La modernidad y sus parias: Vidas desperdiciadas de Zygmunt Bauman

Mario Alberto Castillo Pérez                 Ética                         Reporte 3

La modernidad y sus parias: Vidas desperdiciadas Zygmunt Bauman

22/03/2019

Capítulo III A cada residuo su vertedero o los residuos de la globalización

Las enormes cantidades de dinero que circulan actualmente, provienen mayoritariamente de fuentes criminales ilícitas, y son destinadas a mas fuentes criminales. Sin embargo, la forma en que hoy en día obtienen poder, tropas, armas, etc. es enorme en comparación con otras épocas, por lo cual ya no hay capacidad (ni se cuenta con la disposición suficiente) para poder combatir estos criminales, que disponen de recursos difíciles de alcanzar, combatiendo minúsculos grupos criminales, en lugar de combatir el problema directamente. Exactamente su extensión ya es prácticamente difícil e imposible de calcular, pues se encuentra en muchísimos lugares.

La situación económica para los ciudadanos de un Estado, ha rebasado el control de las leyes del estado; además que una superclase global ajena, de alguna manera toma las decisiones económicas fundamentales, sin la voluntad del pueblo, de cuerpos legislativos, solo por interés propio.

De las reglas establecidas, son los más fuertes, ingeniosos, sin escrúpulos, aquellos que pueden jugarlas a su favor. La vida es un juego, con “normas sin gobernante”, donde el jugador más poderoso manipula las jugadas por debajo del tablero a su favor, mientras que los jugadores socios, deben aliarse al poderoso, o resignarse a pronto perder.

Pasando a los residuos humanos, podemos destacar los refugiados y extranjeros, que se caracterizar por el aroma de hogares asolados, aldeas arrasadas, el eco de la guerra, son “mensajeros de desgracias”. Los delincuentes no se excluyen de esta lista, pues también poseen esa imagen de culpabilidad, y peligrosidad.

El mundo se separa en los bloques de la vida del desarrollo, o vida moderna; y su contraste, la vida premoderna o del subdesarrollo. La economía, que se construye y desarrolla prácticamente en cualquier lugar del planeta, crea residuos humanos, a pesar de eso, no existe un deposito natural, y el no poder destruir sus residuos, que superan la velocidad de gestión, la tarea se dificulta.

La miseria es la madre de la desesperación, la cual atrae a los negocios ansiosos por conseguir algunos dólares acosta de ello, debido a que desafortunadamente la riqueza y el poder determinan la economía, la mortalidad y la política del espacio global, considerado como las condiciones de vida del planeta.

El número de refugiados va creciendo, de tal manera que los campamentos no se dan abasto. Las personas residentes de estos lugares se ven despojados de una identidad, de un lugar, de una patria, de alguna función en el mundo. Se marginan debido a la falta de culpa por parte de nosotros que, quitados de la pena, los deshumanizamos física y moralmente. La población bajo alguna guerrilla, que sufre de anarquismo, decide huir del campo de batalla, trasladándose por mejores oportunidades, terminan desprotegidos, con una incertidumbre sobre cuánto durará este viaje, si en algún momento tendrá fin, aun asi no buscan regresar a una vida de sociedad.

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