Procesamiento Humano
irenemonrreal8 de Abril de 2014
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El procesamiento humano de la información: en busca de una explicación
La explicación sobre la forma en que los seres humanos procesan la información ha transcurrido por diferentes etapas, desde la "metáfora del ordenador" hasta la propia "metáfora del ser humano"; pero, ¿cuál es ciertamente la correcta?
La velocidad del razonamiento humano secuencial es sumamente baja en comparación con la de las computadoras. Pero la mente humana, con su posibilidad de formular juicios sin información previa, sin datos; más bien, sin todos los datos, o al menos, sin estos ser conscientes, no tiene nada que envidiarle a las computadoras. La información generada en las complejas sociedades humanas escapa al control del hombre; pero esa información existe, y no puede ser ignorada.
En los seres vivos, toda la información que recibe el sistema nervioso proveniente del exterior, se adquiere mediante los órganos sensoriales. En el ser humano, la percepción sensorial está siempre asociada a un proceso cognoscitivo. Esto significa que no basta con "ver" o escuchar algo, sino que también hace falta un cierto procesamiento previo de la información antes de que esta se guarde e interprete.
Existe una diferencia sutil, y muy importante, entre las funciones de "sentir" y "percibir". Nuestros órganos sensoriales captan las señales provenientes del exterior, y las someten a un cierto procesamiento que las convierte en percepciones; es entonces que nos percatamos de la existencia de esa información. Dicho en otras palabras, "sentir" es una operación simple, que ocurre a nivel de los sentidos, "percibir" es una función compleja que tiene lugar en el cerebro. La diferencia existente entre percepción y sensación, significa que un estímulo siempre se sentirá de la misma forma en diferentes situaciones, sin embargo, su percepción cambiará de acuerdo con el contexto y las experiencias pasadas del individuo.
Otra facultad del hombre es su capacidad para "poner atención" a cierta parte de la información que se recibe y desechar el resto, es decir, la selectividad.
Y son precisamente estas acciones humanas sobre determinada información la que genera el conocimiento. El resultado del proceso, el objeto cognitivo, no es preciso, no es matemático, porque el flujo de información es continuo y las acciones humanas son particulares.
LA TEORÍA Y LAS DEFINICIONES DE LA INFORMACIÓN
Los modelos de la retroalimentación (feedback) y la teoría de la información tuvieron su origen en el estudio de la comunicación, con clara influencia de la psicología. El modelo de la comunicación sugiere que los hechos psicológicos pueden comprenderse por analogía con los hechos que ocurren cuando un mensaje se transmite por un sistema de teletipo de larga distancia.
El paradigma de la comunicación, desarrollado por Shannon, establece que la información, en forma de mensaje, entra a la fuente y se convierte a un código apropiado para un sistema de transmisión determinado, estos transitan por el canal de comunicación (impulsos eléctricos, ondas de radio u ondas de luz) y en el otro extremo deben descifrarse para su recepción. El ruido (estática, por ejemplo) puede alterar el mensaje durante su proceso de transmisión, antes de llegar a su destino. La teoría de la información también utiliza este modelo. La unidad de información es llamada "pizca" (bit), que es una hábil adopción del modo familiar de hablar sobre escasas cantidades de información, y en inglés es contracción de "dígito binario" (binary digit).
Shanon, un ingeniero nacido en Michigan en 1916, publicó en 1948 algunos trabajos relacionados con el tratamiento de la información, a partir del ensayo de teoremas y modelos que intentaban explicar la esencia de los procesos naturales. Sus preocupaciones básicas estaban relacionadas con el error, su control y corrección, y con la idea de que el caos es el destino de todo y la información el elemento para descifrarlo. Aunque sus trabajos estaban dirigidos fundamentalmente a las especialidades de la telefonía y la radio, lo curioso del resultado fue comprobar su relación con la comunicación humana.
La información no se ha definido sólo desde el punto de vista matemático o técnico; su conceptualización abarca enfoques filosóficos, cibernéticos y otros, basados en las denominadas ciencias de la información.
La información es el significado que otorgan las personas a las cosas. Los datos se perciben mediante los sentidos, estos los integran y generan la información necesaria para el conocimiento, que permite tomar decisiones para realizar las acciones cotidianas que aseguran la existencia social.
