MIGRACIÓN MEXICANA TRANSNACIONAL: NUEVA IDENTIDAD, ENTRE ASIMILACIÓN Y RESISTENCIA CULTURAL EN ESTADOS UNIDOS. (Primera Parte)
seccion3125 de Febrero de 2013
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MIGRACIÓN MEXICANA TRANSNACIONAL: NUEVA
IDENTIDAD, ENTRE ASIMILACIÓN Y RESISTENCIA
CULTURAL EN ESTADOS UNIDOS.
(Primera Parte)
POR BERNARDO MÉNDEZ LUGO*
Miembro del Servicio Exterior
Mexicano
INTRODUCCIÓN.
Este ensayo que se ha dividido en tres partes para su publicación en
la revista Diplomáticos Escritores y es el producto de mi experiencia de
trabajo en la Secretaría de Relaciones Exteriores, tanto en el Programa para
las Comunidades Mexicanas en el Extranjero durante tres años (1993 a mayo
de 1996) y de mi tarea como Cónsul de Prensa, en el Consulado de México en
Atlanta (junio de 1996 a julio de 2001); en San Francisco, California, desde
agosto de 2001 hasta agosto de 2006. En San Francisco me inicie como Cónsul de Prensa y Comercio el primero de agosto de 2001 y, desde julio de
2004 a la fecha, tengo la responsabilidad del área de Comercio y Promoción
de Negocios.
Se trata de un esfuerzo de recopilación, análisis y seguimiento de
información sobre las tendencias de las migraciones de connacionales hacia
los Estados Unidos y la conformación de un nuevo actor binacional –
transnacionalizado- que incide en la economía, política y sociedad de México
y los EU. Partes de este ensayo contienen a su vez, breves ensayos de
expertos y especialistas que considero relevante difundirlos debido a sus
análisis, que enriquecen el conocimiento y visibilidad de algunas
comunidades mexicanas en Estados Unidos. Del mismo modo, este trabajo
está inspirado en las investigaciones y paradigmas de análisis de
académicos, periodistas y/o activistas comunitarios como Jorge Durand,
Rodolfo García Zamora, James Wilkie, Wayne Cornelius, José Ángel
Pescador, Sandra Nichols, Pedro Lewin, Estela Guzmán, Garance Burke,
Naomi Adelson, Raúl Hernández Coss, Rodolfo Tuirán, Jonathan Fox, Mario
López Espinosa, David Barkin, Jorge Bustamante, Scott Robinson, Carlos
Baradello, Raúl Ross Pineda, Florencio Zaragoza, Roberto Suro y Jeffrey
Passel entre otros. Por supuesto, que ninguno de ellos tiene responsabilidad
en las opiniones y criterios que desarrollo a lo largo de este ensayo.
El trabajador migrante indocumentado hoy por hoy tiende a quedarse en
territorio estadounidense y prefiere no viajar a México por las dificultades de
volver a entrar a EU. En cambio, el trabajador mexicano que ha logrado la
residencia permanente o permiso de trabajo en EU viaja con relativa
frecuencia a México, realizando muchas veces actividades laborales o de
pequeño empresario en los dos países. En la práctica las nuevas leyes
migratorias están frenando la movilidad laboral binacional pero se percibe un
movimiento interno de la fuerza laboral mexicana al interior de los EU,
movilidad que fluctúa en relación la demanda laboral regional
estadounidense y la forma y aplicación estatal de las nuevas leyes
migratorias.
Este entorno hace cada vez más urgente explorar cambios e innovaciones en
el contenido del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en varios
rubros, pero en especial, sobre la inclusión del tema laboral y el trabajo de
los migrantes mexicanos en EU y Canadá. Otro rubro que necesita
repensarse es el ritmo de la apertura agropecuaria mexicana y la necesidad
de establecer proyectos de desarrollo especiales en las regiones de México
afectadas por la liberación comercial. Treinta millones de mexicanos viven en
regiones rurales de México y deben generarse alternativas de desarrollo
sustentable que permitan el arraigo y conservación de sistemas de
producción autosuficientes, con manejos agro ecológicos como los que
sugiere David Barkin (1).
2Con el objeto de estudiar a los migrantes como actores locales y globales en
ambos países, este ensayo avanza la elaboración preliminar de hipótesis
sobre algunas tendencias recientes del fenómeno migratorio y sus
significados económicos, sociales, culturales y políticos, que tiene tanto a
nivel local y regional de México, así como sus repercusiones e impactos
regionales en Estados Unidos. Un aspecto adicional es el análisis del
movimiento migratorio y su inserción laboral como elemento clave en la
competitividad global de los Estados Unidos.
