Los derechos de Primera Generación como antecedentes de los Derechos Humanos
Riquelme,el ultimo 1️⃣0️⃣Tarea8 de Diciembre de 2020
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Tarea 1: Los derechos de Primera Generación como antecedentes de los Derechos Humanos
Los Derechos Humanos son muy recientes en nuestra historia: fueron legalmente reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el año 1948. Sin embargo, es durante las Revoluciones Liberales Burguesas en que se comienza a considerar que ciertos derechos deberían ser universales. A esos derechos los llamamos de Primera Generación.
Los antecedentes de los Derechos Humanos: los derechos de Primera Generación
Aunque hubo varios antecedentes, fue en los siglos XVII y XVIII cuando comenzó a pensarse que las personas tenían derechos y que estos debían ser el fundamento de la vida social y de la organización política. A partir de esa época, algunos Estados empezaron a adoptar constituciones que reconocían ciertos derechos a sus ciudadanos. También establecían
límites a los gobiernos y mecanismos para elegirlos y controlarlos. De esta manera, se buscaba evitar la concentración del poder y su ejercicio arbitrario para no condicionar las libertades y los derechos de la ciudadanía.
Las primeras declaraciones de derechos se escribieron en el marco de las revoluciones burguesas de los siglos XVII y SVIII. La revolución inglesa de 1688 fue un levantamiento contra el rey Jacobo II, quien quería imponer el absolutismo en ese país. La consecuencia de esta revolución fue la instauración de una monarquía constitucional y la limitación del poder de los reyes a partir de la firma de la Carta o Declaración de Derechos (Bill of Rights), redactada en 1689. Esta declaración fue el antecedente de otras muy importantes, como la Declaración de Independencia de los Estados Unidos (1776) y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa de 1789.
La Revolución Francesa fue un proceso histórico que puso fin al sistema absolutista y a las desigualdades de una sociedad basada en los privilegios de unos pocos. La igualdad jurídica se logró a partir de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano que consagró una serie de derechos fundamentales y aseguró las libertades individuales para los ciudadanos franceses.
El liberalismo fue la corriente de pensamiento que impulsó las revoluciones burguesas y tenía como fundamento la idea de que la sociedad estaba conformada por individuos cuyas libertades debían respetarse al máximo en el marco de las leyes. Frente al absolutismo, los liberales sostenían la existencia de derechos individuales, civiles y políticos, que eran propios de todas las personas y que las leyes debían reconocer, como quedó proclamado en las distintas declaraciones anteriormente mencionadas. Sin embargo, el reconocimiento de este conjunto de derechos que denominamos de Primera Generación, no nos permite hablar aún de Derechos Humanos: los derechos sancionados en las constituciones liberales fueron reconocidos únicamente en cada uno de los Estados que dictan esas constituciones y no tuvieron validez universal.
ACTIVIDAD
Leé el Preámbulo de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano confeccionada en 1789 luego del triunfo de la Revolución Francesa que se adjunta a continuación. Luego, resolvé las consignas planteadas. El texto anterior te será de gran ayuda.
1. Elaborá un texto breve que haga referencia al contexto socio-histórico en que se redacta el documento citado. Las siguientes preguntas pueden servirte de ayuda:
FORMACIÓN ÉTICA Y CIUDADANA – 3° AÑO 1
¿Quiénes son los protagonistas de esa revolución? ¿Contra quién o quiénes la llevan a cabo? ¿Cuáles son, en consecuencia, sus objetivos políticos?
2. Explicá por qué la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano reconoce derechos y no derechos humanos.
3. Investigá sobre derechos civiles y políticos reconocidos en la Constitución Nacional Argentina. Mencioná al menos 3 de ellos, citando los artículos en los que son reconocidos.
Tarea 2: Los derechos de Segunda Generación como antecedentes de los Derechos Humanos
Identificamos que fue en el contexto de las Revoluciones Liberales, en los siglos XVII y XVIII, en que se comenzó a plantear que cierto grupo de derechos –los derechos civiles y políticos- debían ser para toda la humanidad.
Mucho después, durante el siglo XIX y la primera parte del siglo XX, la Segunda Revolución Industrial permitió el desarrollo de una serie de tecnologías novedosas que cambiaron la economía mundial para siempre. La industrialización fue un proceso que impactó fuertemente en Europa occidental y en Estados Unidos principalmente y convirtió a producción fabril en la principal actividad económica de esos países. Las fábricas se instalaron en las ciudades o próximas a ellas, porque ahí se encontraban los mercados comerciales más importantes. En consecuencia, en los centros urbanos se generaron muchísimas oportunidades de empleo y también fueron muchísimas las familias campesinas que abandonaron la vida rural para instalarse en las ciudades. Sin embargo, sus condiciones de vida no se modificaron: a pesar de trabajar 12 horas diarias o más (incluso mujeres embarazadas y niñ@s) los salarios que recibían no eran suficientes para tener a una vida digna.
