Modelo De Carl Rogers
oli92111 de Junio de 2015
2.925 Palabras (12 Páginas)346 Visitas
A diferencia de Rogers cuyos grupos de sensibilización se desarrollaban principalmente en forma verbal y con los participantes sentados en sillas, Schutz introdujo el trabajo corporal expresivo y bioenergético, los masajes, los juegos, y un enorme variedad de técnicas desde el ensueño dirigido hasta las meditaciones dinámicas. Buscaba de esta forma ensalzar la alegría de vivir y proponía como forma de alcanzarla la expresión total de los sentimientos.
A diferencia de Stroller, el padre de las maratones terapéuticas y los laboratorios experienciales de fin de semana, sus métodos solían ser más suaves aunque sin rehuirle totalmente a los ejercicios de catarsis y de confrontación (a veces violentas) entre sus integrantes.
Schutz se mostró siempre inquieto intelectualmente y dotado de una gran originalidad; alcanzó un doctorado en psicología en la Universidad de Los ángeles donde además se intersó por todas las prácticas terapéuticas grupales existentes en los años 50. Asimismo experimentó con el sicodrama, la expresión corporal, la bioenergética, e intercambió ideas con Fritz Perls, el fundador de la terapia Gestáltica, con Ida Rolf, Moshe Feldenkrais, y Abraham Maslow, uno de los fundadores de la psicología humanista, entre otros.
Sus grupos en el mítico Instituto Esalen, en Big Sur, y en Europa se convirtieron en legendarios y en 1967 su libro Joy (Alegría) se volvió un éxito de ventas. Pocos años después en 1972 su película Here comes everybody (Ahi vienen todos) -donde desplegaba líricamente su proselitismo a favor de la revolución de los grupos y el despertar sensorial del cuerpo- llegó a Cannes y le confirió un gran prestigio internacional.
El grupo interno
Las concepciones psicológicas de Schutz configuran uno de los ejemplos más radicales dentro del campo de las teorías sobre grupos. A diferencia de otros teóricos de las dinámicas grupales como Pichon-Riviére o Bion, Schutz elabor- un sistema extremadamente simple y a la vez efectivo para quienes trabajan con grupos en el campo terapéutico, didáctico, o recreativo. Algo así como herramientas rudimentarias aunque sólidas para la coordinación de grupos.
Schutz parte de la base de una estricta correlación entre el individuo y los grupos: “…será útil considerar al individuo como si fuera un grupo. Así como el grupo está constituido por muchas personas, el individuo está compuesto de muchas partes… Cabe concebir al individuo como un grupo en el que aquel se esfuerza por erigirse en líder, y que está constituido por partes procedentes de todas las personas a las que ha incorporado en su propio yo. Así como ciertos grupos parecen dominados por uno de sus miembros, un individuo puede estar dominado por una persona en particular; así como en la conducta grupal influyen fuerzas exteriores, las relaciones personales externas de un individuo gravitan en la interacción de las influencias que recibe; así como, a veces, un grupo actúa como si fuera víctima de la discrepancia, así también la conducta del individuo refleja a veces sus conflictos internos; el grado de integración de un individuo varía como varía el grado de cohesión de un grupo, y el individuo, igual que el grupo, puede llegar al estancamiento y la falta de productividad.”
De esta forma Schutz expande -y hasta fuerza en muchos casos- los paralelismos, proponiendo el ver los grupos como un cuerpo en movimiento, dotado de una identidad característica, manteniendo relaciones con el afuera, y hasta con una dimensión espiritual propia.
Al fin de cuentas, todo grupo debe hacer frente a su realidad exterior, a sus emociones internas, mantener contactos con otros grupos y personas, y mantener su identidad. En resumen, a todo grupo se le plantean problemas de inclusión en su medio, de control de su realidad, y también problemas afectivos.
Teoría de la necesidad interpersonal
Según sus propias declaraciones, Schutz comenzó a especular teóricamente sobre el ser humano y sus necesidades a partir de un comentario de su -por entonces- pequeña hija: “People need people” (“La gente necesita de la gente”). Schutz tomó este como su primer postulado: El ser humano tiene necesidad de otros seres humanos: necesidad de aceptación, de comprensión, de libertad; es decir necesidades interpersonales. Tales necesidades sólo pueden ser satisfechas mediante una relación con otra persona. Por otra parte observó que la insatisfacción de una necesidad interpersonal genera en el organismo la misma sensación de ansiedad que la insatisfacción de una necesidad fisiológica como el hambre o el sueño entre otras.
