Muerte digna, eutanasia

Ensayo

La muerte digna es algo relacionado con la eutanasia o el suicidio asistido y parte de la sociedad y el gobierno no lo ven como algo digno, al contrario, y quiero hablar sobre ello. Lo primero que llama fuertemente la atención al verificar el asunto de la colaboración médica para la eutanasia, es la tremenda confusión de conceptos que imparte parte de la sociedad y el régimen, en primera instancia permanecen las múltiples definiciones y adjetivaciones del vocablo eutanasia, bastantes personas permanecen confundidas sobre el sentido de este vocablo.

Solo lo que se debería de dialogar de la eutanasia es que es la ayuda médica en el proceso de fallecer, además lo primero que se debería señalar es que la colaboración médica en el desenlace de la vida debería, además de respetar la soberanía del paciente, aliviar el dolor, curar a los enfermos y proteger a esos incurables, evadir el deceso prematura y buscar una muerte tranquila. La sociedad y el régimen no deberían de producir tabúes hacia la eutanasia, pues es todo lo opuesto, busca contribuir a los individuos que padecen de patologías con nulas o inexistentes modalidades de fallecer y que solo sufrirían hasta el último segundo de sus vidas.

Debe ser algo plenamente practico en todo México y el planeta, ¿te agradaría que cualquier familiar o inclusive tú padezca toda su historia con la iniciativa de jamás poder recuperarte de dicha enfermedad?, yo pienso que, a nadie, entonces dicha es una sencilla de cada una de las muchas causas del pues la eutanasia debe ser lleva a cabo y legal.

Todos poseemos aquel derecho a tener una muerte digna, desde luego para dialogar de muerte digna se necesita determinar que el deceso, en sí, tiene un sentido distinto en cada individuo, dependiendo de la edad, las tradiciones, la cultura, la religión, etcétera.

Por calamidad, todos los días la aprobación de la muerte como parte inherente de cada uno es menos recurrente. Bastantes personas le poseen un pavor monumental a los, debido a que el deceso ocurre con

más frecuencia en los nosocomios y dicha es una de las causas por la cual la sociedad produce tabúes.

El primer paso para poder hacer una muerte digna es dialogar y comunicarse con los pacientes, dialogar y escuchar sobre sus anhelos de cómo desean vivir su tiempo restante. Es responsabilidad de los doctores comprender sus anhelos, creencias o preocupaciones, y describir con claridad el caso exclusivo que permanecen viviendo, las posibilidades de desempeño y procedimiento, así como hacerles conocer las secuelas probables de la elección que ellos elijan.

Contextualizar la muerte digna no es un asunto de solo el doctor, sino un asunto social y cultural. No habrá un criterio exclusivo de muerte digna y lo cual debería primar es el quiero y las necesidades simples del paciente. Vale la pena hacer énfasis en que el lapso del final de la vida es un rato difícil, para doctores, pacientes y parientes, en que se tienen que tomar elecciones que establezcan los cuidados y tratamientos que el paciente terminal necesita.

El deceso es una realidad inevitable y no un derecho o una elección, el derecho a fallecer debería entenderse, de esta manera, como el derecho a fallecer en determinadas condiciones de cuidado, lo que trata sobre los manejos y tratamientos que los individuos reciben finalmente de su historia, que tienen la posibilidad de ser insuficientes, proporcionados, desmesurados o, aun, dirigidos a crear el deceso, de acuerdo con el quiero de cada paciente.

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