ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La vestimenta como herramienta de diferenciación y reivindicación social en Bolivia

MiravanDiemenEnsayo10 de Junio de 2024

3.688 Palabras (15 Páginas)134 Visitas

Página 1 de 15

La vestimenta como herramienta de diferenciación y reivindicación social en Bolivia

Mira van Diemen Seoane, carrera de Antropología

Universidad Mayor de San Andrés

En la obra “La distinción, criterio y bases sociales del gusto”, Bourdieu nos plantea el concepto del sentido estético como sentido de la distinción, el decir, cómo las elecciones de consumo (moda y vestimenta) son usadas por los individuos para establecer diferencias de estatus social y cultural, respecto a las otras clases “inferiores” en la jerarquía,  pues son una presentación del yo individual y grupal de la clase a la que se pertenece. La vestimenta, que denomina Tania Escobar “segunda piel social” y su  significación implícita tiene un carácter holístico, es una expresión social, cultural, clasista, racial, de género, y es una representación de muchos campos más, pero por sobre todo son representaciones simbólicas que determinan la posición social (Bustingorry, 2015).

Sin embargo, la vestimenta, ha dejado de ser de a poco un limitante de comportamiento en la medida en la que solía serlo a la hora de obtener capital social, y esto, a partir de la apropiación de esta herramienta por parte de sectores marginados, con el objetivo de quitarle el carácter divisorio de clases y habitus1, que posee desde tiempos coloniales; representando el grado de “pureza de raza” y de los privilegios o deberes correspondientes que se le asignaba a  la elite criolla, a la mestiza o chola, e indígena a través de un estilo de vestimenta, por la necesidad de diferenciar a la población  tras el proceso de mestizaje. Para lo cual, en el presente ensayo se realizará un pequeño análisis del pensamiento de Bourdieu sobre la moda y estilo como modo de diferenciación social; seguido de una revisión de los antecedentes históricos que limitaban el accionar  de ciertos grupos, así como su alcance en la escala social; y la nueva tendencia que ha surgido en los últimos años con la revalorización de la identidad india y el surgimiento de la Pequeña Burguesía Chola, que ha logrado  convertir en parte de su identidad, la vestimenta de la menospreciada clase mestiza.

EN BASE AL PENSAMIENTO DE BOURDIEU

Desde la perspectiva de Bourdieu el habitus[1] está inscrito en el cuerpo, en el lenguaje y las diferencias también se expresan en las distancias (físicas o simbólicas) entre los individuos, en la constitución del gusto, en los consumos y en los grupos de afinidad, estas distancias se naturalizan en la cotidianeidad. Sirve como el escenario que condiciona la identificación de los actores de un campo como dominantes o dominados, a través de la repetición de patrones históricos, y define lo que es correcto que haga el individuo en colectivo según su posición, y las actitudes que serán castigadas si se sale de su rol.

En Bolivia, esta distinción ha sido mucho más marcada, pues, no solo los criterios económicos son fundamentos de la distinción; debido a que el estilo de vestimenta que le corresponde a la élite, al mestizo o cholo, y al indígena campesino ya había sido predefinido por un proceso de la domesticación de la piel étnica, de la que se tiene documentación desde antes de la época de la independencia boliviana. Este orden, orientado por principios de distinción de estatus social y racial, ha pretendido delimitar el vivir social según un  juego basado en reglas de conducta[2].

En este contexto, podemos interpretar los estilos de vestimenta bolivianos como una firma de clase “La firma es una marca que cambia no la naturaleza material del objeto, sino su naturaleza social” (Bourdieu, Sociología y Cultura, 1984, p. 222), cuyo objetivo es  además de dar cuenta del origen de una prenda o producto, el expresar el lugar social en el que se sitúa aquel que lo usa, identificándolo con un grupo.

ANTECEDENTES HISTORICOS

El cambio entre las relaciones de dominación se basa en la lucha por el monopolio de la distinción, o sea “el monopolio de la imposición de la última diferencia legítima, la última moda, y esta lucha termina con la progresiva caída del vencido al pasado” (Bourdieu, Sociología y Cultura, 1984, pp. 220-221).

