La migración en América

La migración en América como juego de la vida: dignidad, bienestar y búsqueda de una mejor calidad de vida, se presenta hoy en día como un reto grande, donde cada ser humano por falta de oportunidades decide migrar para tratar de vivir un poco mejor. Es interesante que estos desplazamientos humanos se observen en nuestro continente, comúnmente más presente en Guatemala, México y E. U. A., países que en los últimos años han observado el paso de miles y miles de personas deseando que el destino les tenga preparado algo mejor.

A lo largo de la historia, como humanidad hemos atravesado una serie de situaciones que han marcado la pauta de la vida humana, una de ellas son los desplazamientos de pueblos y comunidades, que al paso de los años y las lecciones que van tomando, deciden salir de su lugar de origen y buscar otro que les sea más apto para sobrevivir.

Ahora en los últimos siglos, pero sobre todo en la última década, se ha experimentado una vida difícil para muchas personas en países como Guatemala, Ecuador, Cuba e incluso México,  situaciones como pobreza, desempleo, crisis económica, falta de oportunidades para le educación e incluso “las causas que motivan su migración no son únicamente económicas sino también culturales, por discriminación étnica, violencia política, entre otros” (Álvarez, I., 2012, p. 12).  

Anteriormente era una forma fácil acceder a otro país, ahora que existe un modo más formal se complica el acceso a países como E. U. A., un trámite largo se tiene que hacer para poder tener documentación y así poder pasar “al otro lado”, ciertamente el gobierno americano ofrece una serie de oportunidades, pero de igual forma hay una serie de exigencias, y como ya se menciono, se comienza por tener una documentación al pie de la letra.

Por tanto, ahora que las personas principalmente guatemaltecas deciden migrar hacia este país se enfrentan con todos estos requisitos, al no poder cumplirlos optan por hacer el intento de acceder cruzando el río y/o brincando el muro que divide los dos países.

Es aquí donde el migrante se ve tentado a arriesgar todo por conseguir lo que no se tiene, principalmente se arriesga la propia vida, la salud y la integridad, como dice Alejandro Anaya y Alejandra Díaz:

Desde que inició el estudio de este tipo de migración en México se pensó que los riesgos más importantes que esta población enfrentaba en su recorrido se asociaban con el cruce de selvas o desiertos y los frecuentes accidentes que ocurren en el tren, entre ellos torceduras, fracturas, mutilación de miembros o muerte. Después, la preocupación se centró en las violaciones de tipo procesal, maltrato, condiciones de detención en las estaciones migratorias y distintos abusos en material laboral. Ahora, la preocupación va encaminada hacia una nueva amenaza a la seguridad e integridad, en modalidades como el secuestro y la extorsión, que a menudo implican tortura, abuso sexual y asesinato (citado por Sandoval, 2016, p. 87).

Ciertamente en América, se dan los mayores movimientos migratorios, debido a las circunstancias que vive la comunidad, por tanto esos desplazamientos constituyen un punto importante para salvaguardar la integridad y la dignidad de las personas por parte de todos, es interesante descubrir que la migración en tránsito desde el contexto mexicano ha sido realmente poco estudiada, siendo que la respuesta de las organizaciones diversas de la sociedad civil (en la cual se incluye la Iglesia católica) llevan ya un largo camino recorrido, afrontando dicho fenómeno con miras en una atención humanitaria que también genere procesos de incidencia para modificar la situación migratoria de esta población invisibilizada, expuesta de forma consiguiente a la vulnerabilidad.

“Colombia es el país de origen con mayor número de población en movimiento por migración forzada en América Latina (…), el refugio y el desplazamiento son condiciones cada vez más frecuentes y complejas en el continente” (Álvarez, I., 2012, p. 16).  

Ahora bien se dificulta presentar las causas de este fenómeno, en una de las causas de la crisis humanitaria en la que se encuentran los migrantes en tránsito. Al no haber reconocimiento alguno ni del Gobierno, ni de la sociedad, su situación los hace permanecer vulnerables y vulnerados de manera sistemática.

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