EUTANASIA MUERTE DIGNA CASO MARCELO DIEZ
aliciawilinsky4 de Mayo de 2014
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EUTANASIA-MUERTE DIGNA
CASO MARCELO DIEZ
PRESENTACIÒN:
Todo ser humano es un ser único, insustituible e irrepetible. Como tal, su dignidad intrínseca está absolutamente ligada a su naturaleza desde antes de nacer, independientemente de su condición. Y así sea niño, adulto, anciano, sano, enfermo, débil, vulnerable o en total plenitud, su dignidad jamás debería ser librada y depender del juicio de otros.
Pero cuando el concepto de dignidad se emplea en el intenso e interminable debate en torno a la eutanasia y muerte digna, la tarea se complejiza dadas las diferentes interpretaciones que se hacen en esta sociedad tan pluralista. Esto lleva a ensayar interpretaciones personales de lo peculiar que la dignidad humana adquiere en el trance de una enfermedad terminal y el proceso de morir.
Si bien la dignidad se basa en la espiritualidad –propia del alma- se extiende también a su corporeidad, componente esencial. Por lo tanto, nadie podría quitarla, más aún, debería ser respetada en sí e igualmente en los demás y permanecer intacta en cada estadio de la vida humana individual.
Y es en este contexto que la Medicina, la Bioética y el Derecho se articulan sentando bases en la jurisprudencia de los derechos humanos atento a que esto conforma una realidad social que desarrolla una nueva sensibilidad. Y es entonces que la salud, como valor fundamental, reconocido y protegido por el Derecho pero entendida social, bioética y jurídicamente, pasa a ser un correlato necesario del mismo derecho a la vida.
De hecho, todo esto conduce a grandes debates y la tarea no es nada fácil ya que la dignidad del morir enfrenta las contrapuestas culturas de la vida y de la muerte y según los contextos, promueven la confusión, diferencias y polarización dialéctica en el orden social, político, jurídico, religioso, filosófico desde tiempos inmemorables, -pero que no es el tema a profundizar en este escrito-
En el presente trabajo trataremos de analizar las diferencias entre Eutanasia, Muerte Digna, análisis y tratamiento jurídico en Argentina del caso Marcelo Diez.
El respeto a la autonomía y a la dignidad de cada uno es un imperativo ético
y no un favor que podemos o no concedernos unos a los otros.
Paulo Freire
EUTANASIA
La palabra eutanasia deriva del griego εὐθανασία /euzanasía/, que significa ‘buen morir’: εὖ eu (‘bueno’) y θάνατος tánatos (‘muerte’).
Las tendencias y teorías sobre la Eutanasia han tenido gran evolución histórica desde la Grecia y Roma antiguas pasando por la Escuela de Cos (juramento Hipocrático); el Cristianismo; la degeneración innata: Darwinismo Social; el nacional socialismo alemán, sin embargo hasta el momento la Eutanasia, no ha sido legalizada en forma completa y total en ningún país del mundo. Si bien en algunos se han dado ciertas legislaciones "permisivas" en otros incluso se ha dado marcha atrás en algunos aspectos que habían sido permitidos: esta "falta de legalidad", refleja los grandes problemas y controversias éticas que hasta el momento no han podido ser del todo y absolutamente dilucidadas.
De un modo u otro, la Eutanasia despierta todo tipo de debates éticos. Quienes la defienden aseguran que evita el sufrimiento de la persona y que rechaza la prolongación artificial de la vida que lleva a situaciones que son indignas. Sus detractores, en cambio, consideran que nadie tiene derecho a decidir el destino del enfermo ni cuándo debe terminar su vida.
El concepto abarca la acción u omisión de acelerar la muerte de un paciente desahuciado con la intención de evitarle sufrimientos físicos. Se han establecido dos tipos de eutanasia: la directa, que define el proceso de adelantar la muerte de una persona que tiene una enfermedad incurable. A su vez, ésta se divide en dos clases: la activa que consiste en la muerte del enfermo mediante el uso de fármacos que resultan letales; y la pasiva, que es la que consiste en la consecución de la muerte mediante la suspensión tanto del tratamiento médico que el paciente tenía como la de su alimentación por cualquier vía. También se habla de eutanasia indirecta, que es la que intenta paliar el dolor y el sufrimiento de un enfermo y para lograrlo se le suministra una serie de medicamentos, los cuales y -como consecuencia no intencionada- le producen la muerte. Esta clasificación estaría cargada de sutilezas y confusión puesto que no hay Eutanasia sin intención de provocar la muerte.
