La lengua escrita y su vinculación con la vida cotidiana de los adultos

La lengua escrita y su vinculación con la vida cotidiana de los adultos.

La autora María de Lourdes Valenzuela nos relata sobre las experiencias que obtuvo al trabajar con niños y adultos en un alberge en el estado de Chiapas, su trabajo consistió en aproximar a las comunidades a los materiales escritos, los cuales tenían como propósito promover la lectura y la escritura de textos diversos en contenidos y formatos, para ofrecer actividades tales como lotería, lectura en voz alta, juegos mecánicos, rompecabezas, etc. Con la intención de abrir un espacio en donde la espera y la incertidumbre de los integrantes de las comunidades fueran menos pesadas y agresivas.

La totalidad de los adultos de los albergues, no estaban alfabetizados y no accedían a materiales escritos y materiales que contaban la colección bibliográfica, por el motivo de que sus tareas cotidianas como la siembra, el cuidado de materiales, la elaboración de recipiente de barro, etc., no necesitan la lectura y la escritura.

El no saber leer y escribir no significa que sean menos capaces de resolver sus problemas y sus necesidades. Es notorio que se han enfrentado a situaciones complejas, en donde han adquirido experiencias de distinta índole y que aún pueden aprender nuevas, que tienen y construyen conocimientos, por lo que la alfabetización es un proceso para adquirir conocimientos tales como la lectura y la escritura, los adultos son capaces de adquirirlos siempre y cuando les resulten procesos que impliquen algo más que dibujar líneas, rectas y curvas. Los adultos, al igual que cualquier persona, aprenden lo que para ellos tiene sentido, lo que pueden utilizar para sus fines y a favor de sus necesidades. La lengua escrita responde a estas características que no logra, ni siquiera acercarse a la complejidad de la lengua escrita. Las letras por si solas no representan un reto para el adulto ni representan a la lengua escrita, las letras solo tienen sentido cuando son parte de un texto que tiene una función social, un significado y pueden ser utilizadas para fines específicos cuando son parte ordenadas de un texto.

Los adultos no alfabetizados actúan con inteligencia y son competentes para resolver problemas complejos, algunos cuentan con conocimientos sobre la lengua escrita aun sin saber leer y escribir. Saben que un periódico contiene noticias, una receta contiene el nombre de un medicamento, una credencia tiene escrito el nombre de una persona, saben para que sirve un título de propiedad y las actas de matrimonio, nacimiento y defunción. Los adultos han adquirido conocimientos y experiencias de la lengua escrita de una educación formal y los han sabido utilizar para fines específicos.

Lo que se debe hacer para lograr que los adultos alfabetizados sean interesados de la lengua escrita, es necesario enseñar como la escritura se vuelva un acto real para resolver situaciones reales, utilizando materiales para adultos que cobren significados en la vida de los mismos y generar dinámicas que permitan hacer intercambios de conocimientos y experiencias compartidas.

En la actualidad sigue de pie el Instituto Nacional para la Educación de Adultos (INEA) el cual continúa ofertando materiales pedagógicos que permiten desarrollar las capacidades de lectura y escritura de sus educandos. Cuentan con diversos módulos que de cajón son básicos, por que se deben cursar para concluir la primaria, el instituto hace la invitación a los interesados de una sociedad analfabeta a desarrollar sus capacidades como escribir, hablar, escuchar y, sobre todo, al leer para comprender su realidad y actuar en ella de una mejor manera para sí mismos y para su comunidad. La lengua escrita forma parte de nuestra vida, y pone como modelo, narraciones, refranes, poemas y canciones, etc., los cuales permiten desarrollar la imaginación y el conocimiento. Por lo que es fundamental para la organización de la vida cotidiana.

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