Organizaciones y Regímenes Internacionales

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Descripción

Supuestos de la perspectiva de poder estructural

Para Susan Strange el poder es «la capacidad de una persona o grupo de personas para influir en los resultados, de tal forma que sus preferencias tengan prioridad sobre las preferencias de los demás».A la  hora de caracterizar el poder estructural, Strange rechaza la distinción entre poder económico y poder político, que enmascara la realidad. La economía y la política, como el poder y la riqueza, están íntimamente relacionados.

Strange propone desagregar el concepto de poder estructural en cuatro estructuras primarias, consideradas fuentes del poder estructural : la estructura de la seguridad; de la producción; de las finanzas y el crédito; y del conocimiento. A ellas se le suman otras cuatro estructuras secundarias, de menor rango y que están determinadas por las cuatro estructuras anteriores: la estructura de las redes de comercio; del transporte; de la energía; y del bienestar social o welfare. Esas cuatro estructuras primarias son diferentes, pero están íntimamente relacionadas. Por ello, pueden ser representadas como una pirámide de cuatro lados, en la que cada una de las estructuras se apoya en las tres restantes, sin que ninguna de ellas tenga, de antemano, primacía sobre las otras tres.

Análisis de la perspectiva de poder estructural:

El papel de la cooperación y las Instituciones Internacionales

Susan Strange(1998), estipula la existencia de un declive del poder de los Estados y cómo esto termina siendo la consecuencia de una creciente autoridad en otras instituciones y asociaciones,como órganos supranacionales, locales y regionales. Lo anterior se ha debido, en gran medida, por el creciente papel que ha obtenido el mercado dentro del sistema internacional, generando que el Estado pase a estar en un segundo plano. En este sentido, teniendo en cuenta la interdependencia del sistema internacional, según los postulados de Strange, las acciones que realice el mercado tendrán consecuencias en el accionar de los Estados. Es así, como la tesis de la autora se basa en cómo esa creciente integración ha llevado a un sistema de mayor producción transnacional, en la cual las instituciones internacionales están por debajo del mercado. En este escenario las instituciones no son inexistentes pero el mercado económico tiende a ser más importante. De igual manera, según Strange estas instituciones tienden “(...) a ser ineficaces ya que afirma como esta premisa del régimen internacional fue una respuesta de la escuela norteamericana a la pérdida de hegemonía de Estados Unidos durante la década de los setenta” (Vera,2011). De este modo, surge la necesidad de un nuevo orden mundial en el cual las instituciones tengan un papel más representativo y hegemónico respondiendo a la pluralidad de intereses y a las dinámicas de la economía en torno al beneficio de los Estados.

 Formulación de escenarios: ¿Con o sin Instituciones Internacionales?

Teniendo en cuenta los postulados de Susan Strange, podemos elaborar dos posibles escenarios para el año 2030:

1)El primero suponiendo que existen instituciones de gobernanza efectivas, principalmente se basaría no solamente en la problemática de la seguridad sino que entraría a jugar un rol importante la agenda transnacional permitiendo que existiese un multilateralismo activo, lo que haría un contrapeso a la labor del hegemón  y por ende, el orden mundial no estaría asignado por la economía sino por las relaciones entre Estado.

2)El segundo suponiendo que las instituciones de gobernanza global han desaparecido o se han quedado obsoletas, será necesario la existencia de un hegemón para poder garantizar la paz y la estabilidad con el fin de permitir una adecuada provisión de bienes internacionales. Sin embargo, para el 2030 aumenta la probabilidad de que el paymaster no esté dado por Estados Unidos como venía siendo desde los años ochenta. No obstante, este escenario se enfoca en el orden internacional bajo una interacción estatocéntrica.

Análisis prospectivo: Argumentos a favor y en contra de la perspectiva

Argumentos a favor: Es importante destacar la crítica que realiza Susan Strange (1998) a la Teoría de la Estabilidad Hegemónica, debido a que, para comprender la composición e interacción en la sociedad internacional, se debe dejar de lado el enfoque reduccionista dirigido a ver los Estados como el actor central de este campo. Así mismo, tal como lo establece la autora, se hace necesario incorporar la fuerza y el poder que otros actores dentro del espectro político y económico ayudan a fortalecer la sociedad internacional, tal como es el caso de las compañías privadas, los bancos, las multinacionales, etc. (las fuerzas del mercado). Por esta razón, la distribución del poder internacional no puede comprenderse únicamente en hegemones o Estados en particular teniendo en cuenta la influencia que tienen otros actores, como lo mencionados anteriormente, en el accionar de los mismos. Otro argumento que complementa lo anterior, es que, debido a la falta de institucionalización efectiva, la naturaleza cambiante de distintos acuerdos internacionales se da a menudo por el impacto de la tecnología y los mercados. En este sentido, tal como lo mencionan Caballero et al. (2009), ambos llegan a introducir importantes cambios en la distribución de costes y beneficios, riesgos y oportunidades en las economías nacionales y en otros grupos y, en este sentido, de inducir a los gobiernos a cambiar su mentalidad sobre cómo las reglas y normas de comportamiento deben ser reforzadas y respetadas y cuáles deben ser desatendidas y cambiadas. De este modo, la economía política internacional regula la libertad para acceder a los mercados mundiales y con ello las consecuencias distributivas en la sociedad mundial. Se analiza como las actitudes nacionalistas, proteccionistas y defensivas de los estados tienden a ser respuesta a aquellos cambios dentro de ese sistema económico internacional.

Argumentos en contra: Aunque si bien la autora se refiere a la existencia de una estructura económica mundial en la que las relaciones entre aquellos estados están ampliamente determinadas por las relaciones de producción y los demás arreglos estructurales, debe tenerse en cuenta la perspectiva realista desde la cual se continúa viendo al estado y a los gobiernos nacionales como los determinantes finales de los resultados. Es decir, a partir de una realidad objetiva, “el dólar, bien o mal, domina aún el mundo de las finanzas internacionales. Los mercados de dinero y otros mercados de Estados Unidos aún están a la cabeza y otros les siguen; las quiebras europeas culpan a las tasas de interés americanas” (Caballero et al., 2009). En este sentido, si bien la autoridad de los Estados Unidos parece haberse debilitado, sigue mostrándose como el hegemón del sistema. De igual manera, desde un punto de vista estructuralista, en cuanto a las estructuras globales de seguridad, del sistema global de crédito, del sistema de bienestar global (ayuda, cooperación y transferencia de otros recursos) y el sistema de conocimiento y comunicaciones global, el poder americano no parece tan mal situado. Así mismo, si bien Estados Unidos, en algunos escenarios, no cuenta con la capacidad de controlar organizaciones como Naciones Unidas debido a la divergencia de actores miembros, aún cuenta con diversas organizaciones que sirven a sus fines estratégicos, entre ellas se encuentran las reuniones a alto nivel político y las organizaciones que abordan asuntos militares o monetarios en los cuales Estados Unidos aún dispone de un poder predominante (Paymaster). Por último, los mercados tienden a aceptarse como creaciones surgidas a partir de políticas estatales (políticas que afectan de manera directa o indirecta las transacciones, a los consumidores y vendedores).