Si bien todas estas definiciones podrían ser de cierta utilidad, no resuelven en sí mismas el problema moral que ellas entrañan. Puesto que sea por acción, acción u omisión la Eutanasia directa, activa, pasiva, indirecta se torna en un “suicidio asistido”, sea con la intervención de un médico, autorización familiar o del mismo enfermo.
Ésto lleva a preguntarse: si el derecho el paciente sobre su autonomía respecto de la Eutanasia es inalienable ¿no violaría la integridad moral y autonomía del médico que no esté de acuerdo a esta práctica? ¿podría de alguna manera justificarse? ¿quién/es, cuándo y cómo debería/n tomar la decisión de terminar con la vida de un enfermo sin caer en abusos por intereses, presiones u otras razones? ¿cuántos profesionales de la salud estarían dispuestos a ignorar el juramento Hipocrático por el que deben defender la vida desde el momento de su concepción hasta su extinción natural? ¿cómo garantizar a un enfermo vulnerable que no se le practicaría Eutanasia? ¿el Estado está en condiciones y puede atribuirse el derecho de legislar y autorizar la Eutanasia?
Opiniones contrarias a esta práctica insisten en que la Eutanasia, como el aborto, no son actos médicos, ya que el fin de la medicina es curar, y si no se puede curar al menos mitigar el dolor, y en todo caso atender y acompañar. La Eutanasia no cura nada y los médicos que entran en una mentalidad eutanásica la incorporan a toda su visión profesional y olvidan a Hipócrates.
La Organización Mundial de la Salud (OSM) define, en forma categórica, a la Eutanasia como “la acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente”
La Asociación Médica Mundial expresa: “La eutanasia, es decir, el acto deliberado de dar fin a la vida de un paciente, ya sea por su propio requerimiento o a petición de los familiares, es contraria a la ética”.
En cuanto a la posición de la Iglesia, hace medio siglo el Papa Pío XII preguntaba: "¿No consiste acaso la eutanasia en una falsa compasión que alega evitarle al hombre el sufrimiento purificador y meritorio, no por medio de una ayuda caritativa y loable, sino por medio de la muerte, como si estuviéramos tratando con un animal irracional desprovisto de inmortalidad?"
Juan Pablo II, en su Encíclica "El Evangelio de la Vida" expresó que la Eutanasia es: "Adueñarse de la muerte, procurándola de modo anticipado y poniendo así fin "dulcemente" a la propia vida o a la de otro".
La práctica de la Eutanasia está prohibida en la mayoría de los países bajo la base de que Nadie además puede pedir este gesto homicida para sí mismo o para otros confiados a su responsabilidad, ni puede consentirlo explícita o implícitamente. Ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo ni permitirlo. Se trata en efecto de una violación de la ley divina, de una ofensa a la dignidad de la persona humana, de un crimen contra la vida, de un atentado contra la humanidad.
Pero más allá de estas consideraciones, algunos países del mundo la han legalizado, como Holanda, Bélgica, Luxemburgo donde la ley exime al médico de procesos legales si se respetan ciertos criterios con minuciosidad. En otros, si bien prohíben la Eutanasia, aceptan “una ayuda para morir”, como Suiza, Dinamarca, Suecia, Austria, donde se acepta que el enfermo redacte un “testamento vital” y se automedique o la familia lo autorice. En otros países como Italia, Portugal, Gran Bretaña, Francia, Irlanda, está prohibida y penalizada por ley. Alemania recientemente confeccionó un proyecto ley liberando la responsabilidad penal a quienes presten ayuda pasiva al que desee morir.
En Latinoamérica, Colombia y México han aceptado en su legislación la eutanasia pasiva y optan también por los cuidados paliativos, bajo autorización escrita del enfermo. Perú lo tipifica como “homicidio por piedad” (reforma Art 112 del Código Penal). En EEUU la mayoría de los estados se oponen, excepto Oregón, Washington, Montana y en mayo de este año se sumó Vermont, que la contemplan bajo la suscripción del Living Will y de algunas salvaguardas y requisitos.
La Asociación Médica Mundial (WMA) ha vuelto a declarar este año en contra de la Eutanasia, por considerar que “vulnera los principios éticos básicos de la profesión médica” y pide a todos los médicos y asociaciones médicas que no participen en la Eutanasia “incluso aunque las leyes nacionales lo permitan”.
Para finalizar esta primera parte sobre Eutanasia, viene bien el pensamiento sumamente claro del Oncólogo, Dr. Manuel Sureda: “Ni eutanasia ni encarnizamiento: … hay que humanizar la muerte: la muerte inducida no es una solución al sufrimiento, sino simplemente eliminar al que
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