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MI PAIS DELINCUENTE JUVENIL


Enviado por   •  1 de Abril de 2013  •  45.606 Palabras (183 Páginas)  •  338 Visitas

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MI PAIS DELINCUENTE JUVENIL Por falta de oportunidades laborales, aumenta en Colombia delincuencia juvenil

Los jóvenes están participando más en los delitos que se cometen en el país, porque hay más oferta laboral en la vida criminal que en la legalidad, según un antropólogo forense.

APROXIMACIÓN SOCIAL Y ANTROPOLÓGICA

GABRIEL ALFONSO CAÑÓN VEGA

PED. LICENCIADO COMERCIO Y CONTADURÍA

INTRODUCCION

La delincuencia en Colombia

Uno de los grandes problemas en Colombia es claramente el alto nivel de la delincuencia juvenil y el alto nivel de corrupción entre los mayores que tienen las credenciales académicas. La educación familiar es la causa por la inconsciencia de las madres para motivar a un hijo varón para ofrecer algo, para trabajar para obtener el objeto del deseo y la inconsciente de los padres mostrando una forma de pereza y de violencia para conseguir cualquier cosa sin el consentimiento de los demás.

Por otra parte, la educación escolar es deficiente concerniente a la actitud de los niños para realizar un proyecto que sólo buscan el control por el miedo como la religión hoy en día. Este tipo de propaganda ofrece un campo perfecto para los frutos de la delincuencia y la pereza en general concerniente a la vida de los hombres. Los barrios populares de las grandes ciudades se ven afectados por la delincuencia y en los pueblos cercanos. La excusa es a menudo la falta de empleos, pero la verdad es la falta de voluntad de los hombres a trabajar por algo. Si el futuro de Colombia pasa por los hombres jóvenes actualmente, entonces es fácil de observar las consecuencias que vendrán...

PRÓLOGO El problema de los menores delincuentes está llegando a niveles aterradores.... Pero no es sólo porque sean instrumentos útiles y ciegos de una delincuencia organizada, sino lo que es aún peor....son el reflejo de la sociedad que somos y que parece quisiéramos empeorar. Mientras en los medios se nos presenten apologías al crimen y al criminal joven, al dinero fácil y a las soluciones violentas con programas como Rosario Tijeras, Pandillas, El Capo y otras bellezas de la TV, estamos sembrando vientos que se convertirán en Tempestades o quizás ya lo son. Justo hoy salió la noticia de la adolescente que asesino su mejor amiga. Lo que no veo atinado ni congruente es los renglones donde menciona a Piedad Córdoba, que tiene que ver con el tema expuesto?? Le sugiero, el odio no siempre tiene que ser tan evidente. Si no toman medidas serias contra estos menores, los delincuentes los seguirán utilizando para cometer sus fechorías. Ya que como estos no pueden ir a la cárcel.. Que fácil juzgar sin saber las causas del mal... ¿se preocupara lo suficiente las familias colombianas de hoy por darle amor a sus hijos y hacerlos crecer en valores?... Esos adolecentes y jóvenes son el producto de las acciones del pasado, no se si haya una solución con ellos, pero si que hay una solución con los que hoy son niños. Hay que reducir la edad para penalizar a menores Juan David Escobar Valencia | Publicado el 30 de agosto de 2010 "Lo peor de las medicinas es que una de ellas hace necesaria a las otras". Elbert Hubbard, autor de la " Carta a García”. No pretendo plantear una discusión de carácter legal sobre el juzgamiento y la penalización de menores infractores de la ley, pues no soy abogado y porque para eso

están los expertos juristas y documentos como el Conpes 3629 de diciembre del año anterior, sobre el sistema de responsabilidad penal para adolescentes. Pero la violencia creciente en la ciudad de Medellín, o tal vez lo creciente sea el reconocimiento del problema, pone de relieve la magnitud y complejidad del fenómeno, así como la necesidad de encontrar respuestas efectivas. Por lo general una enfermedad es el resultado de varios factores, lo que hace inútil creer que existe una sola medicina que puede curarla. La imposibilidad de contar con una cura milagrosa para todos los casos, todos los tipos de enfermedad y para todas las manifestaciones en que se presentan, hace pensar que debe abordarse la curación con diversos instrumentos y en los momentos apropiados, incluso simultáneos, para que surtan efecto, sin desechar la necesidad de recurrir a medidas dolorosas que evitan problemas mayores en el futuro. El fenómeno de la impunidad de los menores infractores que no pueden ser penalizados a causa de estar por debajo de las edades mínimas para ser juzgados, se ha convertido no solo en un obstáculo para resolver parte del problema, sino en un factor amplificador del mal que está carcomiendo a la sociedad. Nadie podría sugerir que con solo reducir la edad para ser penalizado, el fenómeno va a quedar resuelto, pero no adoptar esta disminución hará que las demás herramientas, aun siendo buenas y aceptadas, tendrán un efecto exiguo e incluso temporal. Siempre saldrá a relucir el argumento que sostiene que al adolescente no debe dársele tratamiento de adulto, porque es distinto a éste, pero ¿hasta qué punto un "menor" que decide establecer una lista para violar jovencitas de su barrio, hace rato superó la maldad del peor de los "mayores"? ¿Hasta qué punto la seguridad colectiva queda supeditada a los beneficios que se le están brindando a quienes abusan de la confianza que la sociedad generosamente les brindó? ¿Será que estamos confundiendo la generosidad con la complicidad? ¿Cómo seguir aceptando que en los últimos cinco años 160.000 jóvenes fueron capturados por participar en la comisión de algún delito pero a pocos pudo penalizarse? La ley es para asegurarnos a todos pero no es el burladero desde el cual los delincuentes, no importa si tienen 14 años, se ríen de los demás ciudadanos mientras la sangre de sus víctimas aun no se coagula en el asfalto.

Aplazar estas decisiones tendrá costos mayores que hacerlo pronto y requerirá de valentía y de la capacidad de correr el riesgo de ser impopular. Por eso vale la pena destacar, precisamente porque no es común entre la clase política estas características, el esfuerzo que está realizando en este sentido el joven representante a la Cámara por Antioquia, Augusto Posada Sánchez, quien también tuvo el valor de acusar hace dos años a la camarada Teodora, alias "Piedad Córdoba", por traición a la patria y traición diplomática. Repito que un solo instrumento no resuelve un problema complejo y multivariable, pero estas mismas características exigen adoptar todas las facetas posibles. Reducir la edad para penalización de menores no tendrá sentido si la capacidad de fiscalización e investigación con que cuenten los gobiernos locales no es suficiente, como sucede

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