La organización económica de un campo de prisioneros de guerra

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La organización económica de un campo de prisioneros de guerra

por

RA Radford

De Económica,noviembre de 1945

INTRODUCCIÓN

Una vez que se han tenido en cuenta las circunstancias anormales, la sociedad

Las instituciones, ideas y hábitos de grupos del mundo exterior se reflejan en un campo de prisioneros de guerra. Es una sociedad inusual pero vital. La organización y la política del campo son cuestiones de verdadera preocupación para los reclusos, ya que afectan a su existencia presente y tal vez a su existencia futura. Esto tampoco indica ninguna pérdida de proporción.

Nadie pretende que los asuntos del campo sean de importancia más que local o de interés más que transitorio, pero su importancia allí es grande. Tienen un gran peso en un mundo de horizontes estrechos y se sugiere que cualquier distorsión de los valores radica más bien en la minimización que en la exageración de su importancia. Los asuntos humanos son cuestiones esencialmente prácticas y la medida del efecto inmediato sobre las vidas de quienes están directamente interesados en ellos es en gran medida el criterio de su importancia en ese momento y lugar. Un prisionero puede tener opiniones firmes sobre temas tales como si todas las carnes enlatadas deben entregarse frías o cocinadas centralmente, sin perder de vista la importancia de la Carta del Atlántico.

Un aspecto de la organización social se encuentra en la actividad económica y esto, junto con otras manifestaciones de la existencia de un grupo, se encuentra en cualquier campo de prisioneros de guerra. Es cierto que un prisionero no depende de sus esfuerzos para obtener lo necesario, ni siquiera los lujos de la vida, pero a través de su actividad económica, el intercambio de bienes y servicios, su nivel de comodidad material mejora considerablemente. Y esto es un asunto serio para el prisionero: no está "jugando a las tiendas", aunque la pequeña escala de las transacciones y la simple expresión de comodidad y necesidades en términos de cigarrillos y mermelada, hojas de afeitar y papel de escribir, hacen que la urgencia algunas de esas necesidades son difíciles de apreciar, incluso para un ex prisionero que lleva unos tres meses en prisión.

Sin embargo, nunca se insistirá lo suficiente en que las actividades económicas no son tan importantes en la sociedad penitenciaria como en el resto del mundo. Puede haber poca producción; como se ha dicho, el prisionero es independiente de sus esfuerzos para satisfacer las necesidades y lujos de la vida; el énfasis está en el intercambio y los medios de intercambio. Un campo de prisioneros no debe compararse con la bulliciosa multitud de regateadores en un mercado callejero, como tampoco puede compararse con la inercia económica de una mesa familiar.

Entonces, naturalmente, el entretenimiento, los intereses académicos y literarios, los juegos y las discusiones sobre el "otro mundo" cobran mayor importancia en la vida cotidiana que en la vida de sociedades más normales. Pero sería un error subestimar la importancia de la actividad económica. Todos reciben una proporción aproximadamente igual de lo esencial; es mediante el comercio como se dan expresión a las preferencias individuales y se aumenta la comodidad. Todos en algún momento, y la mayoría de las personas con regularidad, realizan intercambios de un tipo u otro.

Aunque un campo de prisioneros de guerra proporciona un ejemplo vivo de una economía simple que podría usarse como alternativa a la economía de Robinson Crusoe tan apreciada por los libros de texto, y su simplicidad hace que la demostración de ciertas hipótesis económicas sea a la vez divertida e instructiva, se sugiere que el significado principal es sociológico. Es cierto que existe interés en observar el crecimiento de las instituciones y costumbres económicas en una sociedad completamente nueva, lo suficientemente pequeña y simple como para evitar que los detalles oscurezcan el patrón básico y el desequilibrio oscurezca el funcionamiento del sistema.Pero el interés esencial reside en la universalidad y la espontaneidad de esta vida económica; Llegó a existir no por imitación consciente sino como respuesta a las necesidades y circunstancias inmediatas.. Cualquier similitud entre la organización carcelaria y la organización externa surge de estímulos similares que evocan respuestas similares.

Lo que sigue es una descripción tan breve de los datos esenciales como puede hacer que la narrativa sea inteligible. Los campos en los que el escritor tuvo experiencia fueron Oflags y, en consecuencia, la economía no se vio complicada por los pagos por trabajo por parte de la potencia detenedora. Normalmente estaban formados por entre 1.200 y 2.500 personas, alojadas en varios bungalows separados pero intercomunicados, una empresa de aproximadamente 200 por edificio. Cada empresa formaba un grupo dentro de la organización principal y dentro de la empresa la sala y el sindicato mesón, un grupo voluntario y espontáneo que se alimentaba en conjunto, formaban las unidades constituyentes.

Entre individuos había un comercio activo en todos los bienes de consumo y en algunos servicios. La mayor parte del comercio era de alimentos a cambio de cigarrillos u otros productos alimenticios, pero los cigarrillos pasaron del estatus de mercancía normal al de moneda. Los RMk existían, pero no tenían circulación salvo las deudas de juego, ya que con ellos se podían comprar pocos artículos en la cantina.

Nuestros suministros consistían en raciones proporcionadas por la potencia detenedora y (principalmente) en el contenido de los paquetes de alimentos de la Cruz Roja: leche enlatada, mermelada, mantequilla, galletas, chocolate, azúcar, etc., y cigarrillos. Hasta ahora los suministros a cada persona eran iguales y regulares. También se recibían paquetes privados de ropa, artículos de tocador y cigarrillos, y aquí la igualdad cesa debido al diferente número de envíos y a los caprichos del correo. Todos estos artículos eran objeto de comercio e intercambio.

EL DESARROLLO Y ORGANIZACIÓN DEL MERCADO

Poco después de la captura, la gente se dio cuenta de que, dadas las dimensiones limitadas y la igualdad de suministros, era indeseable e innecesario regalar o aceptar cigarrillos o alimentos. La "buena voluntad" se convirtió en el comercio como un medio más equitativo para maximizar la satisfacción individual.

Llegamos a un campo de tránsito en Italia aproximadamente quince días después de la captura y recibimos cada uno ¼ de un paquete de alimentos de la Cruz Roja una semana después. Inmediatamente los intercambios, ya establecidos, multiplicaron su volumen. Comenzando con un simple trueque directo, como un no-

Cuando un fumador entregaba a un amigo fumador su cigarrillo a cambio de una ración de chocolate,

los intercambios más complejos pronto se convirtieron en una costumbre aceptada. Circulaban historias de un padre que recorrió el campamento con una lata de queso y cinco cigarrillos y

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