Hasta hace unos años, durante cada visita a la ciudad, el indígena campesino realizaba un   intercambio de sus ropas “indias” por prendas urbanas en un intento de ‘auto civilizarse’[3], encontrando el origen del pecado en las tradiciones del indio, castigando cualquier muestra publica de este, ya que su condición de indígena siempre ha significado una clara desventaja en una sociedad que consideraba sus remanentes culturales como un obstáculo para el desarrollo nacional. De nuevo, bajo una concepción de que el vestir como mestizo o indígena, era sinónimo también de pobreza.

Como antecedente histórico más claro de la vestimenta utilizada como herramienta de diferenciación social, tenemos el análisis hecho por Abercrombie (1992) sobre el documento histórico y de recopilación de Edmond Temple, en el que se representan las clases sociales de Potosí́, donde ilustra los estilos de vestido de sus clases sociales en un momento justamente posterior a la independencia boliviana.

[…] Tenemos a los tres personajes a la derecha) tipificados como damas y caballeros criollos. En el extremo izquierdo, Temple muestra a una pareja "campesina indígena", mientras que a ambos lados del fraile franciscano se encuentran un cholo artesano y una chola. La mujer que aparece en primer plano, es un personaje que él llama "una habitante india de la ciudad", y lleva un traje distinto tanto del 'campesino indio' como de la 'chola'. Ella pertenece, según una terminología más temprana, al grupo de los 'indios criollos', pero en la época de Temple, él término 'criollo' estaba reservado exclusivamente para los españoles americanos. Es necesario tener en cuenta también que la pareja a la que Temple llama cholo y chola hubiera sido llamada, solo unos años antes, 'mestiza'. […]En el siglo veinte existe solamente un vestido (femenino) básico de la mestiza/chola; las diferencias en estilo corresponden hoy a la afiliación regional, no a una estratificación intra-regional. El 'indio de la ciudad' está ausente de la ilustración de Temple como distinto del 'cholo artesano'. Es probable que ya se hubiera consumado el colapso de una distinción entre hombres intermedios desde el punto de vista 'cultural' y 'racial' . Igualmente cabe destacar que el traje del hombre mestizo-cholo, con excepción de su capa tejida con diseños, es ligeramente distinguible de la usada por el caballero criollo: la brecha del género en lo que respecta al vestido ya existía en 1830 (Temple, 1830, pp. 292 - 293). [4]

Es acaso la vestimenta a día de hoy, la misma herramienta de división y de reproducción de los mismos patrones históricos; un medio de sometimiento que demuestra una larga historia de división que no puede ser superada; una que continuamente divide, bajo el nombre de identidad cultural, la sociedad boliviana en castas, que funciona como recordatorio simbólico de las capacidades,  límites en la sociedad actual, y la pertenencia perpetua a la clase dominante o dominada para cada individuo en Bolivia.

Ciertamente no.

 

Es verdad que la elite se ha asentado muy sólidamente a través del uso de modas.  Al igual que Bourdieu, Veblen considera que las tendencias surgen de las clases dominantes. “Los usos, los gestos y las opiniones de la clase rica y ociosa adquieren el carácter de un código establecido que dicta su conducta al resto de la sociedad” (Veblen, 2002). Esta postura forma parte de la corriente teórica que sostiene la “difusión vertical de los gustos, pero no es una regla absoluta.                                                            

Gustavo Valdés de León (2012) considera que en el ámbito de la moda (y en los consumos culturales en general) se puede observar un proceso dialéctico tanto vertical como horizontal, mediante la contradicción entre imitación y vinculación erótica. El autor sugiere que las clases medias imitan a las altas con el propósito de asemejarse a ellas, aunque nunca logran capturar la esencia de esa distinción. Por otro lado, en algunos casos, las clases altas adoptan estilos de las clases populares (como el uso del jean), resignificando estos consumos.

La  ironía de la situación boliviana, como describe Abercrombie (1992)  radica en “la lucha del ciudadano boliviano por tener una identidad.” , la búsqueda de la clase alta y baja, por imitar el elemento históricamente más simbólico del otro, la vestimenta. La elite criolla, busca apoderarse de su propia representación del indio, reproduciendo la vestimenta los “cholos” y “mestizos” [5]. Siendo visible durante el carnaval, una burguesía criolla vestida con ropas indias y bailando sus danzas, tratando de ubicarse como “nativos” a la vez que desean demostrar que trascienden esta condición[6].

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (23 Kb) pdf (390 Kb) docx (491 Kb)
Leer 14 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com