Lectura 2 Desarrollo Sustentable

INSTITUTO TECNOLÓGICO DE MÉRIDA

DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA QUÍMICA-BIOQUÍMICA

Curso de: Desarrollo Sustentable

CONTROL DE LECTURA

Nombre del alumno: ___Marlon Antonio May May_           Fecha: 24/08/22__

Lectura: Colborn, T., Myers, J. P., & Dumanoski, D. (2021). Nuestro futuro robado ¿Amenazan sustancias químicas sintéticas nuestra fertilidad, inteligencia y supervivencia? (Spanish Edition). ECOESPAÑA EDITORIAL

Resumen

La novela nuestro futuro robado fue escrita por Theo Colborne, Diane Domanuacki y Pete Myers fueron los autores del libro "nuestro futuro robado" este mismo a grandes rasgos podría considerarse como una cierta colección de distintos hechos e investigaciones que le dan a entender al lector distintos escenarios y situaciones en las que nuestras acciones presentan resultados negativos, este libro prueba que lo que hemos hecho y hacemos tiene graves consecuencias en todas las formas de vida de nuestro Planeta   y   que   lamentablemente   no   solo   perjudicamos   a   nuestro contemporáneos sino a generaciones futuras. De igual manera, este es un libro divulgatorio que pone   en   tela   de   juicio   las   opiniones   predominantes   sobre   los   peligros químicos, los cuales se centran con mayor facilidad en los riesgos del cáncer. Con un gran volumen de pruebas se plantea que algunas sustancias pueden provocar estragos hormonales, cuestión urgente para la   prevención  de  las salud.

A lo largo de los años, el ser humano ha esparcido enormes cantidades de productos químicos en el mundo y sus efectos están demostrando ser cada vez más graves de lo que se imaginó. Las toxinas capaces de perjudicar los procesos básicos de la vida están produciendo una confusa serie de síntomas que provocan la vulnerabilidad de las crías de todas las especies y una vez más vemos como nuestro destino está ligado a toda la naturaleza los humanos tenemos el hábito de responder a los problemas cuando detectamos el vínculo directo entre causa y efecto.

Actualmente las señales son más sutiles de numerosos rincones de la naturaleza

emerge una imagen perturbadora los químicos que nos rodean puede que no cobren directamente la vida de humanos y otros seres, pero con el tiempo alteran el curso de su desarrollo afectando severamente la inteligencia el comportamiento y la identidad sexual.

La contaminación del mundo entero por sustancias sintéticas es una de las varias y ominosas tendencias globales que se ciernen siniestramente sobre el futuro humano. Sin embargo, a diferencia de otros peligros, como el agotamiento del ozono y el calentamiento global, este problema nos afecta a todos de manera inmediata y personal.

Durante el último medio siglo, la Revolución Química que entró en fase de aceleración al final de la Segunda Guerra Mundial ha provocado una gigantesca oleada de sustancias sintéticas que penetran en todos los rincones de la Tierra. Hemos inundado el ambiente con billones de kilos de nuevas sustancias artificiales. Esto ha tenido el efecto de un gran experimento global que ha transformado el mundo de innumerables maneras. En este proceso, no sólo hemos alterado la química de la atmósfera terrestre: hemos alterado incluso la química de nuestros propios cuerpos.

Se han identificado ya más de cincuenta familias de sustancias químicas con efectos hormonales, que consiguen «engañar» al organismo desbaratando su complejo sistema de mensajería química: entre ellas se encuentran sustancias tan omnipresentes como los refrigerantes PCBs (policlorobifenilos), insecticidas como el DDT o el metoxicloro, fungicidas como la vinclozolina o el pirimidín-carbinol, aditivos para plásticos como alquilfenoles y ftalatos, contaminantes como las dioxinas y furanos… Estas sustancias son tan peligrosas porque: a) se trata de productos bioacumulativos, cuya concentración aumenta espectacularmente a medida que ascendemos en las cadenas tróficas (acumulándose en los predadores que se hallan en los extremos superiores de tales cadenas… incluyendo al «superpredador» ser humano); b) son productos persistentes que los seres vivos no degradamos fácilmente, y para cuya metabolización no nos ha preparado nuestra historia evolutiva anterior; c) muchas de estas sustancias son biocidas que se diseñan intencionadamente para que resulten biológicamente activas, y se dispersan adrede en el medio ambiente; d) a consecuencia de una política de comercialización irresponsable carecemos de información básica sobre la mayoría de los más de 100.000 compuestos que pueden encontrarse en el mercado, y no digamos sobre sus efectos sinérgicos, y menos aún digamos sobre los peligros «recién descubiertos» como puede ser la actividad hormonal.

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