la separación de los hombres de sus madres y esposas, logró que se conformara una verdadera máquina de hacer soldados y, por qué no también, homosexuales. Esto llevó a que muchos de los
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