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La ignorante sociedad en Marianela

Fabiana Isabel Enriquez Del AguilaEnsayo4 de Agosto de 2023

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ENSAYO

La ignorante sociedad en Marianela

2116 palabras


Lima, Perú

2021

La ignorante sociedad en Marianela

Benito Pérez Galdós (1843-1920), símbolo literario español, es uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX no sólo en España. Es autor de diversas autor de diversas novelas, teatros y crónicas, gran influenciador durante el movimiento literario del Realismo (1840-1880) por lo que sus narrativas son escritas con bastante precisión al describir la descripción de la realidad social, liberándose de lo fantasioso y sin exageraciones; novelas entre de las cuales destaca el título de “Marianela”, la cual narra desde una perspectiva crítica la sociedad progresista española durante el siglo XIX. Marianela se convirtió en uno de los best-sellers más famosos y con mayor impacto en la literatura española; esta novela describe la vida diaria de “La Nela”, una muchacha huérfana y humilde de 16 años, quien es menospreciada por los habitantes de Socartes, Aldeacorba; víctima de problemáticas y escandalosas situaciones, las cuales hacen énfasis en la discriminación y marginación, situación social global que lastimosamente continúa vigente, y cuyos orígenes se remontan mucho tiempo atrás.

Mediante esta obra el autor logra transmitir a los lectores el fuerte sentimiento de injusticia al describir tan minuciosamente la terrible e ignorante realidad en la que se vivía y el abuso que los pobres recibían. ¿Cómo logró transmitir aquellas críticas Benito Pérez Galdós? ¿Qué elementos usó? ¿Cómo describe a la sociedad? ¿Los más pobres tenían salvación?. Para responder a estas preguntas se planteó la siguiente tesis: El propósito del ensayo es demostrar y analizar la crítica del autor Benito Pérez Galdós sobre la discriminación y marginación que reciben los más desdichados de parte de la sociedad transmitida a través del personaje Teodoro Golfín.

Como se espera en cada novela, Benito P. Galdós representa de manera única a cada personaje, del mismo modo, sin dar por olvidado el hecho de no alcanzar la perfección sino reflejar distintos casos de la sociedad real y no una impecable, mostrando al público las virtudes y defectos ligados a la persona humana expresadas mediante sus palabras y acciones.

Desde el comienzo de la historia se presenta a Teodoro Golfín, - personaje masculino de mediana edad - cuya labor es el oficio de oftalmólogo, hombre bondadoso y apasionado de principios rectos, hace apariciones constantes en la narrativa y es hermano mayor de Carlos Golfín. Teodoro Golfín se relaciona con bastantes personajes de la obra entre los cuales, los más sobresalientes son Pablo Penáguilas, a quién cura de la vista, y la Nela, personaje con el cual establece una relación similar a la de padre-hija puesto que el doctor Golfín, al notar la terrible situación tanto física como emocionalmente se encontraba aquella adolescente, deseó buscar su salvación otorgándole de a pocos el amor ausente que toda persona requiere, llamándola con sobrenombres amistosos tales como “hija” que denota la fuerte relación que en pocos capítulos pudieron construir, de hecho hasta piensa en la idea de adoptarla suceso que se puede comprobar en el capítulo IX “Los Golfines” donde se muestra una conversación entre Teodoro y Carlos Golfín junto a la presencia de la esposa del segundo mencionado: Sofía, personaje el cuál se explicará más a fondo en los siguientes párrafos. T. Golfín respondió de manera afirmativa y seria a la pregunta irónica de Sofía: ”Con tu sistema -dijo Sofía- ya se arreglarían las cosas de modo que nosotros fuésemos padres de la Nela”[1], y Teodoro contestó:“¿Por qué no? Entonces no gastaríamos doscientos duros en comprar un perro, ni estaríamos todo el santo día haciendo mimos al señorito Lili”[2] nuevamente de manera reprochable hacia Sofía, personaje que mostraba un pensamiento egoísta (más adelante se explica con detalle el comportamiento de este personaje).

La relación existente entre ellos dos (Teodoro Golfín y La Nela) es de suma importancia durante el desarrollo de este ensayo debido a que mediante la protagonista es cuando Teodoro Golfín es capaz de adentrarse al lado olvidado de la sociedad, la clase necesitada, los pobres, y conocer más a fondo el trato que reciben las personas que no poseen riquezas con respeto a aquellas que sí poseen.