Se puede afirmar que muchos sectores de la economía estadounidense
pueden sobrevivir y en muchos casos competir a nivel internacional, gracias
al trabajo de millones de nuevos inmigrantes y un número no despreciable de
trabajadores indocumentados que laboran en casi todos los rubros y su
desempeño es vital para la economía de muchas regiones estadounidenses.
Es pertinente hablar de la familia transnacional ya que en México una de cada
10 familias está ligada directamente a la migración, en tanto que un numero
cuatro veces mayor lo estaría de manera indirecta, lo que ha creado un nuevo
tipo de estructura y desarrollo familiar.(2)
Las implicaciones de los inmigrantes no sólo son económicas, sino
involucran cambios y transformaciones múltiples en el terreno cultural, social
y político que modifican la “anglosajonidad” y en general, los modelos de
aculturación europeos, que fueron dominantes en el pasado reciente de la
amalgama estadounidense. Por ejemplo, la demografía de la región de San
Francisco es mayoritariamente asiática y latina, ya que más de la mitad de la
población del Condado es una combinación de asiáticos (chinos, filipinos e
inmigrantes de la India) y latinoamericanos, principalmente mexicanos y
centroamericanos. No obstante, el poder económico, político y cultural
incluyendo los medios, muestra todavía la hegemonía del paradigma
anglosajón (En San Francisco con importante presencia italo-irlandesa) que
integra a las “minorías que son mayorías” en la construcción de su
legitimidad y dominio de los poderes reales e ideológicos. La metamorfosis
de los cambios tecnológicos y la globalización modifica y erosiona el antiguo
poder hegemónico de la cultura y el poder del paradigma de la raza blanca
mezcla europea blanca-caucásica. La explosión demográfica latina(3) y el
imparable crecimiento y ubicación estratégica en mercados y empresas de la
comunidad de origen asiático.
En este ensayo abordamos las diversas facetas de la migración y las
implicaciones que tiene en la conformación del migrante mexicano como un
nuevo actor social y político en México y Estados Unidos. Tendencias
recientes de las migraciones internacionales revelan que a diferencia de
épocas anteriores, ahora se tiende a conservar un fuerte vínculo con los
lugares de origen, gracias a la multiplicidad de medios de comunicación que
permiten información interactiva instantánea y abaratamiento del transporte
aéreo, casi una “presencialidad” virtual de todo el ambiente y entorno cultural
3de los lugares de donde proceden los migrantes, sea Corea, China, India,
México, Filipinas, Hong Kong o Taiwán.
Los nuevos procesos de aculturación mexicana en el norte, se conjuntan con
una nueva amalgama multicultural donde Los Ángeles, California, es el
paradigma por excelencia de lo que el periodista polaco Riszard Kapucinski
ha llamado la “nueva raza cósmica” (4).
TIPOLOGÍA DE LA POBLACIÓN MEXICANA EN EU.
Para poder definir a los migrantes como actor social es importante
distinguir las diferencias entre los distintos segmentos de población con
sangre mexicana en los Estados Unidos. La identidad es muy diferente entre
el inmigrante reciente, el inmigrante con residencia permanente, el inmigrante
que se ha convertido en ciudadano y el que tiene un arraigo de varias
generaciones en territorio estadounidense. Aunque todos estos segmentos
guardan vínculos culturales y lingüísticos con México, su comportamiento y
actitudes hacia México tienen diferencias cualitativas.
Por ejemplo, la investigadora mexicana María Rosa García-Acevedo, de la
Universidad Estatal de California en Northridge, usa indistintamente los
conceptos "comunidad chicana", "comunidad de origen mexicano" y
"chicanos"(5). El problema se deriva de la propia definición conceptual de
chicano, ya que en términos operativos no es intercambiable dicho concepto
con otros como "comunidad de origen mexicano". La discusión conceptual
es clave para definir el grado de pertenencia y arraigo al entorno
estadounidense o la mayor conservación de vínculos con el lugar de origen
en México.
Debe reconocerse que existen al menos cuatro segmentos claramente
diferenciados de población de origen mexicano en EU: en primer lugar, un
conglomerado significativo de ciudadanos estadounidenses de origen
mexicano, que generalmente se identifican como “Mexicano-Americanos” y
rechazan categóricamente el calificativo de chicano o chicana, su visión se
vincula a la
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