Para el esclarecimiento de sus ideas, Schutz recurrió a una suerte de metáforas espaciales delimitando tres zonas en las que se expresan las necesidades interpersonales: la zona de inclusión, la de control, y la de afecto.
1) Zona de inclusión: Necesidad de ser considerado como existente e importante para otra persona, y de ser aceptado en el mundo del otro y en sus grupos. Necesidad de ser incluido sin ser devorado por los grupos en los que busca integrarse y de sentir también interés por la otra persona.
Esta zona puede ser diagramada en cada caso particular tomando como referencia dos continuos, dos dimensiones complementarias.
a) Desde ser el origen de la interacción con todo el mundo hasta no serlo con nadie.
b) Desde suscitar en el otro el origen de una interacción consigo mismo hasta que el otro no sea nunca el origen de una interacción consigo mismo.
2) Zona de control: Es decir el territorio virtual en el que se expresa la necesidad de ser reconocido por el otro como competente y responsable, y también el espacio en el que se expresa el respeto por la otra persona. Puede ser comprendida sobre la base de dos continuos.
a) El primero va desde el intento de controlar totalmente el comportamiento del otro hasta el no controlar el comportamiento de nadie.
b) Desde suscitar siempre en el otro el ejercicio de su dominio hasta no dejar que lo ejerza nunca.
3) Zona del afecto: Plano que define la necesidad de amar y ser amado por el otro. Al igual que en las otras zonas Schutz propone dos continuos para su comprensión.
a) El primero va desde ser el iniciador de una relación afectiva con todas las personas que puede conocer hasta no ser el iniciador de una relación personal e íntima con nadie.
b) Desde suscitar en el otro el deseo de ser el iniciador de una relación personal siendo éste el polo atractor hasta no suscitar nunca en otra persona tal necesidad.
Déficits, excesos y equilibrios
Las condiciones ideales para la satisfacción de las necesidad interpersonales se expresan cuando hay un equilibrio entre estas tres zonas y cuando el organismo recurre sólo mínimamente a sus mecanismos de defensa. El comportamiento relacional puede ser entendido entonces desde esta perspectiva como una combinación de los comportamientos básicos en las zonas reseñadas. Comportamientos que pueden ser diagramados para su comprensión sobre la base de los continuos. Así cada comportamiento puede ser visto como deficiente o como excesivo, como patológico o como ideal. Siendo precisamente en este último caso cuando la necesidad interpersonal se satisface plenamente.
1) Por ejemplo, en la zona de inclusión o pertenencia a un grupo, se puede registrar un comportamiento hiposocial, en el que se manifiesta una tendencia a la introversión, o un comportamiento hipersocial, que evidencia una tendencia a la extroversión, o bien un comportamiento social equilibrado, en el que están armonizadas ambas tendencias.
2) En la zona de control o de dominio se pueden registrar comportamientos abdícratas, es decir, de abandono total de las responsabilidades en las relaciones; comportamientos autócratas, intentando siempre el dominio del otro, o bien comportamientos democráticos, asumiendo o cediendo el control según mejor convenga.
3) Finalmente en la zona del afecto pueden reconocerse los comportamientos contrapersonales, en los que se evitan los lazos estrechos; comportamientos hiperpersonales, con los que se procura posesivamente ser amado por todos y por todos los medios, siendo el punto de equilibrio el comportamiento personal (a secas) que revela la posibilidad de establecer a gusto personal relaciones estrechas con algunos y con otros no.
Por otra parte Schutz plantea que existe una continuidad relacionadora entre las formas vinculares percibidas durante la infancia y en particular las que la persona desarrolló con su figuras parentales. Tal postulado de continuidad relacionadora se funda en dos principios
A) Principio de constancia: La posición relacionadora predominante en un vínculo es percibida como semejante a la desarrollada por la persona en su infancia con sus propios padres.
B) Principio de identificación: La posición predominante en una relación es percibida como análoga a la desarrollada por sus padres durante su infancia. La persona se identifica con alguno de sus padres y cree reproducir sus actitudes.
No obstante, para Schutz en toda relación interpersonal se evidencia una propiedad característica: la compatibilidad.
Compatibilidad que ha clasificado didácticamente en tres tipos:
Compatibilidad recíproca: Dos personas se relacionan más fácilmente cuando manifiestan el mismo interés recíproco, cuando la espera de la una encuentra la espera de la otra.
Compatibilidad
...