El ser humano ha logrado simbolizar los datos en forma representativa, para posibilitar el conocimiento de algo concreto y creó las formas, tanto de almacenar como de utilizar el conocimiento representado. La información en sí misma, como la palabra, es al mismo tiempo significado y significante, este último es el soporte material o simbología que registra o encierra el significado, el contenido.
Una dualidad de planos de existencia de la información, uno como entidad subjetiva que se genera en la mente de las personas y otro, con una existencia objetiva, en el que se percibe la información, cuando se plasma en algún soporte o se transmite en un proceso de comunicación. Entre los diferentes planos existe una interrelación dialéctica.
A modo de generalización, puede decirse que: "La información puede entenderse como la significación que adquieren los datos como resultado de un proceso consciente e intencional de adecuación de tres elementos: los datos del entorno, los propósitos y el contexto del aplicación, así como la estructura de conocimiento del sujeto".
INFORMACIÓN VS. CONOCIMIENTO
Si es cierto que la información es una de las características de la sociedad actual, y que se vive en medio de una "revolución de la información", en la que se debe ser actores, es procedente hacerse, entre otras, la siguiente pregunta: ¿Es la información conocimiento?
El conocimiento puede verse como la aprehensión activa e interactiva de la realidad, actividad que no está desprovista de una caracterización axiológica y que tiene dimensiones históricas y sociales. No obstante sus diferencias, la información y el conocimiento forman un binomio muy cercano, en el que el acceso a la primera es condición necesaria, aunque no suficiente, para el segundo y ambos conceptos se constituyen hoy en elementos diríamos casi estratégicos para toda actividad humana, sea individual, organizacional, social o de otro tipo.
Ahora se pudiera preguntar: ¿cómo se transforma la información en conocimiento? Esta transformación es un proceso humano de construcción, en el que se debe posibilitar la adquisición, selección, actualización y utilización de la información para el logro de lo que se desea obtener. La información debe entonces: recabarse, seleccionarse, ordenarse, manejarse y utilizarse. Al propiciar una selección inteligente de la información, se discrimina lo superfluo.
A su vez la información condiciona la generación y la gestión de nuevo conocimiento y posibilita su formalización; en esto reside el sentido pragmático de la información, es decir, en su materialización en noticias, informes de investigación, objetos u otros que permiten la generación y comunicación del conocimiento.
La actual sociedad de la información coloca en evidencia la necesidad de una seria revisión epistemológica, porque las bases de la construcción del conocimiento parecen estar en crisis. Nuevos paradigmas deben desarrollarse para lograr una mejor adecuación a las necesidades del hombre moderno y de una sociedad compleja.
La mente es inquieta, ambiciosa, exploradora y, en este esfuerzo, se ubica la construcción del conocimiento que es: apropiarse de algo e insertarlo en su esfera personal, porque esto es lo que hace el aprendizaje significativo y le produce el conocimiento útil, que tiene larga vida y que se aplica o transfiere a otros campos del conocimiento y puede cambiar la realidad creativamente. Se enfatiza que aprender es construir significados y que ello se relaciona con la selección de la información como mecanismo de gran valor.
El conocimiento tiene dos dimensiones: tácito e implícito. El conocimiento tácito está en nosotros. El implícito es el conocimiento soportado. El conocimiento tácito es fruto de la experiencia, la sabiduría, la creatividad y está en el interior de cada persona. El conocimiento implícito es aquel que está presente en soportes como los libros, los escritos, los audiovisuales, etcétera.
Se podría afirmar entonces que el conocimiento va de:
• De tácito a tácito.
• De tácito a implícito .
• De implícito a implícito.
• De implícito a táctico.
El paso del conocimiento tácito a tácito se produce mediante procesos de socialización, es decir, a partir de la adquisición de conocimientos e información mediante la interacción directa con el mundo exterior: con otras personas, con otras culturas, etcétera. Por ejemplo, cuando el maestro panadero enseña al aprendiz a amasar el pan; el pastor de ovejas enseña a su ayudante a llevaras por los mejores caminos, entre otros.
El paso de conocimiento tácito a implícito se produce mediante la externalización, que pudiera definirse como el proceso de expresar algo, el diálogo. Externalizar es convertir ideas e imágenes en palabras a partir del dialogo. Por ejemplo, a partir de lo expresado hasta aquí,
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