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Las historias cortas


Enviado por   •  6 de Junio de 2013  •  Ensayos  •  1.369 Palabras (6 Páginas)  •  396 Visitas

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Las ranas y el pantano seco”

Vivían dos ranas en un bello pantano, pero llegó el verano y se secó, por lo cual lo abandonaron para buscar otro con agua. Hallaron en su camino un profundo pozo repleto de agua, y al verlo, dijo una rana a la otra:

-- Amiga, bajemos las dos a este pozo.

-- Pero, y si también se secara el agua de este pozo, -- repuso la compañera --, ¿Cómo crees que subiremos entonces?

Al tratar de emprender una acción, analiza primero las consecuencias de ella.

“La esperanza”

Una noche que hacia un frio glacial un grupo de monos se dio cuenta de que morirían helados a menos que imitaran un grupo de humanos a quienes habían visto apañarse alrededor de una hoguera. Los monos no tenían ni la más mínima idea de cómo encender un fuego. Todo lo que sabían era que gracias a la hoguera los humanos no parecían pasar frio.

Uno de los monos dijo que creía saber de dónde habían sacado el fuego los humanos y envió al resto a buscar luciérnagas y gusanos de luz. Reunieron tantos como pudieron y los cubrieron con trozos de leña menuda y hojas secas. Luego se sentaron y empezaron a soplar suavemente sobre las luciérnagas con la esperanza de que ardieran. Un mono que se consideraba superior al resto se sentó alejado de ellos, tiritando y burlándose de sus esfuerzos.

-Así no es como los humanos encienden un fuego – les echó en cara entre escalofríos -. Podéis soplar hasta la eternidad pero no funcionara.

Los demás monos ignoraron las mofas y continuaron soplando sobre las hojas secas, concentrándose en lo caliente y lo a gusto que estarían cuando el fuego prendiera. El mono que se creía superior continuo burlándose de ellos pero, cuando más fría se volvía la noche, menos se oían las burlas.

Al amanecer los demás monos le encontraron acorrucado entre dos rocas, con la boca y las barbas bordeadas de hielo. Había muerto congelado. Puede que sus compañeros porque no hubieran conseguido encender un fuego, pero habían sobrevivido porque tenía algo de lo que el mono muerto carecía, y eso les había mantenido con vida.

La esperanza mantiene con vida a un convaleciente.

“El milano y la culebra”

Raptó un milano a una culebra, elevándose por los aires. La culebra se volvió y le mordió, cayendo ambos desde lo alto a un precipicio, y el milano murió. Dijo entonces la culebra:

-- ¡Insensato! ¿Por qué has querido hacer mal a quien no te lo hacía?

En justicia has sido castigado por haberme raptado sin razón.

Nunca busques dañar a tu prójimo, no vaya a ser que sin que lo notes, sea más fuerte que tú, y te haga pagar tus injusticias.

“Las ropas que estaban invitadas a cenar”

Un hombre rico iba a dar una gran cena en la serviría una comida deliciosa preparada por su jefe de cocina personal. A aquel hombre le gustaba gozar de la presencia de personas famosas e interesantes en sus cenas, e invito por ello a un hombre llamado Djua, famoso por su sabiduría, a pesar de que no le conocía de nada.

A Djua no le interesaban las cosas terrenales, y cuando acudió a la cena vestido con su habitual ropa vieja le denegaron la entrada por parecer un mendigo.

Djua volvió a casa y saco del fondo del armario el único traje caro que poseía. Luego volvía a la fiesta, y esta vez, como iba bien vestido, le dejaron pasar.

El primer plato consistía en una sopa de pollo, que Djua se apresuró a echarse por encima de la chaqueta. El siguiente plato era pescado. Djua levanto un brazo, cogió el pescado y lo entro por la manga de la camisa.

Los demás invitados hicieron todo lo posible por ignorar su extraño comportamiento, pero cundo Djua empezó a aplastarse la fresas en las vueltas de los pantalones, decidieron que hasta allí habían llegado.

-¿Qué demonios estás haciendo,

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