REALIDAD EN EL PERU - SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO

“LA REALIDAD DEL PERÚ EN CUANTO AL CUMPLIMIENTO DE LA LEGISLACIÓN EXISTENTE Y CON RELACIÓN A LA LEGISLACIÓN FALTANTE EN SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO”

1. INTRODUCCIÓN

A lo largo de la historia el ser humano mediante su trabajo ha logrado transformar el mundo implicando esto también riesgos y enfermedades ocupacionales lo cual implica una vigilancia continua cuyo objeto será garantizar la salud de los trabajadores.

En el Perú se estima que el 71% de los trabajadores se encuentran en condiciones de informalidad, el cual conlleva a un mayor riesgo ocupacional, desprotección social y exposición a poblaciones sensibles. Así mismo las notificaciones de enfermedades ocupacionales, incidentes peligros y accidentes laborales carecen de un sistema integrado de información.

El Estado Peruano impulsa una cultura de prevención en el tema de seguridad y salud en el trabajo así como promueve el cumplimiento de las normas laborales, ya que según estadística más de dos millones de personas mueren anualmente en el mundo producto de enfermedades o accidentes de trabajo.

En el país en los últimos años se han promulgado normas muy interesantes para impulsar el trabajo digno en situaciones de dignidad, igualdad, equidad y seguridad; de igual manera para el crecimiento del sistema integral de gestión de riesgos laborales, que nos permita tomar precauciones.

En el año 2012 las leyes peruanas establecieron la exigencia de las empresas de instituir un sistema de gestión para la prevención de accidentes y enfermedades ocupacionales.

La Ley 29783 concerniente a la seguridad y salud en el trabajo (SST), cuya finalidad es promover una cultura de prevención de riesgos laborales por medio del deber de prevención de los empleadores, el control del Estado y el rol de fiscalización, así como la participación de los empleadores. También hace mención que el Decreto Supremo N° 005-2012-TR aprobó el Plan Nacional de SST 2017-2021.

La Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil), de igual manera, ha efectuado con crear no solo una directiva general agrupada a la prevención de riesgos en materia del trabajo, sino también, de manera mucho más específica, ha previsto y dispuesto los criterios para mitigar los riesgos en los sectores electricidad, construcción civil, energía, entre otros.

1. ANÁLISIS DE LA REALIDAD DEL PERÚ EN CUANTO AL CUMPLIMIENTO DE LA LEGISLACIÓN EXISTENTE SOBRE SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO

Como mencionamos anteriormente en nuestro país el registro de enfermedades profesionales es todavía incompleto, parcial y sesgado como se evidencia en la información disponible por la autoridad de trabajo y autoridades sectoriales, a raíz de esto es difícil estimar la epidemiologia ocupacional y menos la mortalidad ni la morbilidad, esto no ayuda a demostrar la urgente necesidad de contar con una estrategia nacional en pro de la salud ocupacional.

Por otro lado, en el sector minero que suceden altas tasas de accidentabilidad donde se espera que suceda en mayor grado hechos de enfermedad profesional no es tanto por las siguientes razones. Primero en este sector hay un crecimiento en temas de salud ocupacional y desarrolla sus actividades en un espacio importe de seguridad y prevención de accidentes en lo que a medidas específicas visible en el lugar de trabajo concierne. En segundo lugar, se realizan exámenes médicos ocupacional con base al trámite pre ocupacional, periódico o de ingreso; tercero la permanencia de muchos de los trabajadores en este sector de alto riesgo laboral, es menor y por lo mismo los tiempos de latencia para la aparición del periodo clínico de las enfermedades profesionales podrían no manifestarse. Y finalmente en cuarto lugar y derivado de lo anterior el denominado efecto del trabajador sano, por la alta rotación determina una menor concentración de factores de vulnerabilidad física en esta población de trabajadores.

En Perú es muy poca la información sobre las consecuencias de los problemas de salud, enfermedades ocupacionales, o de las complicaciones de los accidentes de trabajo. No existe información que relacione las etapas de atención directa y las del manejo de consecuencias. En consecuencia en el mejor de los casos existe un seguimiento entre  la atención del accidente de trabajo y de la enfermedad generada a partir del tratamiento de medicina física y rehabilitación [1].

La responsabilidad en seguridad y salud en el trabajo debe ser una visión transversal a la organización y ser parte de una estrategia integral con miras a convertirse en una empresa saludable. Según estudio realizado [5] cuando el rol recae sobre el área de recursos humanos (35% de empresas en este estudio), la tarea pareciera tener mayor posibilidad de asumirse de forma integral, pero la falta de conocimiento técnico puede ser un reto a superar. Menos de un tercio de las empresas (28%) tiene un nivel gerencial para liderar las responsabilidades de seguridad y salud en el trabajo, mientras que casi 60% le asigna esta responsabilidad a un nivel de jefaturas o coordinador.

Según el estudio, “Los perfiles que integran los equipos, se encuentran principalmente ingenieros (81%) y médicos (64%), psicología ocupacional sólo tiene presencia en un 10% de empresas”. A partir de este se puede inferir que las organizaciones están priorizando la prevención de accidentes sobre las enfermedades ocupacionales, y aún más rezagada se encuentra la preocupación por la salud mental.

El compromiso de la alta dirección es fundamental en la construcción de una cultura de seguridad y salud. El 85% de las organizaciones tiene un presupuesto asignado para esta gestión y un 80% de las organizaciones tiene el involucramiento de la alta dirección en esta gestión. Sin embargo, el porcentaje de empresas que traducen esto en responsabilidades para todos los niveles baja a 74%, y un número menor, 67%, tiene herramientas y protocolos definidos para la comunicación y participación de todos los trabajadores en este aspecto. Por otro lado, sólo un 21% de empresas tienen un esquema de bonificaciones e incentivos por mejora en indicadores de seguridad y salud. Estas cifras muestran una evolución positiva en la gestión de seguridad y salud, situación que se refleja en un 74% de empresas que realizan actividades de prevención adicionales a lo estrictamente requerido por la normativa nacional. En comparación con el estudio del 2017, las empresas están pasando de la implementación de un sistema de gestión estrictamente para el cumplimiento de la ley, a un sistema de gestión en donde se incluyen programas de prevención en salud, así como orientados al estudio de los comportamientos como causa principal de los accidentes de trabajo [1]

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