Ni Derechos Ni Humanos
Enviado por andreadelsol • 14 de Noviembre de 2012 • 1.353 Palabras (6 Páginas) • 512 Visitas
Ni Derechos, Ni Humanos!
Una mirada a la situación de Derechos Humanos en el departamento del Huila
Por: Andry Gisseth Cantillo Hermida
Enmarcado por el esplendido ecosistema reinante en los Andes colombianos, el departamento del Huila es un territorio poseedor de incalculable patrimonio cultural, humano, arqueológico y natural, reconocido además como capital del desarrollo surcolombiano. Paralelo a esta belleza, el Huila también es una de las regiones más golpeadas por el trasegar del conflicto armado. Durante años ha constituido una zona de especial interés para todos los actores armados del conflicto colombiano, consolidándose entonces como una de las zonas más agredidas y donde la población civil como en casi todo el país, es generalmente quien pone los muertos.
En el Huila y especialmente en la zona sur limitando con los departamentos del Caquetá, Cauca y Putumayo, cada uno de los actores armados del conflicto llámese paramilitares, guerrilla, Ejército, Policía, los ahora grupos emergentes ó Aguilas negras confluyen en una disputa por territorio y poder que incrementa a diario las cifras de violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario.
Dadas las anteriores circunstancias, podríamos decir que el Huila vive una guerra sin cuartel en la que la población siempre lleva la peor parte. Durante los últimos tres años, uno de las problemáticas que más ha afectado a los huilenses son las ejecuciones extrajudiciales, más conocidas como “falsos positivos”, que de acuerdo con la definición extendida en el Derecho Internacional Humanitario, es la privación arbitraria de la vida de una o varias personas por parte de agentes estatales.
Según un informe de Amnistía Internacional: “los militares a menudo presentan a sus víctimas en su mayoría campesinos, como guerrilleros muertos en combate, la mayoría de homicidios son remitidos al sistema de justicia militar que habitualmente procede al archivo de tales casos, sin realizar ningún intento genuino de hacer rendir cuentas a los responsables…” (el estado de los Derechos Humanos en el mundo. www.amnistiainternacional.org)
Hoy, según las misiones de verificación de la situación de derechos Humanos realizadas por miembros del Observatorio Surcolombiano de Derechos Humanos OBSURDH, con el acompañamiento de delegados de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos OACNUDH, PNUD y Defensoría del Pueblo, se ha podido recoger el testimonio de más de 160 familiares de víctimas y un sobreviviente, de casos ocurridos entre enero de 2007 y enero de 2009, esto sólo en las regiones centro y sur del departamento.
El modo de operación es casi siempre el mismo. Informantes al servicio del Estado, se acercan a las víctimas fingiendo entablar una amistad u ofreciéndoles un empleo para luego de haber ganado cierta confianza, los invitan a un paseo, llevándolos al supuesto trabajo, ofreciendo algún dinero en préstamo o convidándolos a una fiesta, siempre en zona rural, para luego entregarlos a miembros del ejército o de la policía. Horas o días más tarde, aparecen como muertos en combate, culpados de ser extorsionistas o pertenecer a algún bloque guerrillero.
Hoy las organizaciones defensoras de derechos humanos en el Huila, han perdido la cuenta de las víctimas que en esta zona del territorio colombiano va dejando el conflicto. Además de los muertos, son muchos los líderes sociales, estudiantes, sindicalistas, docentes, indígenas, campesinos y por supuesto defensores de derechos humanos que han tenido que abandonar su tierra con tal de no perder la vida. El caso más recientes sucedió el 16 de abril cuando tres defensores integrantes del Nodo Sur del Observatorio Surcolombiano de Derechos Humanos, recibieron en sus viviendas sendos panfletos firmados por un auto denominado grupo de Águilas Negras, donde les daban 24 horas para abandonar el municipio de Pitalito o de otra manera atentarían contra sus vidas y las de sus familiares.
Estos defensores de derechos humanos, durante tres años investigaron y denunciaron casos de ejecuciones extrajudiciales
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