PARTICIPACIÓN LABORAL FEMENINA

PARTICIPACIÓN

LABORAL

FEMENINA

INTRODUCCIÓN

En aquellos tiempos acontecidos con anterioridad a la instauración del capitalismo como sistema económico, el rol fundamental de la mujeres en cada hogar correspondía básicamente a la realización de labores domésticas y la reproducción de la familia, hechos que, sin duda, no tenían una perspectiva de desigualdad de género y se aceptaban dentro de la unidad económica familiar.

Una vez instalada la economía capitalista se rompen los antiguos paradigmas pasando de unidades familiares campesinas a unidades familiares de clase trabajadora. En este sentido, se desarrollan organizaciones e instituciones de carácter público y privado, hechos que producen la generación de nuevos puestos de trabajos remunerados.

Según el historiador y profesor Antoine Prost, sostiene que la primera forma de ganancia en esta economía de subsistencia era la ausencia de gasto y las amas de casa eran quienes ahorraban, para luego gastar en otras cosas o invertir en la explotación familiar. Así como el hombre encargado de obtener un trabajo asalariado sólo se enfocaba en participar participar en el hogar en cuanto a arreglos, muebles y utensilios.

Las principales labores de la mujer estaban catalogadas al trabajo a domicilio como costureras, planchadores y cuidadoras entre otros posteriormente, ante la expansión del período capitalista trajo consigo exceso de oferta trabajo que dio a lugar la ocupación de la mujer en el mundo industrial, específicamente en el trabajo fabril, ya que, se aplicaba la lógica de que la condición biológica de que una mujer era ser experta en labores de tipo hogareño. Por otra parte, la segmentación del sexo daba lugar a que hombres ocupaban puestos de trabajo de altos cargos y aquellos donde se utilizaba la fuerza bruta, desvalorizándose el trabajo de la mujer y connotando al hombre como proveedor del hogar.

No obstante, las mujer no sólo se incorporaron al trabajo del tipo fabril, sino que también seguían participando y garantizando la reproducción familiar y las labores domésticas. Lo anterior, sumado a la administración de la casa y la crianza de los hijos, continuó bajo la órbita femenina, por lo que, no hubo sustitución de una función por otra, sino que una doble función. Las consecuencias para las mujeres en términos de salud, libertad y desarrollo laboral y personal, han sido muy singnificativas, negativas y sentidas hasta en la actualidad.

Por último, cabe destacar que no sólo la mujer se ve afectada por las brechas salariales en el trabajo, sino que también enfrenta encasillamiento de puestos de trabajos, abusos laborales y sexuales, discriminación y violencia.

CONTEXTO: PARTICIPACIÓN LABORAL DE LA MUJER EN CHILE

I.- MERCADO DEL TRABAJO:

Para efectos de un mejor entendimiento sobre el mercado del trabajo actualmente, es conveniente señalar aquellas diferencias que se producen respecto al género del trabajador.

Tradicionalmente “género” es definido como “el conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana y en el que se satisfacen esas necesidades humanas transformadas” (Rubin, 1975). De lo anterior, podemos inferir que género se aplica a ciertas acciones y conductas que hombres y mujeres en la vida social que desarrollan ciertos comportamientos que se aludienden a estereotipos femeninos y masculinos.

Dado que el género es un tema de análisis, se han formado diferentes teorías acerca de la participación del hombre y la mujer en todos los ámbitos de la sociedad, sin embargo, en el mercado del trabajo es donde se pueden visualizar y cuantificar más desigualdades entre el género femenino y masculino, dado la segmentación del trabajo.

- Tasa de ocupación:

Según

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