Los 7 pecados capitales del marketing en redes sociales
Norberto HernandezDocumentos de Investigación23 de Noviembre de 2018
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Los 7 pecados capitales del marketing en redes sociales
Armando Ruiz, octubre 24, 2018
Con el constante cambio tanto en los algoritmos como en el tipo de contenidos que ofrece cada red social, las marcas, agencias y sobre todo los especialistas en marketing, buscan esquemas que permitan obtener el mayor beneficio por el dinero que invierten y el contenido que producen. No es sencillo: vemos desde redes que tienen un crecimiento rápido y una caída vertiginosa (¡saludos, Snapchat!), otras que nacen y mueren antes de sacar todo su potencial (Vine), hasta aquellas que ahí siguen, pero casi nadie usa (Hi5 y MySpace). Las que quedan buscan dar más opciones de contenido a los usuarios que garanticen su uso por años, como las historias o mensajería directa. Aún en este panorama es común caer en errores que pueden costar tiempo, dinero y reputación de marca, ya sea por contar con poco personal, necesidad de reducir costos o falta de experiencia en plataformas digitales. De acuerdo con Tom Fishburne, especialista y creador de Marketoon Studios, estos son los siete pecados capitales al hacer marketing en redes sociales:
1. Lujuria. Cuando uno quiere hacer parecer a su marca “más guapa” de lo que en realidad es o “mostrar músculo” para atraer gente, se puede caer en la tentación de comprar seguidores para “inflar” tus números. Cuentas como Mexican Fake Blogger se dedican a detectar cuentas que usan esta táctica. Incluso la agencia Mediakix hizo el experimento de crear influencers de forma artificial creando perfiles falsos con fotos de stock y aumentando sus números para ganar contratos con marcas. La cosa no se queda ahí, sino que existen marcas que ansían más: buscan que estos bots pretendan que quieren a la marca, por lo que hay proveedores que no solamente ofrecen seguidores sino interacciones a manera de likes, tuits apoyando un tema, respondiendo encuestas e incluso pagar celebridades para postear algo a favor de la marca, aún si esto va en contra de la ley o resulta en contenido de mal gusto.
2. Pereza. Sabemos que cada red tiene su dinámica y requiere contenido distinto: no es lo mismo una galería de fotos en Instagram que una historia y el tamaño ideal de imágenes para Twitter es diferente a los de Facebook y LinkedIn. Incluso las transmisiones en vivo deben cuidar detalles si se hacen simultáneas en Youtube, Periscope y Facebook Live. Con toda la gama de formatos junto con la promesa de tener presencia en todas las redes habidas y por haber hacen que se caiga en el vicio de la pereza tratándolas como si fuesen iguales: mismo video para todas, misma foto para todas, poner la publicidad que se usó en impresos para las historias de Instagram o el spot que salió carísimo producir para televisión colgado en YouTube. Mención especial a las empresas que roban imágenes o memes de la competencia, les ponen un parche con su logo y las presumen como propias. He tenido casos con mis clientes en los que competidores nos hacen esos extraños homenajes.
3. Gula. Historia real: conocí a un CEO cuyo sueño dorado de campañas online era generar 50 piezas de contenido por red social para cada una de sus 30 marcas diariamente. Esto equivale a generar 1,500 piezas diferentes por día, 45,000 por semana y 540,000 al año. A la fecha no existe un equipo o agencia capaz de cumplir con esa cuota. Llenar a tus seguidores con contenido va en detrimento de la calidad y de la imagen de marca, ya que se convierte en spam. Si a esto se agrega pagar pauta para que aparezca en todas las redes, puedes lograr efectos adversos, como perder seguidores o generar conversación negativa.
4. Soberbia. Es comprensible que la gente que trabaje en las áreas de marketing de las empresas respire, viva, sienta y sueñe con la marca todos los días, la defienda ante familiares y amigos e incluso tenga adornada su casa con productos que lleven el logo, pero en el mundo de allá afuera las cosas no funcionan así. Si tu campaña de marketing sólo quiere llenar de likes y reacciones positivas tus posteos, ganar seguidores, retuits o que utilizen un hashtag tan poco orgánico que no genera empatía con la comunidad en redes, estás viviendo en el pasado. De hecho estos estándares para medir el desempeño en redes se conocen como métricas de vanidad, ya que solamente cumplen la función de verse bonitas pero no suman a los principales objetivos de marketing como generar oportunidades de venta o percepción positiva.
5. Avaricia. Seguro habrás notado que las redes sociales que amabas y con las que creciste ahora tienen más contenido de marcas (muchas de las cuáles no conocías) que de tus amigos o páginas que te gustan. Esto es en gran parte responsabilidad de las mismas redes y muchas otras de quienes se benefician de ello, desde tiendas online hasta campañas políticas. El caso de Facebook con Cambridge Analytica puso en evidencia el uso que se le da a los datos de los usuarios para fines que en muchos casos pueden ser legales pero no éticamente aceptables, como diseñar campañas según nuestros hábitos. Si bien llegamos al punto de tener anuncios personalizados gracias a las cookies (basta buscar un artículo en Amazon o un destino en Despegar para que Facebook nos llene de anuncios con el tema), la necesidad de vender en todo momento por toda plataforma posible terminará moviendo a los usuarios a otras redes menos invasivas, como Instagram.