Estas condiciones de vida llevaron a la clase trabajadora a organizarse políticamente en sindicatos con el objetivo de que se les reconociera, entre otros:
• El derecho al trabajo digno, entendido como aquel que contempla un salario adecuado, que cumple con la jornada máxima de 8 horas de trabajo diario, que posee descanso semanal y vacaciones y que reconoce distintas licencias como la de enfemerdad, maternidad, accidente o invalidez.
• El derecho a la salud, entendido como el derecho a recibir la atención médica necesaria de manera gratuita.
• El derecho a una vivienda digna, entendida como aquella que cumple con los requisitos que hace habitable a una vivienda.
• El derecho a la alimentación saludable.
• El derecho a la educación.
Así, a la igualdad ante la ley ya reconocida como derecho un siglo atrás, se le sumaba la igualdad de oportunidades. A este conjunto de derechos se los conoce como DERECHOS DE SEGUNDA GENERACIÓN y son los DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES. Pero al igual que los derechos de la generación anterior, su reconocimiento fue sólo parcial: no fueron para toda la humanidad sino para aquellas personas cuyos Estados los incluyeron en sus respectivas constituciones.
ACTIVIDAD
La siguiente es una carta escrita por un trabajador inmigrante que llegó a Argentina en el año 1891 en busca de mejores oportunidades de vida. Luego de su lectura, identificá al menos dos derechos de segunda generación que no hayan sido gozados por el autor de la carta. Justificá tu respuesta.
FORMACIÓN ÉTICA Y CIUDADANA – 3° AÑO 2
Carta de un obrero inmigrante (1891).
Carta de José Wanza, 26/09/1891.
“Aprovecho la ida de una amigo a la ciudad para volver a escribirles. Vine a este país halagado por las grandes promesas que nos hicieron, con descripciones tan brillantes de la riqueza del país y del bienestar que esperaba aquí a los trabajadores que a mí con otros amigos nos halagaron y nos vinimos. Todo había sido mentira y engaño. En Buenos Aires no he hallado ocupación y en el Hotel de Inmigrantes, una inmunda cueva sucia, los empleados nos trataron como si hubiésemos sido esclavos. Nos amenazaron con echarnos a la calle si no aceptábamos su oferta de ir como jornaleros para el trabajo en el campo de Tucumán. Prometían que se nos daría habitación, manutención y $ 20 al mes de salario. Ellos se empeñaron en hacernos creer que $ 20 es mucho dinero y cuando yo les dije que no era cierto me insultaron, me decían Gringo de m… y otras abominaciones por el estilo. Comprendí que no había más que obedecer.
En fin, resolví irme a Tucumán y con unos setenta compañeros de miseria y desgracia me embarqué en el tren que salía a las 5 p.m. El viaje duró 42 horas. Dos noches y un día y medio. Sentados y apretados como las sardinas en una caja estábamos. A cada uno nos habían dado un kilo de pan y una libra de carne para el viaje. Hacía mucho frío y soplaba un aire heladísimo.
Molidos a más no poder y muertos de hambre llegamos al fin a Tucumán. Muchos iban enfermos y fue aquello un toser continúo. Nos recibió un empleado del gobierno. Tuvimos que cargar nuestros equipajes sobre los hombros y de ese modo en larga procesión nos obligaron a caminar hacia el lugar donde íbamos a vivir. Al fin llegamos al hotel y pudimos tirarnos sobre el suelo. Nos dieron pan por toda comida. A la tarde nos obligaron a subir en unos carros. Iban 24 inmigrantes parados en cada carro, apretados uno contra el otro de un modo terrible, y así nos llevaron hasta muy tarde a la chacra. ¡Era día de trabajo! La paga incluye en puchero de maíz, y no alcanza para apaciguar el hambre de un hombre que trabaja. La habitación no tiene techo, así que vemos el firmamento con sus millares de astros, una hermosura espléndida.
¡Ah, qué miseria! ¿Qué hacerle? Sería tonto fugarse, y luego, ¿para dónde? Y nos deben siempre un mes de salario, para tenernos atados. En el almacén nos fían lo que necesitamos indispensablemente a precios sumamente elevados y el patrón nos descuenta lo que debemos en el día de pago. Les ruego compañeros que publiquen esta carta, para que en Europa la prensa obrera prevenga a los pobres que no vayan a venirse a este país. ¡Ah, si pudiera volver hoy!”
Tarea 3: La Declaración
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