Pérez Galdós se ve reflejado en la figura de T. Golfín por lo que si se lo analiza con detenimiento este puede ser considerado como signo de inteligencia y verdad, pues siempre decide actuar según su moral buscando el bien común; es a través de este personaje que critica con frecuencia la sociedad y sus acciones durante el progreso de la historia, examina cómo cada uno busca de manera egoísta el bien propio y no el de los demás, claro ejemplo de falsa caridad e ignorancia; algunas de sus frases que sustentan este argumento aparecen en situaciones como cuando Teodoro veía y consolaba a la Nela: “Y esta sociedad egoísta que ha permitido tal abandono, ¿qué nombre merece? Te ha dejado crecer en la soledad de unas minas, sin enseñarte una letra, sin hacerte conocer las conquistas más preciosas de la inteligencia,[...]”[3], “¡Eres una admirable persona nacida para todo lo bueno; pero desvirtuada por el estado salvaje en que has vivido, por el abandono y la falta de instrucción, pues careces hasta de la más elemental! ¡En qué donosa sociedad vivimos, que se olvida hasta este punto sus deberes y deja perder de este modo un ser preciosísimo!”[4], etc.

El contexto histórico de aquella época está basado a lo largo de la Revolución Industrial que paulatinamente se extendía en España, específicamente en Aldeacorba y las minas de Socartes lugar donde se vislumbra la mala condición de los trabajadores, donde tanto niños como adultos realizaban la faena diaria.[5] En esos tiempos el bien personal era de mayor importancia que el trabajo en equipo, por lo que la discriminación y la desigualdad eran cosa cosa común de observar, se generalizaba y se describía como lo normal, pensamiento que degrada al ser humano y lo priva del uso de la subsidiariedad, solidaridad, laboriosidad, entre otras virtudes; al igual que los objetos materiales era vistos como alabanza. La Nela es un gran ejemplo de contrariedad a  aquellas cosas superficiales pero desgraciadamente las personas a su alrededor no compartían sus mismas opiniones.

En este argumento se comparará la relación de la Nela con los demás, seleccionándola como representante de aquellos que carecían de riquezas, acciones antes y después de su muerte; haciendo énfasis en la riqueza y cómo la sociedad actuaba según ella.

La Nela, personaje principal de la obra, de género femenino de 16 años cuya fisonomía consistía en abundantes pecas, una nariz puntiaguda, labios pequeños, de baja estatura con poco desarrollo físico calificada por “fea” por los habitantes, cosa que se le repite constantemente, gracias a la falta de educación y comprensión ella se autoanula y se autodenomina como “inservible” sumándole el plus de su pobre fuerza física, cosa que le impedía ser apoyo en los trabajos de la mina siendo su único encargo servir como lacaya a su amigo y amado “Pablo”, el ciego.[6] Usaba ropas maltrechas, la suciedad siempre estaba presente en ella, la gente evitaba acercársele gracias a estas causas, las únicas dos personas que le ofrecieron conocer la verdadera amistad fueron Teodoro Golfín y Florentina, prima de Pablo con quien más adelante termina casándose. Pero no todo tiene un final feliz, al ser curado Pablo, la Nela termina con un grave estado emocional al sentir el dolor de un amor no correspondido lo que conlleva a su muerte. Al término de la historia se contó lo ocurrido tras el fallecimiento de la protagonista, asombrosamente el lugar de su tumba fue decorado con inmensas piedras preciosas,“¡Cosa rara, inaudita! La Nela nunca había tenido cama, ni ropa, ni zapatos, ni sustento, ni consideración, ni familia, ni nada propio, ni siquiera nombre, tuvo un magnífico sepulcro que causó no pocas envidias entre los vivos de Socartes”[7] - narró el autor de la novela el cómo los vivos se interesaban en las riquezas percatándose de la existencia de la Nela después de su muerte por la única razón de lo sotisficado de su tumba, las mismas personas que la criticaban y humillaban tildándola de fea, hasta llegaron a verla bonita recién muerta: “Cuando la enterraron, los curiosos que fueran a verla ¡esto sí que es inaudito y raro! la encontraron casi bonita; al menos así lo decían. Fue la única vez que recibió adulaciones”[8], esta y otras frases más brinda el autor con total ironía las acciones de aquella mayoría egoísta e interesada en la riqueza, una belleza vacía.

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