6. Envidia. Alguna vez un creativo publicitario me contó que las marcas le tienen envidia a los memes porque son orgánicos: creados, compartidos y asimilados por los usuarios con tal facilidad que pocos anuncios publicitarios pueden alcanzar o si lo hacen es gracias a la combinación de creatividad y presupuesto para difundir la idea clave (“Te hace falta ver más bax” es un buen ejemplo). En digital es común ver a marcas sumarse al hashtag del día, el tema de la semana o haciendo versiones de memes conocidos donde por regla general debe verse el logo o producto del cliente. Se quiere obtener un poco de notoriedad que tienen otros pero rara vez se capitaliza para la marca, además de que se percibe una estrategia digital errática y a la deriva, cuyo contenido está supeditado a lo que todos estén hablando el día siguiente.
7. Ira. ¿Por qué no obtenemos el tan codiciado engagement? Mandición. Si hicimos todo lo anteriormente descrito. Seguimos abajo de la competencia, nos faltan seguidores. ¡Hay que hacerlo todo al doble, más fuerte, más ruidoso! La ira es el resultado lógico de una campaña que desde un principio no sabía de qué forma contribuiría a los objetivos de negocio. No se tomó el tiempo para respirar y planear con la cabeza fría el papel que redes, página web, e-mail marketing o herramientas inbound pueden ayudar a crecer en ventas, participación de mercado, darse a conocer con tu mercado meta o simplemente mantenerse en el negocio. Y tal como en la vida real, la ira es contagiosa. La falta de resultados puede hacer que el cliente cambie a su agencia o que se decida reducir o quitar la partida de redes sociales de la estrategia de marketing. Grandes marcas han tenido desfiles de agencias en menos de una década al no poder encontrar la cuadratura al círculo.
Bien, estos siete pecados son muy comunes, sobre todo en empresas que no terminan la transición a digital, pero ya no es opción ignorar las opciones que nos da la red y tarde o temprano todos estaremos ahí, por lo que es mejor trabajar con quienes han generado resultados. ¿Cuáles son otros ejemplos de estos pecados capitales? Coméntanos en las redes sociales de Entrepeneur o en las mías que vienen al principio de este texto. https://www.entrepreneur.com/article/322203
10 claves para vender más con un empaque seductor Crédito: Depositphotos.com
Clara Alvarez, Octubre 18, 2018 Con información de Franck Velázquez
Imagina que el cliente llega a una tienda de autoservicio y se para frente a un anaquel en donde hay decenas de artículos similares a tu producto. ¿Cómo logras que en pocos segundos elija tu marca y no a la competencia? Un buen packaging puede hacerla brillar más que el resto, pues en muchas ocasiones es la primera experiencia que tiene el consumidor con el producto, y se da visualmente o al palparlo. Además, cuando el diferenciador no está claro, el diseño del envase influye totalmente en la decisión de compra. Así lo considera Juan José Mora, CEO de Atlantia Search, un market place de investigación de mercados en la nube.
Cuando las opciones de compra son variadas y abundantes, la mejor forma de atrapar la mirada del cliente y ganar su preferencia es a través del packaging, sin dejar a un lado la calidad. Pero cuidado: es importante que sea diseñado por un profesional; si lo dejas en manos de un inexperto puede afectar las ventas y el branding de tu marca, y aún más grave, cometer irresponsabilidades económicas y legales.
Antes de lanzar un producto al mercado o renovar su imagen, es necesario validar si el diseño realmente conecta con los consumidores, si es un diferenciador y si construye la marca de la forma deseada. De entre los más de 30,000 productos que entran al mercado cada año, entre el 80% y 95% fracasan, y una de las razones principales es la falta de mejoras en el empaque, además del producto en si mismo, agrega Mora.
Por esta razón, tu meta es crear un packaging que robe la mirada de más de un consumidor y que sea el primer paso para fidelizar su consumo. Para lograrlo, procura que cuente con estas características:
- Facilidad para abrir y almacenar.
- Posibilidad de resellarse.
- Capacidad para extender la vida del producto.
- Transportación sin complicaciones.
- Código de barras e información nutricional (información clara y precisa).
- Diseño personalizado e innovador.
- Fabricado con materiales sustentables.
- Dirigirse a un segmento de mercado.
- Despertar emociones para conectar con el consumidor.
- Comunicar la identidad de la marca con el diseño.
Otro de los aspectos a considerar es que el packaging tenga sentido para los consumidores, pues ahora se informan sobre el producto y la huella que puede dejar en el medio ambiente antes de realizar una compra. En este sentido, el Green packaging ya es una tendencia global, y algunos de los atributos que busca el público es menor generación de residuos de empaques, menor desperdicio de producto y mayor eficiencia en el transporte, de acuerdo con un estudio realizado en 2015 por la Flexible Packaging Association’s.
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